Experiencia y regulación emocional a lo largo de la etapa adulta del ciclo vital: análisis comparativo en tres grupos de edad
Enviado por aidaribes • 22 de Diciembre de 2015 • Práctica o problema • 2.287 Palabras (10 Páginas) • 354 Visitas
Informe sobre el artículo del Cuaderno de Lectura de Psicología de las Diferencias Individuales
Nombre | AIDA |
Apellidos | RIBES FONTANET |
Centro Asociado | CERVERA |
Título del artículo seleccionado | Experiencia y regulación emocional a lo largo de la etapa adulta del ciclo vital: análisis comparativo en tres grupos de edad |
- Marco/s teórico/s en el que la investigación se fundamenta, constructos relevantes.
El estudio sobre el desarrollo humano es una disciplina ampliamente fundamentada. El envejecimiento cobra especial importancia en las últimas décadas debido al aumento de la longevidad y al cambio dialectico que deja de considerar el envejecimiento como un proceso únicamente de pérdidas y deterioro para posicionarse desde una perspectiva relativista, dinámica e integral dónde existen ganancias, cambios, optimización de la experiencia, bienestar, y sobre todo mucha heterogeneidad des del punto de vista del estudio de la psicología diferencial y de la integración de todas las variables vitales; históricas, sociales, biológicas, cognitivas, etc., hecho que dificulta el cuerpo teórico y precisa de más soporte empírico.
La investigación sobre los cambios psicológicos en el funcionamiento cognitivo y psicosocial asociados a la edad es abundante, no así los estudios relativos a los cambios en la actividad afectiva en el envejecimiento. Relativos a estos son escasos y la mayoría con población estadounidense, hecho que no permite la generalización de los resultados debido al sesgo contextual e histórico posible. Es necesario considerar las emociones y su regulación para poder comprender el comportamiento de las personas y su adaptación al ciclo vital (Charles y Carstensen, 2007). También es probado que las emociones median sobre procesos cognitivos, funcionamiento de sistemas orgánicos, ámbito social, salud física, etc.
Así, María Márquez-González, María Izal Fernández de Trocóniz, Ignacio Montorio Cerrato y Andrés Losada Baltar, decidieron llevar a cabo un estudio sobre la población española en cuánto a la experiencia y regulación emocional en tres grupos de edad; jóvenes, mediana edad y mayores.
Los resultados de las investigaciones previas apostaban por la teoría sobre la madurez emocional asociada al envejecimiento (la experiencia posibilita un mayor control emocional y una mejor gestión) y la Teoría de la Selectividad Socioemocional, en la cual, Carstensen (1993) asegura que el envejecimiento comporta un cambio motivacional que sitúa en un lugar muy avanzado de la jerarquía de metas personal la optimización de la experiencia emocional, de esta manera una de las características de las personas mayores es la regulación emocional de tipo preventivo.
Es importante definir los constructos relevantes en los que se erige la investigación: bienestar subjetivo, intensidad emocional y regulación emocional para la comprensión holística del estudio.
El bienestar subjetivo se centra en cómo son experimentadas por la persona sus condiciones de vida, ya que se basa en la creencia de que el bienestar no es un conjunto de propiedades que los analistas pueden atribuir externamente, sino que son condiciones o estados que necesitan ser autorreportados. Así la mayoría de científicos sociales entienden el bienestar subjetivo como el grado en que una persona juzga de un modo general o global su vida en términos positivos. Según Veenhoven (1984), el individuo utiliza dos componentes en esta evaluación; sus pensamientos y sus afectos. En el componente cognitivo, la satisfacción con la vida, representa la discrepancia percibida entre sus aspiraciones y sus logros (es un continuo cuyos extremos son la realización personal y los fracasos o frustraciones). El plano afectivo constituye el agrado experimentado por la persona, incluyendo los sentimientos, emociones y estados de ánimo. Así mismo, los sujetos que tienen un mayor bienestar subjetivo son aquellos en los que predominan esta valoración positiva de sus circunstancias y eventos vitales.
Por otro lado, la intensidad de las emociones es el grado dentro de un continuo entre la experimentación intensa de las emociones y la pasividad reaccional, el estupor. Así hay ciertas variables que pueden influir en la intensidad con la que se experimentan los afectos; el sentido de realidad que se le otorga a la situación, la proximidad psicológica del acontecimiento, la cualidad de inesperado, los niveles de arousal que se viven en ese momento, la deseabilidad, la plausibidad, la capacidad de atraer… El papel principal de las variables de intensidad, por tanto, es determinar la magnitud de la potencialidad de las emociones. Dos aspectos de las variables contribuyen a esto: el valor de la variable y el peso que se le asigna.
Por último, el constructo sobre regulación emocional es un factor específico del comportamiento afectivo, a pesar de las diferentes aproximaciones teóricas, se ha generado cierto acuerdo en que: regular los estados y experiencias emocionales requiere mantener, disminuir o aumentar una respuesta en curso.
James Gross y sus artículos son de imprescindible referencia en los mecanismos de regulación emocional. Él considera que la regulación “son aquellos procesos por los cuales las personas ejercemos una influencia sobre las emociones que tenemos, sobre cuándo las tenemos, y sobre cómo las experimentamos y las expresamos” (Gross, 1999, p. 275). El investigador citado y sus colaboradores desarrollaron un programa de investigación que les permitió identificar las variables que participan en la regulación de las emociones (Gross 1998). Así describieron un Modelo Procesual de la Regulación Emocional dónde se explican las formas que adquieren estas estrategias comportamentales. El modelo se centra en el momento de ocurrencia de las distintas formas de regulación a lo largo del proceso emocional. Así se diferencian:
- Estrategias de aparición temprana (focalizadas en los antecedentes); por ej. Versan sobre el contexto, significado atribuido a la fuente de activación… De esta manera cada persona puede por ejemplo modular el hecho de exponerse a ciertas situaciones y no a otras (estrategia que también se refleja en la Teoría de la Selectividad Emocional de Carstensen antes mencionada)
- Estrategias de aparición más tardía focalizadas en la respuesta; por ej. En los cambios somáticos que se experimentan. Una forma de regulación “paliativa” es la configuración por la acción u omisión de la persona en la respuesta, se puede modular la atención de los estímulos, etc. La supresión de la expresión emocional ha sido la más estudiada dentro de este apartado, sobre todo, de forma contrapuesta a la reevaluación cognitiva.
- Hipótesis planteadas en el estudio
La investigación analizada se inspira en los escasos estudios previos llevados a cabo en EEUU que relacionan las diferencias individuales a lo largo del ciclo vital con la regulación emocional. Así, debido a los sesgos contextuales que se puede producir, se decidió realizar un estudio sobre la población española.
Las hipótesis, por lo tanto, se erigen sobre los antiguos estudios y respaldan la idea de la madurez emocional asociada al envejecimiento. Se estudia, en la población española, variables relacionadas con la experiencia emocional (bienestar subjetivo y intensidad emocional) y con la regulación de los afectos (control emocional subjetivo y tres mecanismos para la regulación: selección de situaciones, rumiación y supresión emocional). Así, los investigadores presentan las siguientes hipótesis:
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