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Marcha Del Critianismo


Enviado por   •  20 de Diciembre de 2012  •  4.265 Palabras (18 Páginas)  •  374 Visitas

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LA MARCHA DEL CRISTIANISMO DESDE LOS APÓSTOLES HASTA LOS VALDENSES JUAN C. VARETO 1. CAPITULO PRIMERO: AÑOS 1 -100 --- La tarea asignada por Cristo. — Ideas religiosas y filosóficas. — Testigos en Jerusalén. — San Pablo. — El primer combate en Roma. — Últimos días de San Pablo. — Últimos días de San Pedro. — Jacobo. — Des-trucción de Jerusalén. — Juan, el Apóstol. 2. CAPITULO SEGUNDO: Años 100-200 --- Adelantos del cristianismo. — Persecuciones. — Consulta de Plinio a Trajano. — Ignacio de Antioquia. — Policarpo de Esmirna. — Justino mártir. — Los mártires de Lyon y Viena. — Ireneo. — Tertuliano. — Literatura cristiana del segundo siglo. —La recepción de miembros. 3. CAPITULO TERCERO: Años 200-300 --- Sencilla organización de las iglesias. — El culto cristiano. — Costumbres de los cristianos. — Los mártires de Cartago. — Orígenes. — Más persecuciones. — Cipriano. — Los novacianos. — Las catacumbas. 4. CAPITULO CUARTO: AÑOS 300 – 606 --- La persecución de Diocleciano. — Constantino. — El Concilio de Nicea. — Juliano el Apóstata. — Principales escritores cristianos de Oriente: — Eusebio, Cirilo de Alejandría, Teodoro de Mopsuestia. El trío de Capadocia., Crisóstomo. — Principales escritores cristianos de Occidente: — Hilario, Ambrosio, Agustín, Jerónimo. — Avance del clericalismo. — Vida monástica: Antonio. — Innovaciones. — Los donatistas. 5. CAPITULO QUINTO: AÑOS 606-814 --- Decadencia espiritual e intelectual. — Controversia sobre las imágenes. -- Levantamiento del mahometismo. — Los paulicianos. — Carlomagno. 6. CAPITULO SEXTO: AÑOS 814-1054 --- Triunfo de las tinieblas. — Corrupción del papado. — Claudio de Turín. El año mil. — Separación de Constantinopla. 7. CAPITULO SÉPTIMO: AÑOS 1054-1305 --- Hildebrando. — Amoldo de Breseia. — Las cruzadas. — Valdensea y albigenses: Su origen. Pedro de Bruys. Enrique de Lausana. Pedro Valdo. Extensión del movimiento valdense. Vida religiosa de los valdenses. Antigua literatura valdense. — La cruzada contra los albigenses.

CAPITULO PRIMERO AÑOS 1 -100 La tarea asignada por Cristo. — Ideas religiosas y filosóficas. — Testigos en Jerusalén. — San Pablo. — El primer combate en Roma. — Últimos días de San Pablo. — Últimos días de San Pedro. — Jacobo. — Destrucción de Jerusalén. — Juan, el Apóstol. ——— La tarea asignada por Cristo. Pasado el asombro que la resurrección de Cristo había producido en el ánimo de los primeros discípulos, éstos se pusieron de nuevo a pensar en la marcha que seguiría el reino de Dios en el mundo. Siempre abrigando la idea de que Cristo iba a librar a Israel del poder de sus dominadores, le dirigieron esta pregunta: "Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?" Pregunta que, como alguien ha dicho, revela más bien el patriotismo y particularismo judaico de los discípulos, que un conocimiento de la universalidad y espiritualidad de la obra del evangelio. El señor les respondió: "No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis, poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra". Hechos 1; 6, 7. San Lucas, que relata este diálogo, dice que Jesús, habiendo dicho estas cosas, fue alzado, y una nube le recibió y le quitó de los ojos de los discípulos. La misión de los cristianos no sería la de especular sobre acontecimientos; no les tocaba enredarse en cuestiones de fechas, de años, meses y días. La misión que se les encomendaba era la de ser testigos. Tenían que ser testigos de lo que Cristo había sido en el mundo; testigos de su vida santa y de su pureza perfecta; testigos de las señales, prodigios y maravillas que había obrado; y sobre todo testigos de su gloriosa resurrección de entre los muertos. Este testimonio lo darían no sólo en el suelo natal. Franqueando los límites de Judea y de Samaria, tenían que ir a todos los pueblos del mundo, y hasta lo último de la tierra, para predicar el evangelio a toda tribu y en toda lengua. Detengámonos ahora para lanzar una mirada sobre el mundo de aquel entonces, y recordar brevemente cuáles eran las ideas religiosas y filosóficas más populares de los pueblos ante quienes tenían que ser testigos. Ideas religiosas y filosóficas. En materia religiosa, los judíos eran los más adelantados del mundo. Poseían los divinos oráculos del Antiguo Testamento. El culto mosaico era la expresión religiosa más perfecta a que habían llegado los hombres. Los profetas habían anunciado el advenimiento de un Mesías, y la esperanza de Israel estuvo durante largos siglos fija en el cumplimiento de esta promesa. El judaísmo se hallaba dividido en tres ramas: fariseísmo, saduceísmo y esenismo. Los fariseos eran los ortodoxos de la nación. Para ellos la religión consistía en el cumplimiento estricto y legal de ritos y ceremonias. Sumamente orgullosos de la posición que

asumían, se ligaban a prácticas externas, murmuraban sus oraciones, multiplicaban sus ayunos, ensanchaban las filacterias, es decir, las cintas con textos bíblicos escritos que se ceñían en la frente, y hacían gran alarde de una piedad que estaban muy lejos de poseer interiormente. Tenían mayoría en el Sanedrín, el congreso de los judíos, y ejercían más influencia sobre el pueblo que otros partidos. Los saduceos, o discípulos de Sadoc, formaban la minoría de oposición. Rechazaban las tradiciones que imponían los fariseos, así como los libros de los profetas, admitiendo sólo los cinco libros de la Ley. Negaban la vida futura, la inmortalidad del alma, y la existencia de ángeles y espíritus. Eran poco numerosos y de poca influencia. Los esenios eran una especie de monjes que, unos dos siglos antes de Cristo, buscaron en las soledades del Mar Muerto un refugio donde estar al abrigo de la corrupción reinante. De ahí se extendieron también a otros de Palestina. Vivían en el celibato, sumidos en un profundo misticismo, llevando una vida contemplativa y en completo antagonismo con la sociedad. Sin suprimir en absoluto la propiedad individual, vivían en comunidad. Eran industriosos, caritativos y hospitalarios. Por otra parte estaba el mundo pagano. Grecia y Roma aun en los mejores días de su gloria no pudieron librarse del culto grosero que se denomina paganismo. Este culto variaba mucho según las épocas y los países que lo profesaban, de modo que se requerirían muchos volúmenes para describirlo. En los días de los apóstoles y en los países donde ellos iban a actuar, consistía en la adoración de dioses imaginarios que representaban por medios de estatuas a las que el vulgo y los sacerdotes atribuían poderes sobrenaturales. En Grecia la divinidad principal era Zeus

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