CURSO “CONCEPTOS DE CLÍNICA PSICOANALÍTICA”

CURSO “CONCEPTOS DE CLÍNICA PSICOANALÍTICA”

Análisis clínico sobre el protagonista de la película el número 23

     Diagnóstico: Trastorno obsesivo compulsivo (neurosis obsesiva)

     Síntomas: ideas obsesivas (obsesión numerológica con el número 23), angustia, culpa, pensamientos e imágenes recurrentes que causan ansiedad, comportamientos de carácter repetitivo, intento de suicidio.

     Walter Sparrow, un hombre que lleva una vida tranquila junto a su esposa e hijo, es atormentado por la obsesión del número 23, el cual aparece en todo momento en la cotidianidad de su vida, obsesión que es despertada por la lectura del libro el Numero 23, texto que le es obsequiado por su esposa Agatha en su cumpleaños. Este es un libro detectivesco que muestra un misterioso asesinato escalofriante, que parece reflejar la vida de Walter de una forma oscura e incontrolable. La vida del personaje principal del libro, un detective melancólico llamado Fingerling, está llena de momentos que reflejan la historia de Walter. A medida que el mundo del libro comienza a cobrar vida, Walter se identifica con esta, en vista de que esta novela le recuerda escenas de su propio pasado, y por ende, se siente retratado con dicho texto. Es cuando esa idea comienza a formarse, va creciendo, y todo lo que ocurre (lo cotidiano) parece darse desde esa idea, idea que le persigue y aparta desde el cuestionamiento de lo que hace parte de la vida en contexto.

     En el presente trabajo se pretende abordar clínicamente al personaje Walter Paul Sparrow, y para ello, se comenzará haciendo una definición del trastorno obsesivo compulsivo, esto con el fin de elucidar y argumentar el por qué se diagnostica a este personaje con esta estructura clínica. En este sentido, según el manual de clasificación internacional de enfermedades CIE 10:

     La característica esencial de este trastorno es la presencia de pensamientos obsesivos o actos compulsivos recurrentes. Los pensamientos obsesivos son ideas, imágenes o impulsos mentales que irrumpen una y otra vez en la actividad mental del individuo, de una forma estereotipada. Suelen ser siempre desagradables (por su contenido violento u obsceno, o simplemente porque son percibidos como carentes de sentido) y el que los padece suele intentar, por lo general sin éxito, resistirse a ellos. Son, sin embargo, percibidos como pensamientos propios, a pesar de que son involuntarios y a menudo repulsivos. Los actos o rituales compulsivos son formas de conducta estereotipadas que se repiten una y otra vez.

     A partir de la definición dada por este manual podemos evidenciar que Walter cumple con las características del TOC (trastorno obsesivo compulsivo) en la medida en que los pensamientos y actos son repetidos una y otra vez en torno a lo que simboliza el 23,  no solo es la idea obsesiva del número, sino también los actos compulsivos recurrentes, puesto que, en todo momento está buscando comprobar que dicho número sí aparece en efecto en lo cotidiano, donde (como ejemplo para comprobarlo) utiliza las operaciones matemáticas, además su deseo es desentrañar lo que el libro esconde, y por ende, enlaza a la realidad con la historia del libro pretendiendo así encontrar la causa de lo encubierto de su vida misma en el libro, razón por la cual lleva la ficción a su cotidianidad creyendo que es el protagonista de la historia, poniendo en riesgo su vida y la de su familia.

     El 3 de marzo, día del cumpleaños de Walter, posee características que permiten pensarlo desde su obsesión por el número 23 como con sucesos de su vida que han sido de gran impacto para el desarrollo de las estancias psíquicas. Este día por cierto contratiempo en su lugar de trabajo se ve envuelto en un rescate de un perro, el llamado luego “guardián de la muerte”. El perro posee características que lo afirman como incluso una deformación en la realidad de Walter, pues parece ser una elaboración inconsciente que da pie al posible desencadenamiento, refiriendo precisamente al día de su cumpleaños su encuentro con el perro, como retorno de lo reprimido, pues es éste personaje el que está presente en momentos como el asesinato de Laura Torens a manos de él (Walter), o en momentos tan cruciales como lo es en el momento en que pensando en suicidarse. Este mismo día, es cuando fallece su madre (Señora Dobkins), esto se torna importante porque a causa de la misma su padre opta por suicidarse, por lo que Walter desarrolla un sentido de culpabilidad, pues él siente que su padre no permaneció con vida porque él mismo no generó el suficiente amor para permitirle a su padre seguir viviendo, cosa que no ha de descubrirse hasta que la historia va en culminación. Además éste día conocer a la rubia suicida (personajes de los cuales se hablará adelante)

     (Freud, 1893) postula que no son las vivencias mismas las que poseen efecto traumático, sino solo su reanimación como recuerdo, además el trauma no se debe a la experiencia, sino a la relación con la experiencia, por consiguiente, la relación que tiene Walter con una vivencia anterior en este caso el asesinato de una mujer, pasa por el orden de lo insoportable para él y este lo reprime, siendo esta una salida para poder continuar con su vida, además escribir el libro es una forma de sublimar la pulsión de muerte y darle tramite al recuerdo, sin embargo, sus síntomas son desencadenados nuevamente cuando el sujeto es sometido nuevamente al libro Numero 23 ( libro que es escrito por el mismo), (Freud, 1893) “toda vez que una obsesión neurótica aparece en lo psíquico, ella proviene de una represión” y Walter no es ajeno a esto, puesto que, su obsesión es producto de la represión de un evento traumático anterior.

     En la historia narrada en el libro hay una vida de Walter, pero narrada desde el pasado (según su discurso), que permite encontrar elementos que dan pie a pensar en que en verdad es él quien escribió el libro a manera autobiográfica. Es tal el punto en esta situación, que Agatha llega a ser acusada por Walter de ser la autora del libro, pues desde su construcción Walter encuentra que todo apunta a ella, buscando la culpabilidad del Otro y evitando todo indicio que diera explicación a una culpabilidad propia.

    El carácter oscuro de la novela, la fascinación por descubrir las manos que han causado las muertes en este libro manifiestas, y la elaborada construcción que Walter hace de su vida desde lo narrado en el libro, da pie para argumentar el rechazo que éste hace al recuerdo del pasado, poniendo en clara evidencia rasgos que hacían vulnerable (factores de riesgo) el desarrollo psíquico del ya mencionado.

     Los personajes que ha creado psíquicamente Walter como mecanismo de la represión para enviar al inconsciente los acontecimientos con carácter insoportable evidencian su estructura patológica, pues haciendo revisión de lo mencionado en el filme se da cuenta de algunos personajes que narrados en el libro no son más que personalizaciones que hace Walter de él mismo. Para esto es posible mentar a Fingerling que siendo el protagonista de la novela leída por Walter, es él mismo, haciéndose notorio en el momento en que se da cuenta de la retratación elaborada del personaje desde lo previo al evento traumático que viene siendo el momento en que asesina a Fabrizia e intenta suicidarse y olvida en consecuencia toda esta vida; asimilaciones como la fascinación por ser detective o la semejanza en la infancia de éstos dos revelan este elemento esencial para entender a Walter. “La rubia suicida” viene siendo la representación del deseo de muerte que acompaña a Walter en su primer encuentro con la obsesión del número 23 manifestado por este personaje; ella (al igual que Walter) pone en evidencia el suicidio de su padre, pero es ésta quien declara su culpabilidad en dicha muerte por no haber tenido la capacidad de ser amada. Este personaje le da a Walter un acercamiento a este número (sin olvidar obviamente que éste es el número dejado por su padre en escrito en su suicidio), es decir, que acude como recuerdo de dicho número. De su padre se habla que se suicidó y  deja una nota con el número 23, lo cual nos da indicios para pensar que Walter ocupa el lugar de su padre simbólicamente y construye su vida psíquica a partir de una obsesión representada en dicho número. Además de su madre (aunque es poca la información), se sabe que Walter hace una elaboración de la misma como la señora Dobkins, y aunque las estancias legales hablan de un suicidio, Walter posee convicción suficiente para afirmar que no fue más que un asesinato, y por lo mismo se piensa este acontecimiento como punto de partida para su interés en las revistas detectivescas. Fabrizia como “muerte y sexo”, punto erótico (libido) en la elaboración de los personajes, además de serle infiel y curiosamente retratar en alguna posible semejanza a Agatha, en consecuencia de buscar ser amado y una divergencia entre Agatha y Fabricia que les da vida o asesinato.

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