Planteamiento del Problema

Planteamiento del Problema
        Hoy en día, todo tipo de empresa se ve en la obligación de interactuar dentro del fenómeno de la globalización, los mercados son de todos y para todos, la supervivencia de estas ya no pueden depender solamente de dirigir la organización de manera reaccionaria, es importante anticiparse a los problemas con soluciones innovadoras que mantengan o mejoren los estándares de competitividad.

Respecto a la innovación existen muchas acepciones. Desde su prematura concepción en la década de los treinta, se le ha atribuido la función de desarrollar ideas e invenciones que logren un mejor desempeño en el mercado. Así, con el pasar de los años el concepto ha ido adquiriendo forma, en los ochenta siendo representada como un proceso de mejora, en los noventa como una técnica realizada por los creativos para disponer en el mercado productos jamás antes vistos. Y en el siglo XXI como la puesta en marcha de productos nuevos o mejorados, así como la aplicación de nuevos métodos de comercialización y organización que logren repercutir en la dirección del negocio, ambiente de trabajo, las relaciones externas, la generación de valor en el consumidor y crecimiento en la empresa (Iglesias, 2014).

Por otra parte, la competitividad aplicada a las empresas, en sus primeros tratados estuvo relacionada principalmente con la productividad y al hecho de desenvolverse de manera ventajosa sobre otros competidores (Suñol, 2006). Para posteriormente enfocarse en las ventajas competitivas, las cuales brindan a los métodos de producción y organización la comparación requerida para diferenciarse de la competencia (Cabrera 2011).

La realidad de la industria no puede ser ajena a ambos factores, en tiempos donde la crisis del covid 19 golpea y la globalización hace que el número de competidores crezca, la competitividad como un proceso de creación de ventajas competitivas debe ser llevada a cabo a través de la cultura de innovación, la cual apoyándose de la tecnología no solo va a permitir que esta logre la supervivencia sino también anticipar las necesidades de los consumidores.

Por otro lado, de acuerdo a El Calzado (2019, 14 de agosto) la industria del calzado durante los últimos años ha demostrado ser un sector muy dinámico y próspero, según se indica “La producción mundial alcanzó los 24.200 millones de pares en 2018, lo que supuso un crecimiento del 2,7 por ciento con respecto al año anterior.”, dando un aumento total del 20 por ciento los últimos nueve años de producción. Sin embargo, a raíz del brote del covid-19 conforme nos lo explica el World Footwear (2020, abril) “La degradación de la economía en todo el mundo junto con las restricciones al funcionamiento de las empresas y al movimiento de personas en respuesta a la epidemia explican el repentino aumento de la demanda insuficiente”, lo que ha ocasionado una profunda crisis y perspectiva pesimista de los actores de la industria. A nivel mundial, según declara la Footwear Distributors and Retailers of America (FDRA) en una noticia recuperada por Forbes (2017, 11 de mayo), se precisa que las organizaciones de calzado que no innoven tenderían a la desaparición.  

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