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Alfabetizacion Inicail


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2012  •  4.573 Palabras (19 Páginas)  •  258 Visitas

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En cuanto a la enseñanza de la alfabetización inicial

¿Cómo conceptualizan la enseñanza inicial de la lengua escrita estas propuestas? Señalan que “enseñar a leer y escribir consiste, básicamente, en propiciar que los niños avancen en el dominio del lenguaje escrito, que sean cada vez mejores productores e intérpretes de textos de diferentes tipos , con distintas funciones, en condiciones diversas” (Myriam Nemirovsky: 1999).

Y ¿Cómo avanzan los niños hacia estados de mayor conocimiento de la lengua escrita? La mayoría de los autores coinciden que esto se logra mediante:

a) La interacción de los niños con la escritura y la lectura en situaciones comunicativas reales o verosímiles.

En consecuencia, promover el mayor número y tipo de oportunidades para que los niños lean y escriban textos auténticos se torna una actividad imprescindible en las aulas. Estas oportunidades para leer y escribir, tendrán que propiciarse desde los primeros días de clase. ¿Desde el primer día de clase? Sí. Recordemos que una vez que los niños ya diferencian el dibujo de la lengua escrita, ya han descubierto que la escritura es un sistema de representación simbólico que sirve para comunicar, “que dice”, “que puede leerse”.

Por supuesto que los niños no leerán ni escribirán convencionalmente, pero y en esto hay que ser muy precisos, lo que ellos hacen son verdaderos actos de lectura y escritura que los adultos tenemos que tratar con todo el respeto que exigiríamos cuando componemos un texto o cuando leemos oralmente para otros.

Cuando los textos que escriben los niños no convencionalmente, tengan que ser socializados, esto es, dados a conocer al destinatario, es recomendable, que el maestro, los padres de familia o alumnos de grados superiores, “transcriban” el texto. Por transcribir entendemos que los pequeños escritores lean a los “expertos” lo que escribieron y que éstos lo escriban convencionalmente. Es recomendable hacer la transcripción inmediatamente después que los niños han compuesto su texto, en la misma hoja o en una anexa y utilizando el mismo tipo de marcador que usó el niño.

b) La interacción de los niños con usuarios de la lectura y la escritura convencionales, vale decir con usuarios “expertos”, o “más adelantados” que ellos en este proceso.

Este principio parte del hecho de que uno de los factores que más facilitan el aprendizaje de la lengua hablada, es que el “aprendiz” está rodeado de expertos, que aún sin proponérselo, le “demuestran” contextualizadamente cómo se habla, y en general están dispuestos a resolver sus dudas o a ampliar sus conocimientos.

Transpuesto a la lengua escrita, afirmaríamos que es muy recomendable propiciar situaciones de trabajo compartido con compañeros de escuela de los grados superiores o con los padres de familia. Ejemplo de actividades de este tipo serían: los niños pequeños dictan (se entiende que dictan textos que ellos van componiendo oralmente para ser escritos) a los mayores, o, los “expertos” leen en voz alta a los “aprendices”.

c) Acompañar la lectura y la escritura con la “Reflexión sobre la lengua”.

¿Qué significa reflexionar sobre la lengua?

Reflexionar sobre la lengua, es una actividad que debe realizarse con las cuatro habilidades lingüísticas (leer, escribir, hablar, escuchar). Implica tres cuestiones: cobrar conciencia de los saberes que ya se poseen, conocer aspectos de la lengua que se ignoraban, e interrogarse sobre la manera en que uno mismo utiliza la lengua.

Para que los niños avancen en el desarrollo de su proceso de alfabetización inicial, es imprescindible que al interactuar con los textos, el maestro propicie situaciones en las que los escritores y lectores nóveles analicen, reflexionen contrasten, verifiquen y cuestionen sus propios puntos de vista. (Myriam Nemirovsky: 1999)

La reflexión sobre la lengua escrita en primero y segundo grados, estará estrechamente relacionada con las convencionalidades que mencionamos en páginas anteriores. Es importante subrayar que no se trata de “enseñar”, en el sentido tradicional del término, dichas convenciones; no se trata de explicarles a los niños en qué consiste la segmentación o la correspondencia sonoro-gráfica, la estructura de la carta, se trata de que analice, compare y establezca generalizaciones.

d) Favorecer la entrada de los textos de uso social a la escuela .

Diversos autores han coincidido en señalar que la escuela “escolarizó” la lectura y la escritura. Escolarizar la lengua escrita significa despojarla de sus funciones y sus usos sociales. Por ejemplo cuando para enseñar a escribir se solicita la elaboración de planas de “carretillas” (ra, re, ri, ro, ru), cabe preguntarse ¿En el mundo real existe ese tipo de escritura? ¿Qué tipo de texto se estructura de esa manera, es decir repitiendo lo mismo en toda la plana? O, cuando para enseñar a leer se utilizan textos como: Susi asea a Susú. Susú es su oso. Sí Susú es su oso. ¿En qué parte del mundo real, el hogar o la comunidad se leen textos de este tipo?

En otras palabras, lo que se aprende a leer y a escribir en la escuela son textos “hechizos” que no existen más que en la escuela. Paradójicamente los planteles educativos expulsan avisos, boletos, noticias, historietas, recados, artículos científicos, los textos que los seres humanos leen y escriben en la vida social.

Entonces, reiteraríamos, que para contribuir al desarrollo de la lengua escrita es condición indispensable permitir la entrada a las aulas de textos auténticos con sus usos, funciones y tipos textuales reales. Esto que pudiera parecer “muy complicado” “muy difícil para niños tan pequeños” resulta mucho más significativo que planas y planas de fa, fe, fi, fo, fu.

e) Retomar, para la alfabetización inicial, las condiciones naturales en las que los niños aprenden la lengua hablada.

La propuesta anterior se fundamenta en el hecho de que el aprendizaje de la lengua hablada, tan complejo, tan vasto, es aprendido exitosamente casi por el 100% de los aprendices.

Las condiciones que se propone transferir a la enseñanza de la lengua escrita (Brian Cambourne: 1988) son:

• Inmersión

Los aprendices del lenguaje oral están totalmente rodeados, verdaderamente sumergidos en un mar de situaciones comunicativas auténticas y por tanto contextualizadas. Acaban de arribar al mundo los recién nacidos y desde ya los padres, los hermanos, los tíos, los vecinos, les hablan; les hacen partícipes de las conversaciones en el hogar, en la

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