LAS CINCO (5) "R" EN LA NUEVA GERENCIA PÚBLICA
Enviado por LeandroMarinez • 29 de Mayo de 2014 • 4.625 Palabras (19 Páginas) • 3.049 Visitas
Autores: Dr. Leandro Martínez/Dr. Carlos Vera
Dres. en Ciencias Gerenciales. Maracaibo-Venezuela 2013
LAS CINCO (5) “R” EN LA NUEVA GERENCIA PÚBLICA
En las diferentes etapas y ciclos de vida en que se ha desarrollado en diversas partes del mundo el factor económico y las múltiples formas de administrar el Estado como nación o las organizaciones como unidad productiva, hemos observado con sumo detenimiento la interacción de algunos factores actuando en el entorno cambiante, propiciando cambios significativos durante estas etapas, además, de algunas estrategias implementadas con la finalidad de buscar alternativas que conlleven a mantener la viabilidad de los procesos y de algunas actividades dentro de éste, a través, de aportes propiciados por diversas investigaciones científicas, que han permitido la consecución de algunos objetivos previamente establecidos en función del propósito general que ha dado lugar a la creación del ente ejecutor; bien sea como Estado o como Organización.
En este sentido, aportes ofrecidos por el filósofo, sociólogo, economista, jurista, historiador y político Alemán, Max Weber a partir de 1840 por medio del “modelo burocrático”, cuya finalidad fue la de imprimir de manera efectiva a la gestión administrativa, elementos de precisión, claridad, eficacia y control que permitiera la obtención de mejores resultados dentro de ésta, a través de la especialización de funciones y la departamentalización de actividades para imprimir productividad dentro de los procesos organizacionales, en virtud de la existencia y acatamiento de un “conjunto de normas, reglas y procedimientos que impiden la actuación discrecional de sus miembros y donde teóricamente se prevé cada posible contingencia” Velásquez A. (2009)
Es evidente que ante los nuevos retos del entorno y las diversas exigencias demandadas por el mercado, el diseño e implementación de nuevas estrategias para ser más competitivo, productivo y efectivo en nuestros procesos para satisfacción de nuestros clientes, es cada vez más necesario y obligatorio, a razón de la conjunción de ideas presentes en la pertinencia de adaptar éstos nuevos procesos en nuestras organizaciones ante los nuevos cambios presente en entorno y el avance desmedido de la información que genera mayor conocimiento en el mercado, haciendo del cliente un elemento del sistema cada vez más exigente al momento de lograr su satisfacción por medio de bienes y/o servicios.
Ante esta realidad y en función de argumentar los aspectos positivos de modelo burocrático de Weber, éste, como un mecanismo estratégico para adaptar los procesos y hacerlos más eficientes para la obtención de mejores resultados, ante las nuevas exigencias del entorno, para algunos autores tiende a ser un tanto obsoleto y en consecuencia surge la imperiosa necesidad de implementar nuevos y novedosos mecanismos de acción que orienten las actividades y en especial los procesos a nuevos resultados en función de satisfacer de manera efectiva al cliente, por medio de procesos que conlleven actividades más eficaces en cuanto a adaptabilidad, flexibilidad y diversidad para el alcance de mejores resultados que se vean reflejados en los indicadores de productividad, no permitiendo que modelos y procesos altamente caracterizados por la rigidez y el formalismo, le den inviabilidad a algunas actividades por la prevalencia de algunos otros aspectos diferenciados por la nueva realidad. E este sentido, cabe resaltar lo expuesto por (García Delgado, citado por Zuleta, A. 2003), quien expone:
“Así, lo que antes había sido signo de la racionalidad moderna – la burocracia weberiana - , el sometimiento de toda actividad administrativa a reglas, códigos y programas explícitamente formulados, comienza a presentar deficiencias, demostrando no estar preparada para las situaciones inesperadas o especiales. Esta forma de operar explicita un fuerte principio jerárquico que conduce a eludir responsabilidades, enviando las decisiones hacia arriba, sobrecargando la capacidad de trabajo y decisión al máximo nivel” (Garcia Delgado, 1997).
En virtud de lo anteriormente planteado y en función de resaltar en la actualidad los nuevos surgimientos de mecanismos estratégicos en materia de gestión pública, prevalece la idea del diseño e implementación de la “NUEVA GESTIÓN PÚBLICA (NGP), también conocida por muchos como las cinco (5) “R” de la Nueva Gestión Pública, la cual se constituye, un conjunto de cambios, no a nivel de actividades, sino, dentro de sus procesos, con el firme propósito de lograr un mejor rendimientos en virtud de su funcionabilidad, a través de los mismos. A propósito de ello, (Pollit y Bouckaert, citado por López Andrea 2002), nos reseña en este sentido que la NGP comprende: “una serie de cambios intencionales de las estructuras y procesos de organizaciones del sector público con el objetivo de que funcionen mejor -en algún sentido-” (Pollit y Bouckaert, 2000)
En este mismo orden de ideas, es preciso hacer hincapié, que de acuerdo a la apreciación de algunos autores e investigadores del tema, consideran una gran novedad la implementación de este paradigma, dado que representa una nueva forma de administrar las actividades, por medio de procesos firmemente estructurados, con significativa flexibilidad y dirigido en función de los resultados de satisfacción del cliente o ciudadano como elemento de importancia y clave dentro en el cual va dirigido todos los esfuerzos del diseño de los procesos estructurados. En este particular, Gore, A.1993, citado por Lawrence R. Jones y Fred Thompson. 1999, comenta que:
“El Informe Gore propuso inventar “... un gobierno que ponga a la gente en primer lugar”, mediante la creación de un claro sentido de misión, tomando el timón más que los remos, delegando autoridad, sustituyendo normas y regulaciones por incentivos, formulando presupuestos basados en resultados, exponiendo las operaciones del gobierno a la competencia, buscando soluciones de mercado más que soluciones administrativas, y cuando ello fuese posible, midiendo el éxito de las acciones de gobierno en términos de satisfacción del usuario” (Gore, 1993).
Por otra parte y en contraposición a lo reseñado por autores que dan solida confianza y opiniones satisfactorias a este nuevo esquema de gobierno, también contamos con referencias de otros postulados que en ese sentido, consideran que el fracaso de muchos gobiernos en la actualidad, están dados por la excesiva actuación, orientada a la violación de las normas, reglas y procedimientos y a la falta de respecto por la formalidad existente dentro de sus procesos, siendo propicio en este sentido citar los argumentos de (Joaquín y Losada, citado por López, A. 2002) quien expone:
“…Para
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