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APRENDIZAJE CUANTICO


Enviado por   •  19 de Marzo de 2014  •  1.666 Palabras (7 Páginas)  •  371 Visitas

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La conciencia viene en grados

Hay grados diversos de conciencia. Luego el cerebro humano se investiga a sí mismo. Y la neurofisiología nos dice qué nos ocurre cuando sentimos. Puse un ejemplo extremo: dos hombres jóvenes lloran abrazados en un baño de vapor. Con diversos instrumentos vemos y medimos la tormenta en sus cerebros: neurotransmisores, axones de neuronas llevando señales, cerrando, abriendo, áreas cerebrales activadas, otras apagadas.

Ahora, eso que vemos en una pantalla e imprimimos, ¿es todo? Dennett y otros dicen que sí. Penrose y Searle encabezan el no. Horgan habla de una “laguna explicativa” entre la actividad cerebral y la conciencia (la actividad objetiva del cerebro y el amor subjetivo de esos dos en mi ejemplo): cómo la actividad de neuronas se transforma en gozo, dolor, recuerdo, migraña, amor, amor perdido. La actividad cerebral es un dato objetivo. El sentimiento es subjetivo.

El matemático y físico inglés Roger Penrose, experto con Hawking en agujeros negros, se ha metido a explorar el agujero negro más cercano: la conciencia, empleando la física cuántica. “Creo que es importante que cualquier lector que desee comprender cómo puede entenderse un fenómeno tan extraño como la mente en términos de un mundo físicomaterial, tenga noción de cuán extrañas son las reglas que gobiernan ese ‘material’ de nuestro mundo físico”, señala en Las sombras de la mente, p. 9, donde profundiza en el camino cuántico seguido en La nueva mente del emperador (NME). En esencia, necesitamos una nueva física para comprender la mente, postula Penrose, y se pone a buscarla con afán.

En nuestra imagen científica actual falta un ingrediente esencial, pero es un ingrediente que noestá más allá de la ciencia, y subraya el no.

También argumenta con vehemencia contra la tan de moda comparación entre la conciencia y la computadora. Se pregunta cómo encajan en esa imagen computacional nuestros sentimientos, la felicidad, el dolor, el amor, los sentimientos estéticos, la voluntad, el entendimiento. En NME ofrece un divertido ejemplo. Cito de memoria: tenemos tecnología suficiente para crear un robot de aspecto humano que, con las manos a la espalda, deambule murmurando: ¡Oh, Dios mío! ¿Cuál es el sentido de la vida?

¿Estamos ante la angustia de Macbeth cuando se pregunta si la vida es un cuento narrado por un idiota, que nada significa? ¿Estamos ante la angustia de Kepler mirando el universo? ¿No? ¿Cómo lo probamos? Ésa es la tarea de Penrose. Aplica la cuántica y el Teorema de Gödel.

Kurt Gödel y la conciencia

Siguiendo el programa planteado por David Hilbert en 1900, Russell y Whithead habían publicado en 1910 los enormes primeros tomos de sus Principia Mathematica. Kurt Gödel, en el todavía Imperio Austro-Húngaro, tenía cuatro años. En 1931, a los 25, publicó “La prueba de Gödel”, como la llama Britannica: “Sobre las proposiciones formalmente indecidibles de los Principia Mathematica y sistemas afines”. En pocas cuartillas probaba que cualquier conjunto de axiomas para formalizar con ellos la aritmética tendría siempre proposiciones sobre las que no se podría decidir si eran verdaderas o falsas. Una guía magnífica es El teorema de Gödel, de Nagel y Newman, Conacyt.

¿Y eso qué con la conciencia humana? Hay un corolario asombroso: “Dado un determinado problema, puede construirse una máquina que lo resuelva; pero no puede construirse una máquina que resuelva todos los problemas… El cerebro humano puede hallarse afectado de esta limitación”, op.cit. p. 123.

“¿Qué consiguió el teorema de Gödel? […] dio un paso adelante en la filosofía de la mente. Estableció sin discusión que ningún sistema formal válido de reglas de demostración matemática puede ser suficiente, ni siquiera en principio, para establecer todas las proposiciones verdaderas de la aritmética ordinaria. Esto ya es notable. Pero muestra que la intuición y la comprensión humanas no pueden reducirse a ningún conjunto de reglas computacionales […] Parte de mi objetivo aquí será tratar de convencer al lector de que el teorema de Gödel demuestra esto, y proporciona la base de mi argumento de que debe haber más en el pensamiento humano de lo que puede alcanzar nunca un ordenador, en el sentido que hoy damos al término ordenador”, Penrose, pp. 78-79.

Lo que sigue, según opinión del filósofo de la conciencia John Searle, es un “libro largo y difícil”, Searle, p. 63. “Pero es el único que conozco en el que ustedes podrán encontrar una exposición extensa y clara de los dos grandes descubrimientos: el teorema de incompletitud de Gödel y la mecánica cuántica”, p. 59.

Así que, vayamos al libro largo y difícil: “El argumento de Gödel no es a favor de que haya verdades matemáticas inaccesibles. Lo que sí afirma (énfasis de Penrose) es que las intuiciones humanas están más allá de los procedimientos computables”, Penrose, p. 440.

“¿A dónde nos lleva esto?”, pregunta Susan Blackmore a Penrose en sus Conversaciones sobre la conciencia, p. 250.

RP: “Intento decir que si necesitas que el cerebro haga cosas no computacionales, tienes que encontrar algo en el cerebro que tenga una posibilidad razonable de acumular efectos cuánticos a gran escala, y ahí es donde entran los microtúbulos…”.

En las células principales del cerebro, las neuronas, hay una estructura interna llamada citoesqueleto. Sus

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