Contamos Contigo

He estado analizando la visita de Monseñor Ojalvo y me pude percatar de algo que ya todos sabemos, pocos se atreven a decir y peor aun, muchos menos se atreven afrontar y poner su grano de arena en la solución.

Sabemos que el trabajo pastoral es complicado; que hay mucho por hacer; que son muchas las personas que están lejos del Señor; que hemos sido bendecidos con la oportunidad de trabajar para Nuestro Padre; sabemos que como agentes de pastoral estamos llamados a evangelizar desde los distintos lugares en que estemos, con nuestro testimonio y con nuestras obras; que el llamado es a dejarlo todo por Él y por nuestros hermanos; que somos pocos y que el trabajo es mucho; sabemos eso y muchas cosas más.

Pero me pregunto sí en realidad estamos vinculados a la parroquia como agentes de pastoral para servir y trabajar por el Reino y Nuestro Padre o sí solo lo hacemos para figurar y que la comunidad en general diga: "vea, ahí va el que ayuda en la iglesia". Me pregunto hasta donde llega nuestro compromiso con la Parroquia, con la Iglesia, con el Evangelio, con Nuestro Padre y hasta donde estamos dispuestos a servir y trabajar.

No hablo de que unos hacen más y otros menos ni se trata de criticar o elogiar a quienes están más tiempo metidos en el templo o en más o menos servicios; me refiero es a la calidad y profundidad del servicio que prestamos cada uno.

Durante la presentación con los agentes de pastoral que se dio el miércoles en la noche, me quedó la sensación de que, si bien hay una buena cantidad de personas incluidas en los distintos grupos pastorales, muchos de los hermanos estamos (me incluyo) en más de un servicio.

Eso no es malo. Sí uno está en capacidad y siente el llamado a trabajar en más de un servicio y hacerlo bien, pues que lo haga, desde que lo haga bien y en todos cumpla y este a la altura. No dejando vacíos, ni "amontonando" servicios en una sola eucaristía o simplemente dejando de cumplir sin buscar un reemplazo, olvidándonos de los compromisos adquiridos o recostándonos en la buena voluntad y ganas de servir de nuestros hermanos, sin asumir el compromiso en la magnitud que lo amerita: ESTAMOS SIRVIENDO AL PADRE, HEMOS SIDO BENDECIDOS CON PODERLE SERVIR.

Pero desafortunadamente no todos tenemos la misma capacidad y compromiso, por lo que unos pocos terminan haciendo la mayor parte del trabajo y respondiendo por el mismo. Es el caso de la coordinación y colaboración en los compromisos en los distintos grupos pastorales: los proclamadores no llegan, los músicos no llegan, los ministros no llegan, los encargados de la acogida no llegan y casi siempre los mismos terminan haciendo todo: cantan, proclaman, recogen ofrendas, hacen la carpa, coordinan, reúnen, hacen formación, dan catequesis, recogen ofrendas y así sucesivamente, por que los demás no cumplen y se desentienden. Adicional a lo anterior, se llevan la poco grata fortuna de tener el inconformismo de los demás porque están "metidos en todo", "quieren hacer todo" y "se adueñan de todo". Las comillas son las palabras que se escucha en

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