Las emociones

UNIVERSIDAD YACAMBÚ[pic 1]

VICERRECTORADO ACADÉMICO

FACULTAD DE HUMANIDADES

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA - PEPS2016

UNIDAD 3

APELLIDO Y NOMBRE

VERGARA ROSEVIANNEY

SECCIÓN ED02DOV

PROFESORA. ALINE NÚÑEZ RIVERO

BARQUISIMETO, VENEZUELA 2022.

        Para nadie es un secreto la indudable y genuina manera que tiene el cine para influir de forma tan eficiente y precisa en las emociones y percepciones de las personas, eso da por sentado que el cine no es solo un instrumento más de educación o de entretenimiento, en realidad es mucho más que eso pues al estar hecho de una manera tan especial, permite transmitir mensajes que serían imposibles de transmitir de otra manera.                 Tal como afirma Hugo Lara, director de cine mejicano, “ningún otro invento como el cine ha incidido tanto en la vida de los hombres del siglo XX, al menos en lo que se refiere al ejercicio de imaginar, de provocar sueños y deseos colectivos, o acceder a los pensamientos y a las ideas de otros, a las fantasías y reflexiones propias y ajenas. La luz del cine alumbró el paso a la creatividad y a la sensibilidad hacia un caudal generoso: el poder de perpetuarse en el tiempo”.                                                                        El cine es una maravillosa herramienta sociocultural que permite conocer elementos de la condición humana mediante el uso de la imagen y el sonido, pero ¿cómo es eso posible? Sencillo, al estar enriquecido con todas las bellas artes con el fin de impactar a la inteligencia y a la emocionalidad de las personas, muchas veces a través de la empatía de los personajes y la plasmación de experiencias propias, llega a los espectadores de manera fácil de procesar, razón por la que es considerado un arte que tiene como particularidad la perfección del concepto narrativo de la literatura, así mismo brinda la capacidad emotiva del teatro, las sensaciones o armonías que la música transmite en todo su esplendor, la explotación visual de la fotografía y la profundidad que la pintura ofrece, entre otros.                        Intensamente o Inside out, es una película estadounidense de Pixar Animation Studio, distribuida por Walt Disney Pictures, en 2015, escrita y dirigida por Pete Docter bajo la colaboración de especialistas en el área de la psicología y neurología incluyendo a Dacher Keltner​ de la Universidad de California en Berkeley, quien ayudó a revisar la historia enfatizando los descubrimientos en la neuropsicología, apuntando a que la producción e historia estuviera tan bien estructurada que indicara de una manera ocurrente, sencilla y entretenida como las emociones humanas se reflejan en las relaciones interpersonales y pueden ser significativamente moderadas por ellas.                                                                                        Especialmente de la jovencita Riley, quien se encuentra atravesando el proceso de desarrollo en el que todo niño llega al momento de terminar su infancia y pasar a la preadolescencia, donde como si eso no fuera suficiente, además se tiene que mudar de ciudad y asimismo enfrentarse a todos los retos que eso conlleva, llena de momentos más que conmovedores, es una apuesta segura para entretener y al mismo tiempo dar una visión clara sobre como las emociones trabajan a nivel psicológico.                                        La historia se desarrolla principalmente en la mente de la protagonista, donde se muestran cinco personajes que representan las emociones básicas de los humanos: Alegría, quien se encarga de que las vivencias y recuerdos sean en su mayoría felices, Furia por su parte se encarga de buscar siempre la justicia, Desagrado impide la intoxicación social y física, Temor está encargado de la seguridad y Tristeza, quien parece no tener una función muy clara, nadie sabe por qué existe o para qué sirve, a pesar de que todas las emociones ejercen una fuerza muy poderosa sobre el comportamiento humano.                                                                                 Pero, ¿por qué tenemos emociones? Empleando las palabras de Luis Fernando Diossa, ‘’Las emociones son las alas del alma, del pensamiento, son la certeza de que se está vivo’’. Dicho de otra manera, si no existieran las emociones,​ el ser humano no tendría la capacidad de sentir, pensar, disfrutar y padecer de las experiencias que se encuentra, construye y acumula a través de su vida.                                                                 Es decir que las emociones son la experiencia corporal viva, veraz, situada y transitoria que impregna el flujo de conciencia de una persona, que es percibida en el interior y recorre todo el cuerpo durante el trascurso de su vivencia, suma a la persona y a sus acompañantes en una realidad nueva y transformada desde su propia percepción, Denzin 1999.                        Según David G. Meyers, profesor de psicología en Hope College en Michigan, Estados Unidos, la emoción humana implica excitación fisiológica, conductas expresivas y experiencia consciente. Esas emociones constituyen la manifestación corporal de la relevancia que para el sujeto tiene algún hecho del mundo natural o social. La emoción es una conciencia corporal que señala y marca esta relevancia, regulando así las relaciones que un sujeto concreto mantiene con el mundo.

Es así como importantes intelectuales han trabajado en la creación y conceptualización de las teorías de las emociones que se conocen hasta el día de hoy, estas han ido evolucionando con el paso del tiempo siempre en la búsqueda de respuestas a importantes interrogantes, por una parte se puede hacer mención de Charles Darwin, quien intenta demostrar como las emociones existen para preservar la supervivencia de los seres humanos y que a su vez, su expresión puede ser heredada desde un antepasado común, tratando a estas acciones como unos caracteres más del organismo con un valor de utilidad agregado.                                                Por otro lado, se puede hacer mención de la teoría de la emoción de James-Lange que fue propuesta de manera independiente por William James y Carl Lange, donde esta teoría se oponía a la idea proveniente del sentido común que explica que la percepción conlleva a una emoción y esta provocaba una reacción fisiológica. En cambio, en esta teoría se propone un modelo en el que la reacción fisiológica ante el estímulo era la que provocaba la emoción: ‘‘No lloro porque tengo pena, sino que tengo pena porque lloro’’.                                                                                A su vez la teoría desarrollada por los fisiólogos Walter Cannon y Philip Bard, en la que destacan que las emociones están formadas tanto por respuestas fisiológicas como por la experiencia subjetiva de la emoción ante un estímulo, es decir que las personas pueden experimentar reacciones fisiológicas vinculadas a las emociones sin sentir realmente esas emociones puesto a que la experiencia física y psicológica de la emoción ocurre al mismo tiempo y que una no causa a la otra.                                                Así es como Stanley Schachter y Jerome Singer fueron los primeros investigadores en entender que la emoción tenía un importante componente psicológico y cognitivo que ya no se podía ignorar, donde un estímulo provoca una excitación fisiológica primero y que luego, el individuo debe identificar y etiquetar de forma cognitiva, lo que finalmente se convierte en la experiencia emocional. Dicho de otra manera, esta teoría mantiene que las emociones son el resultado de la evaluación cognitiva de un acontecimiento, pero también a las respuestas corporales.                                                También se toma a consideración como los psicólogos Richard Solomon y John D. Corbit, en 1978 desarrollaron la teoría del proceso oponente en las emociones y estímulos humanos, este modelo tiene sus orígenes en los procesos oponentes de Ewald Hering, quien hacía uso de este término para explicar la percepción visual humana. Solomon y Corbit trasladaron esta idea a la psicología de las emociones y la motivación.        Esta teoría tiene como objetivo explicar el proceso que sigue una respuesta afectiva ante un estímulo, que puede ser tanto aversivo como placentero, desde su aparición hasta su desaparición, donde un estímulo despierta una respuesta afectiva que positiva, pasado un tiempo, el organismo, con tal de recuperar la homeostasis emocional, activa una segunda respuesta, de símbolo contrario a la primera.                  Explicado de otra manera, las respuestas emocionales tienen un patrón bifásico, la reacción primaria, sea positiva o negativa, va perdiendo fuerza a medida que pasa el tiempo de contacto con el estímulo que ha desencadenado esta respuesta. La pérdida de intensidad de la primera respuesta emocional se ve compensada con el aumento de la reacción opuesta, es decir, a largo plazo, la emocionalidad del sujeto recupera el equilibrio. Es así como de acuerdo con esta teoría, los placeres repetidos pierden la mayor parte de su atractivo con el tiempo, a la vez que los acontecimientos aversivos repetidos pierden mucho de su indeseabilidad.

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