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Tu Hijo Tu Espejo


Enviado por   •  28 de Enero de 2014  •  11.282 Palabras (46 Páginas)  •  419 Visitas

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1. Las defensas

Para comprender todo este asunto de la "parte oculta" de la

relación padres-hijos necesitamos hablar primero de los

mecanismos de defensa. Éstos son medios que

utilizamos inconscientemente para afrontar las

situaciones difíciles, distorsionando, disfrazando o

rechazando la realidad y así reducimos la ansiedad.

Existen alrededor de trece mecanismos de defensa, sin

embargo, para los fines de este libro nos enfocaremos en

tres de ellos: la proyección, la negación y la formación

reactiva. De esta última hablaré en el capítulo 5.

Si bien todos, en ciertos momentos, utilizamos algún

mecanismo de defensa, esto sucede en mínimo grado en

las personas psicológicamente sanas y maduras, ya que

tienen un muy buen grado de autoconocimiento y manejo

de sus propios procesos. De tal manera que mientras más

sana es una persona, menos utiliza los mecanismos de

defensa y, cuando lo hace, casi siempre es consciente de

ello.

Debido a que en este libro revisaremos las diferentes

formas de proyección que los padres activamos con

nuestros hijos y cómo la negación nos impide

reconocerlos, a

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continuación explicaré en qué consisten estos dos

mecanismos de defensa que son además muy

interesantes.

La proyección es el proceso de atribuir a otros lo que

pertenece a uno mismo, de tal forma que aquello que

percibimos en los demás es en realidad una proyección

de algo que nos pertenece; puede ser un sentimiento,

una carencia, una necesidad o un rasgo de nuestra

personalidad. Si bien la proyección es un mecanismo

que puede ser activado ante cualquier persona, en este

libro nos enfocaremos específicamente en la proyección

en las relaciones con nuestros hijos.

Pero, ¿es posible que exista una relación donde la

proyección no ocurra? La respuesta es no. Mientras

vivamos en un cuerpo físico en el planeta Tierra estaremos

proyectando. Sin embargo, este mecanismo de defensa

no está mal en sí mismo, ya que puede ser un eficaz

medio de autoconocimiento, pues los demás funcionan

como espejos de cuerpo entero que nos permite ver

nuestros rasgos funcionales y disfuncionales, lo cual sería

muy difícil identificar de otro modo. Por eso se dice que

las personas que nos caen mal son una maravillosa fuente

de información para detectar lo que no hemos

solucionado dentro de nosotros mismos.

Es importante mencionar que la proyección no sólo

aparece en un sentido negativo, es decir, no sólo

proyectamos en los otros nuestros conflictos de

personalidad, sino también nuestras áreas de luz, de

manera que todo eso que te gusta de otra persona es

también una proyección de los aspectos bellos y sanos

de ti mismo.

Las personas que critican constantemente, que en todo y

en todos encuentran un motivo de queja, que perciben

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siempre el punto negro en el mantel blanco, tienen un gran

desprecio por sí mismos, una sombra2 tan grande que

constantemente la proyectan a su alrededor. Asimismo,

quienes ven belleza, bondad y luz en otros están

proyectando su propia belleza, bondad y luz.

Otro mecanismo de defensa del que es indispensable

hablar es el de la negación. Ésta se refiere a la no

aceptación de una realidad que puede ser externa, por

ejemplo algo que está sucediendo en la vida de las

personas, o interna, como una necesidad, un sentimiento,

un deseo o un rasgo de personalidad, los cuales resultan

amenazantes y difíciles de reconocer.

Lo primero que necesitas hacer, si quieres cambiar algo, es

salir de la negación, ya que es imposible manejar lo que

no aceptas ni reconoces. ¿Cómo buscas soluciones a un

problema si te aferras a la idea de que dicho problema no

existe?

Salir de la negación y reconocer que hay algo qug no

funciona, que necesita ser cambiado, e incluso reconocer

que a veces no puedes solo y que necesitas ayuda, es el

primer gran paso, sin el cual no son posibles la curación

y el cambio. Después de este paso, por cierto quizás el

más difícil, todo lo demás viene casi por añadidura.

Pero, ¿por qué es tan difícil reconocer nuestros

sentimientos mal llamados "negativos" (los sentimientos

no son negativos o positivos, simplemente son), como

la envidia, el resentimiento, la ira o el miedo? ¿Por qué

es tan difícil aceptar que tenemos un problema, que no

sa-

2 Sombra: término propuesto por Cari G. Jung para referirse a los

aspectos indeseables de la personalidad que están fuera de nuestra

conciencia.

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bemos cómo resolverlo y que tal vez estemos

equivocándonos? Porque casi todos nosotros crecimos

dentro de sistemas familiares, escolares y sociales en los

que aprendimos que cometer un error es vergonzoso, así

como tener un problema y no saber cómo enfrentarlo o

necesitar ayuda; todo esto lo vemos como signo de

ignorancia, debilidad y por lo tanto preferimos ocultarlo

para no sentirnos tontos, débiles o ignorantes. Estos

sentimientos "negativos", que todos tenemos, son tan mal

vistos socialmente, que aprendemos a reprimirlos,

negarlos o distorsionarlos para ser aceptados por quienes

nos rodean.

Entonces, poco a poco nos convertimos en expertos en

negación y vamos por la vida, a veces durante años,

mintiéndonos a nosotros mismos, porque la negación es

eso, una gran mentira que apuntalamos y sostenemos a

costa de lo que sea para no enfrentar una realidad que

nos resulta sumamente amenazante.

Otras importantes razones para mantener la negación

son el miedo o la comodidad, ya que si reconoces que hay

un problema debes hacer algo al respecto. Aunque

parezca increíble, muchas personas continúan en

negación aún después de ver evidencias clarísimas del

problema. Por ejemplo, ven a su hijo consumir drogas o a

su cónyuge tener una relación extramarital, o bien que su

hija es víctima del abuso sexual de un familiar:

reconocer esto implica tomar decisiones muy drásticas;

un divorcio tal vez, una ruptura en las relaciones

familiares, una confrontación

...

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