Estres
valmrInforme13 de Marzo de 2013
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Nuestro ambiente natural y las personas que nos rodean nos exponen a diversas situaciones, por ejemplo: contaminaciones múltiples, tabaco, drogas, violencia, tráfico, robo, presión laboral, etc. Éstas pueden producir graves amenazas para nuestra integridad, estímulos o agentes estresantes muy intensos que pueden afectar en forma considerable nuestra salud. En estos casos el agente estresor es exógeno. Pero el estresor también puede ser endógeno, es decir, que puede nacer dentro de nosotros, como el miedo. El miedo resulta del agente estresor más frecuente: la amenaza, por su potencialidad de poner en riesgo la integridad física y mental.
Desde hace varias décadas, y sobre todo en nuestros días, diferentes disciplinas como la medicina, la psicología o la sociología, han venido estudiando el fenómeno del estrés, y aunque sus uso se ha vuelto cotidiano en nuestro lenguaje, todavía hay dificultades para establecer un concepto claro del término.
El término estrés lo introduce el fisiólogo Walter Cannon, para referirse a la acción fisiológica provocada por la percepción ante una situación aversiva o amenazante (Carlson, 1996). El término “estrés” fue tomado de la ingeniería, donde se refiere a la acción de las fuerzas físicas sobre las estructuras mecánicas.
De acuerdo con lo anterior podemos decir que el estrés vendría siendo respuesta ante una situación amenazante. Esta respuesta sería fisiológica y correspondería entonces a mantener el equilibrio de nuestro medio interno u homeostasis. Entonces el estrés sería un comportamiento innato ante la amenaza, consistiría en una respuesta defensiva o adaptativa con el fin de controlar la conducta de la persona frente a un estímulo que produce estrés.
Otras definiciones señalan que el estrés es producto de una activación fisiológica superior a la que el sujeto es capaz de afrontar. En general se considera que el estrés es una situación relevante para el organismo y que percibe como amenazante, peligrosa y exigente. Entonces cuando el organismo elabora una respuesta y ésta presenta un desequilibrio entre los recursos para manejarla, se puede hablar del fenómeno de estrés. En estas condiciones las reacciones de tipo emocional, cognitivas, fisiológicas, y conductuales se pueden llamar reacciones de estrés.
La exposición a un agente estresor no tiene la misma gravedad para todos ya que la respuesta es propia de cada individuo, en estas diferencias juegan variables como estilos de afrontamiento, vulnerabilidad biológica, percepción de control o descontrol entre otros. Esto trae problemas a la hora de hacer estudios científicos.
Humber en 1986, propone tres puntos de vista para considerar al estrés.
1.- El estrés como situación, postulando que todos los estímulos del ambiente pueden actuar sobre el individuo como estímulos estresantes.
2.- El estrés como reacción a corto plazo, que son las reacciones musculares, alteraciones fisiológicas y sentimientos vividos en forma subjetiva que son consecuencia de estímulos estresantes.
3.- Estrés como reacción a largo plazo, que son las alteraciones del rendimiento físico o psicológico de una persona, resultantes de de estar expuesto por largo tiempo bajo las influencias del estrés.
UNA MIRADA HISTÓRICA
El estrés no es un fenómeno descubierto en nuestros días, pues la gran difusión de este término nos hace creer que es solo sea un tema de la actualidad ocasionado por la agitada vida urbana pero ya había sido planteado desde finales del siglo XVII, y desde entonces se ha venido estudiando para hallar una definición clara y medidas para combatirlo.
Como y hemos dicho el término estrés fue tomado del campo de la ingeniería por el físico Robert Hooke (1635-1703), entendiendo que el estrés es una situación en la cual una exigencia externa actúa sobre un cuerpo y este se expone a un desgate. Esta definición nos sugiere que la persona puede ser afectada por situaciones que sobrecarguen sus recursos físicos haciendo que se produzca un colapso que no pueda afrontar.
Posteriormente el médico americano George Beard (1839-1883), describe una enfermedad que resulta de una sobrecarga de las demandas propias del nuevo siglo, llamándolo neurastenia (estado caracterizado por la falta vigor mental y físico, tendencia anormal a la fatiga y, frecuentemente por la existencias de fobias) esto nos recuerda a las calificaciones del estrés moderno, donde Beard novedosamente propone que las condiciones sociales y las exigencias de la creciente vida urbana moderna pueden hacer que haya un desequilibrio en las personas pudiendo terminar en una enfermedad mental. Beard consideraba síntomas físicos y mentales como ansiedad, fatiga desesperación, fobias e insomnio además de problemas de atención, migraña, indigestión e impotencia sexual.
Al mismo tiempo en otros lugares se diagnosticaban enfermedades similares y se recomendaban diferentes terapias para combatirla. Las investigaciones proponían ya tratamientos para las enfermedades nerviosas. Beard recomendaba un tratamiento de electricidad ya que el era electroterapeuta y confiaba en este tipo de tratamiento. Pero la terapia que tuvo más éxito fue la famosa “cura de descanso” propuesta por el médico Silas Mitchell (1829-1914) que consistía en sacar al paciente de su ambiente cotidiano y aislarlo para que descanse en cama, siga una dieta balanceada, haga ejercicio, escriba una autobiografía y que reciba una terapia de masajes.
Entonces desde finales del siglo XIX la terapia estaba enfocada en una visión integral de las personas preocupándose por el aspecto cognitivo, el descanso, el ejercicio físico, y el ordenamiento de los hábitos de la dieta y el sueño. Esto como medida terapéutica ayudaría a recuperar el “estilo de vida” para que la persona pueda nuevamente afrontar los desafíos de la vida.
En las primeras décadas del siglo XX se observa al estrés como una enfermedad provocada por una causa psicológica o conflicto interno. Con esto se empieza a difundir la “medicina psicosomática” donde relaciona la psique con la enfermedad física. Este campo fue ocupado por el movimiento psicoanalítico que empieza a producir “pseudo teorías” para explicar los fenómenos basándose en conflictos inconscientes. El cambio se hace desde una mirada más fisiológica a una más psicológica, donde la neurastenia cambió de un diagnóstico somático a uno psicológico y la neurastenia se incluyó en el lenguaje de las neurosis.
Walter Cannon en 1932 aplicó el concepto del estrés a las personas, interesado principalmente en el los efecto del frío, la pérdida de oxígeno y otros factores ambientales que hacen efecto sobre el organismo. Partió desde la hipótesis de que el humano necesita mantener el equilibrio de su medio interno, la homeostasis, y que en el caso de que se produzcan cambios intensos se elabora un proceso de reacomodación o restauración a través del los sistemas endocrino e inmunológico.
De acuerdo con Cannon serian las situaciones y los hechos los que generan el estrés o sea, si la situación es considerada como un estímulo amenazante, provoca alteración emocional y física y esta situación se clasifica como estresante
Hans Selye El padre del concepto moderno del estrés
Usando los conceptos de Cannon, Hans Selye descubrió que los pacientes que trataba presentaban ciertas constantes biológicas independientes del tipo de enfermedad que sufrieran. Con estas observaciones fue desarrollando una definición del estrés basada ya no en el estímulo (como la de Cannon) sino en la respuesta que dan las personas ante situaciones estresantes.
De acuerdo con Selye, el agente que provoca el estrés es siempre algún elemento que atente contra la homeostasis del organismo. Entonces el estrés sería una respuesta inespecífica del organismo ante cualquier situación demandante, ya sea que se trate de un efecto mental o somático.
En un principio Selye consideraba que la respuesta de estrés era un mecanismo que por su naturaleza estaba unido a la situación, o sea, cada vez que se diera una demanda al organismo, se produciría una respuesta defensiva con le fin de proteger e iniciar la adaptación; él no encontraba diferencias en las respuestas dadas ante estímulos agradables o desagradables.
Selye consideraba que la repuesta al estrés implicaba una activación del hipotálamo y del sistema nervioso autónomo y del endocrino. Este proceso recibió el nombre de “Síndrome General de Adaptación” y fue descrito en como un proceso compuesto de tres partes:
1.- Alarma: esta fase se presenta en toda persona cuando el organismo percibe un agente (estresor) y que luego identifica como dañino. En esta etapa de alarma se da la respuesta inicial de la adaptación presentando diferentes síntomas y movilizando defensas para responder ante la posible amenaza.
2.- Resistencia: como la anterior fase no puede mantenerse por mucho tiempo, da lugar a una etapa de resistencia, en la cual el organismo busca adaptarse al agente nocivo y desaparecen los síntomas iniciales. Esta reacción puede durar semanas o meses en la que requiere de un producción de defensas que en caso de ser vencidas se puede enfermar.
3.- Agotamiento: si el estresor continúa de manera crónica, el organismo ingresa en la etapa de agotamiento donde reaparecen los síntomas y se produce un quiebre de los procesos de recuperación pudiendo terminar incluso en la muerte.
NEUROFISIOLOGÍA DEL ESTRÉS
Activación del Sistema Nervioso Central
El estímulo amenazante excita inicialmente un receptor conduciendo
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