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Caso J&J


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2017  •  Ensayo  •  1.408 Palabras (6 Páginas)  •  216 Visitas

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CASO J&J

Dave Collins desarrolló prácticamente toda su carrera profesional en Johnson &

Johnson (J&J), la gigantesca compañía de cuidado de la salud con la cual asociamos la

niñez: polvos y champú especiales para bebé, y curitas.

Por ello, no sería muy bueno para el negocio si la compañía cuya reputación se

basa específicamente en que ofrece productos seguros para las personas que amamos,

estuviera produciendo en masa productos que matan a la gente. Dave Collins y otros

ejecutivos de J&J se enfrentaron a esa horrible posibilidad una mañana de octubre de

1982, cuando un periodista de Chicago le pidió a la compañía que comentara sobre

rumores de que alguien había muerto después de tomar Tylenol, el analgésico de J&J

de mayor venta.

Después, se supo que siete personas habían muerto después de ingerir cápsulas

de Tylenol que un saboteador trastornado había rociado con cianuro y vuelto a poner en

los estantes para que los confiados clientes los compraran. Las historias demostraron

ser horripilantes y dolorosas. Una niña se despertó con dolor de garganta; sus padres

le dieron Tylenol y poco después la encontraron muriendo en el piso del baño. Otro fue

el caso de un hombre de veintisiete años que murió después de tomar Tylenol. Sus

afligidos familiares llegaron a su casa a consolarse los unos a los otros, desconcertados

ante el súbito deceso del saludable joven que había muerto por causas desconocidas.

Por vicisitudes del destino, dos de los dolientes, buscando calmar el dolor de cabeza,

tomaron Tylenol del botiquín del difunto, del mismo frasco contaminado. También

murieron.

Sin embargo, todos esos hechos solo se conocieron días después, una vez que

los empleados, los encargados de averiguar las causas de muertes sospechosas y los

funcionarios de salud pública reconstruyeron los hechos después de investigar en el

extenso perímetro de chicago, de más de un millón de barrios, en donde se había

reportado la primera muerte. Al principio, Dave Collins, supervisor de la división que

fabricaba Tylenol, solo tenía un informe de noticias superficial y preguntas de

importancia vital: ¿los consumidores se estaban muriendo a causa del Tylenol? ¿Cómo

había ocurrido el problema? ¿Qué tan extendido estaba? ¿Qué se debía hacer?

Un equipo conformado para enfrentar la crisis reunió información e

inmediatamente recogió el Tylenol de los estantes del área de Chicago. Rápidamente,

se descubrió que el Tylenol defectuoso provenía de cuatro lotes distintos y había sido

fabricado en dos fábricas diferentes, así que parecía casi imposible que la tragedia

hubiera sido causada por defectos de manufactura o sabotaje interno. Era más probable

que el producto hubiera sido alterado después de llegar a los estantes de las tiendas de

la ciudad. En menos de veinticuatro horas, los exhaustos directivos de la compañía

sintieron que tenían controlada la crisis: el problema parecía ser un hecho aislado

restringido a Chicago y había sido contenido gracias a haber retirado el producto de los

anaqueles. A continuación, se prepararon para reunirse con los funcionarios de la Food

and Drug Administration (FDA) [Administración de Alimentos y Drogas] a fin de

determinar las consecuencias que esto podría tener para la industria: docenas de

medicinas de otras marcas, en envases similares, colmaban los estantes de las tiendas.

Ahora que un acto antes inimaginable había ocurrido, la industria tendría que promover

un envase completamente nuevo a prueba de manipulación no autorizada.

Sin embargo, antes de que la proyectada reunión se realizara, los directivos de

J&J fueron alertados de un nuevo incidente de Tylenol contaminado en el área de la

bahía de San Francisco. El informe sonaba dudoso (de hecho, terminó siendo un plan

de extorsión fraudulenta), pero los ejecutivos de la compañía no lo sabían cuando se

reunieron para considerar otro retiro de emergencia de los productos del mercado, esta

vez en la costa oeste.

(…) Los ejecutivos de J&J no se detuvieron a investigar la dudosa información

de una nueva alteración del Tylenol ni retiraron el producto de los estantes de la bahía.

En vez de ello, procedieron a recoger cada uno de los treinta millones de frascos de

Tylenol de cada uno de los estantes de las tiendas de los Estados Unidos.

Fui a almorzar con Dave Collins para enterarme de cómo habían enfrentado los

ejecutivos

...

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