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El Hombre En Busca Del Sentido


Enviado por   •  16 de Febrero de 2014  •  3.132 Palabras (13 Páginas)  •  610 Visitas

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“El hombre en busca del sentido” es una obra única y excepcional en la que Frankl habla de su experiencia en el holocausto pero va más allá de los hechos y los aspectos materiales, ya que trata el tema desde un perspectiva psicológica, es decir, habla de la evolución y los cambios de la mente experimentados en el campo de concentración.

La obra esta dividida en dos partes principales: el prefacio y la evolución psicológica que se dividirá a su vez en tres etapas: antes, durante y después de su estancia en el campo de concentración.

En el prefacio el profesor de psicología José Benigno Freire introduce la obra hablándonos de la vida de Frankl antes y después del internamiento en el campo de concentración, así como incluyendo alguna referencia de su estancia allí.

Frankl era un médico neurólogo de origen judío con una brillante carrera profesional por delante: estab escribiendo un libro en el que reflejaba sus reflexiones y percepciones sobre psicoterapia que, posiblemente alcanzaría un gran éxito. En cuanto a lo personal, recibe un gran cariño de su familia así como de su mujer con la que iba a tener un hijo.

Todos estos hechos están situados en la década de 1940,cuando ya empezaba a extenderse la invasión nazi. Esto hizo que Frankl y su familia se vieran obligados a planear una huida para evitar ser deportados a un campo de concentración. Frankl recibió un visado para emigrar con su mujer a Estados Unidos pero sus padres no tuvieron la misma suerte y no consiguieron ningún documento que les asegurara una huida segura, por lo que tenían que permanecer allí. Frankl, tras considerar la situación, decidió renunciar al visado y quedarse allí junto a sus padres. Al poco tiempo, todos ellos fueron deportados lo que obligó a Frankl a separarse de su madre y de su mujer así como a presenciar la muerte de su padre a los pocos días de llegar al campo de concentración. Además el escrito donde quedaban recogidas sus reflexiones psicológicas con vistas a ser publicado fue destruido.

A partir de ahí comenzó una dura lucha por sobrevivir de la que hablaremos posteriormente.

En 1940 Frankl fue liberado pero su sufrimiento no terminó. Cuando llegó a Viena recibió las tristes noticias de la muerte de su madre y su mujer al poco tiempo de ingresar en el campo. Además la mayoría de sus amigos habían muerto en el campo de concentración o se sentían tan decaídos como él por el gran impacto que causó sobre ellos la vivencia en el campo de concentración y sus consecuencias posteriores.

Frankl tras haber considerado la idea de suicidarse ante un futuro tan triste decidió terminar el libro que iba a escribir sobre psicología. Tuvo suerte y uno de los editores mantenía una copia así que acabó pronto la creación de su obra, a la que posteriormente añadió una reflexión psicológica de su experiencia en el campo de concentración. Tras muchas dificultades el libro llegó a tener un gran éxito hasta llegar a ser considerada en la actualidad una de las obras patrimonio de la humanidad sobre todo por la profundidad de sus análisis psicológicos.

Es importante señalar que en el prefacio el José Benigno Freire habla de que no sólo fueron judíos los que fueron perseguidos sino también católicos, cristianos, musulmanes,…

Tras las reflexiones del profesor de psicología José Benigno, comienza el relato de la obra. “El hombre en busca del sentido” no presenta los hechosy las atrocidades vividas sino que profundiza en cada uno de ellas, en elimpacto psicológico que causaban, además de mostrar la postura de los prisioneros ante la vida.

Además se habla de cómo en los campos de concentración los prisioneros no eran considerados como personas sino como números.

Es importante destacar la frase del autor: “Los mejores de entre nosotros no regresaron a casa” haciendo referencia a que muchas de las personas que lograron sobrevivir lo hicieron a costa de la vida de los demás, ya que habían perdido sus escrúpulos y tenían como único fin la supervivencia alcanzada a cualquier precio.

Esta introducción da paso a la explicación de las diferentes fases por las que pasa la mente del individuo marcada por la estancia en un campo de concentración, todo ello contado desde la experiencia del autor.

PRIMERA FASE

La primera fase se caracteriza por el shock. Los prisioneros se encontraban bajo la incertidumbre de no saber cuál era su destino; esta incertidumbre se desarrollará durante toda su estancia en los campamentos.

En el momento de llegar al campo de concentración la mayoría de los prisioneros experimentan la “ilusión del indulto”, es decir, la esperanza de que su experiencia futura no iba a ser tan cruel o que iban a ser liberados pronto, aferrados a un gran optimismo. De esta manera no se daban cuenta del significado de los hechos y vivían de ilusiones.

Poco a poco esas ilusiones y esperanzas fueron desvaneciéndose a medida que escuchaban los aterradores gritos de los fríos hombres de las SS, así como la crueldad de sus acciones.

El optimismo fue dejando paso a un humor macabro provocado por el hecho de haberlo perdido todo menos su existencia desnuda así como la curiosidad sobre si lograrían sobrevivir o no. Todo ello utilizado como mecanismo de protección.

En esta primera fase el prisionera perdía el miedo a la muerte, esto es explicado por el autor como: “ante una situación anormal la reacción anormal es la conducta más normal”, por lo que en ocasiones se reían de ciertas ironías y el humor que irradiaban algunos de sus compañeros.

Tras el shock inicial se inciaba en el prisionero una cambio psicológica cuyas características se abarcan en al segunda fase, que hace referencia a la vida en el campo.

El paso del estado de shock a la segunda fase se solía reflejarse con una gran apatía. Poco a poco se iban acostumbrando a las atrocidades que se llevaban a cabo en el campo de concentración, cada vez se iban haciendo más insensibles debido a que sus sentimientos se habían endurecido por las impactantes imágenes que habían presenciado en los días anteriores. En esta segunda fase la única tarea era conservar su vida y la de sus camaradas amigos.

El autor refleja en la obra una experiencia que constata este hecho. Habla de su estancia en un barrancón reservado para los enfermos de tifus donde tras una muerte los prisioneros no sentían la más mínima conmoción por el individuo fallecido. Se dedicaban a repartirse sus pertenencias y a observar indiferentes cómo se llevaban el cadáver del barracón.

Todo este armazón de insensibilidad era un mecanismo de defensa, se hacían insensibles para evitar el dolor, en muchas ocasiones provocado por la humillación y la indignación por la injusticia

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