Trastornos Del Sueño
Enviado por Epaola17 • 25 de Noviembre de 2013 • 3.458 Palabras (14 Páginas) • 428 Visitas
Introducción
Dormir es una necesidad biológica esencial del ser humano, es un proceso activo que ocupa una tercera parte de nuestra vida, de ahí el interés por estudiar diversos aspectos relacionados con esta actividad humana tan importante.
Actualmente se sabe que gracias al descanso que aporta el dormir se recupera la energía perdida durante la vigilia, se reponen diversas hormonas, se favorece la reproducción de anticuerpos, se produce la hormona del crecimiento además de influir en la reparación de tejidos y en la función de algunos órganos. Valencia y Cano señalan que, además , el sueño ayuda a que el sistema nervioso central madure en los niños pequeños y, posteriormente, el dormir, provee al cerebro humano una especie de mantenimiento al poner en reposo algunos circuitos mientras se prueban otros; por lo anterior dormir es una función vital.
Los recién nacidos requieren de 16 a 20 horas de sueño diario, en el tercer mes necesitan menos horas, en la etapa preescolar, de 10 a 12 horas de descanso, y los adolescentes de 8 a 10. Además de la cantidad de descanso que es fundamental, también lo es la calidad del mismo y en esto es primordial el ambiente donde se duerme así como el equilibrio físico y psicológico del niño. Si no se cuenta con la calidad y la cantidad necesarias se pueden producir algunos trastornos del sueño.
El conocimiento que se ha generado en relación con las funciones neurofisiológicas del sueño, y su significado, ha generado una gran inquietud en relación con los trastornos relacionados con el dormir. A pesar de que los desordenes del sueño son bastante comunes en toda la población provocan un malestar importante en quien los padece, en la bibliografía se señala que estudio, diagnostico y tratamiento de los trastornos del sueño es un área que sido desatendida por médicos, educadores y psicólogos, ya que comúnmente se considera como algo pasajero y que puede ser tratado fácilmente con fármacos. Las investigaciones demuestran que las pesadillas, los terrores nocturnos y el sonambulismo son más comunes en los niños que en los adultos y, a pesar de ello, tanto los padres como algunos profesionistas tienden a pasar por alto el problema, pensando que este desaparecerán con la edad. Esta creencia está basada en el hecho de que en investigaciones anteriores se planteo que los trastornos del sueño en los niños estaban relacionados con el proceso de desarrollo
DEFINICION
Los trastornos primarios del sueño aparecen presumiblemente como consecuencia de alteraciones endógenas en los mecanismos del ciclo de sueño-vigilia que se agravan por factores de condicionamiento y no tienen como etiología otra enfermedad mental, una enfermedad medica o con el consumo de alguna sustancia. Conforme lo establece el DSM IV-TR, los trastornos primarios del sueño se encuentran divididos en dos grandes grupos: las disomnias y Parasomnias, según su posible etiología
a) Disomnias, que se caracterizan por trastornos en la cantidad, calidad y horario de sueño (insomnio primario, hipersomnia primaria, narcolepsia, trastornos del sueño relacionados con la respiración y los trastornos del ritmo circadiano)
b) Parasomnias, que se caracterizan por acontecimientos o conductas anormales asociadas a los sueños, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia y que son las que estudiaremos más adelante por su relevancia dentro de la psicopatología infantil. (Solloa,2006)
Sonambulismo
Definición
El DSM IV-TR establece que la característica esencial del sonambulismo es la existencia de episodios repetidos de comportamientos motores complejos que se inician durante el sueño y que implican que el individuo se levante y empiece a andar.
Prevalencia
Entre 10 y 30% de los niños han sufrido al menos un episodio de sonambulismo, sin embargo, la prevalencia del sonambulismo es mucho menor, probablemente entre 1 y 5%
El sonambulismo incide por igual entre varones y mujeres.
Una vez que el niño empieza a caminar el sonambulismo puede aparecer a cualquier edad, aunque la mayoría de los episodios suele darse en niños con edades comprendidas entre los cuatro y los ocho años. La máxima prevalencia se sitúa alrededor de los 12 años, y por lo general los episodios dejan de presentarse antes de los 15 años. (Solloa,2006)
El sonambulismo tiene alta incidencia familiar, hasta el 80% de los individuos sonámbulos presenta antecedentes familiares de sonambulismo o terrores nocturnos. El riesgo de sufrir este trastorno aumenta todavía más (60%) cuando ambos tienen antecedentes de haberlo padecido.
Etología
En el sonambulismo se encuentran antecedentes de ansiedad y/o depresión así como diversas formulas afectivas pero no rasgos psicóticos.(Sandin, Ramos)
Algunos autores, atribuyen el sonambulismo a cierta inmadurez, mientras que otros creen que depende de un factor orgánico más serio. (Solloa,2006)
Características clínicas.
En el sonambulismo el niño se levanta de la cama durante el sueño y camina hasta 30 minutos.
Tiene los ojos abiertos pero aparecen “ciegos” Después del episodio hay amnesia, casi no responde a la estimulación y cuesta trabajo despertarlo. En los episodios de carácter leve, denominados a veces “estado de despertar confusional” el niño puede sentarse solamente sentarse en la cama, echar una ojeada a su alrededor o sostener la manta o la sabana entre sus manos. Lo más típico del sonambulismo es que el niño se levante de la cama, pasee por las habitaciones, suba y baje escaleras, e incluso llegue a abandonar su casa; a veces utiliza el lavabo, corren o incluso realizan intentos desesperados por escapar de algún peligro aparente. No obstante, la mayoría de los comportamientos que aparecen en los episodios de sonambulismo son de carácter rutinario y poco complejo. (Solloa,2006)
En ocasiones, y especialmente en los niños, los episodios de sonambulismo implican comportamientos inapropiados como el de orinarse en la habitación. La mayor parte de estos episodios se prolonga por espacio de unos minutos a media hora y puedo terminar en forma de un despertar espontaneo que sigue de breves periodos de confusión; en otras ocasiones el niño vuelve a acostarse y sigue durmiendo como si nada hubiera pasado. (Solloa,2006)
Durante los episodios de sonambulismo, los niños pueden hablar o incluso responder preguntas. Son embargo, la articulación de la palabra es pobre, y es raro que se establezcan diálogos de verdad. Pueden obedecer los requerimientos de otras personas para que cesen en su actividad y retornen a la cama. De todas formas, todos estos comportamientos están presididos por un bajo nivel de alerta, de modo que despertar al sujeto
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