Analisis De Un Registro De Una Clase

Las instituciones educativas están pasando, al igual que la educación, por un proceso complejo de reorientación de sus fines y medios, para así intentar adaptarse a las nuevas demandas y desafíos provenientes de los continuos cambios que estamos viviendo dentro de las aulas, por ello, resulta conveniente abrir espacios de reflexión tales como este trabajo que se desarrolla a partir de un registro de observación de una práctica docente para referir al aula y al trabajo que en ella se desarrolla, considerando los contextos en los que se enfrenta la práctica docente frente a grupo.

La escuela, en los momentos actuales, se caracteriza por ser integradora y admitir la diversidad, pero estando continuamente alertas para que la desigualdad no se introduzca en ellas. A veces, intencionadamente o no, diversidad y desigualdad se confunden, o se quiere hacer ver que necesariamente una conlleva a la otra.

En este sentido, también el maestro debe tener cuidado emprender un camino de ida y vuelta, eso es lo que en el aula de la maestra Karina se observa hasta contextos más amplios para intentar justificar la necesidad de utilizar métodos, medios y recursos diferentes a los tradicionalmente utilizados en esa práctica de matemáticas, ya que todos aprendemos de diferente manera.

Desde el contexto al aula, es un camino importante que no debe pasar desapercibido los procesos que en ella se desarrollaron, y encontrar una forma de trabajar. Mi observación tiene el afán de contribuir al incremento de recursos y estrategias que proporcionen experiencias de aprendizaje permanentes, coherentes y significativas en los alumnos.

En definitiva, partir de la práctica cotidiana, de un registro de observación de una práctica relacionándola con los escenarios actuales y reales, se toma conciencia de los desafíos que se presentan –también de los condicionantes y dificultades a la hora de responder a los mismos- y repensar la propia actuación.

Sin duda alguna es un auténtico reto para los tiempos que estamos viviendo, con ello no tratamos de acusar ni deslegitimar los procesos de enseñanza aprendizaje que se desarrollaron en el aula de la maestra Karina.

Bastó con echar una mirada a la práctica de la maestra Karina para comprender que, por lo general, se desarrolló un trabajo comprometido y reflexivo que tuvo bastante que ver con algunas de las ideas que se expresaron. No obstante fue importante tomar conciencia de lo que se estuvo haciendo, del cómo y del porqué. Igualmente, hubo que intentar sistematizar métodos que aseguraron la continuidad de las prácticas que se pusieron en juego, así como intentar huir de aquellas otras que se desarrollaron como suceso o como resultado de lo pasajero. Fue importante asumir compromisos y despertar “un interés reflexivo hacia las matemáticas que se estaban aprendiendo para ayudarlos a establecer relaciones entre su vida y la asignatura, entre los principios y la práctica, entre el pasado y el presente y entre el presente y el futuro” (Blythe, 2002)

Considerado la sociedad en la que vivimos y en la que se llevó el registro como la Escuela Secundaria Técnica número 2 de Tuxtla Gutiérrez.

Referente a lo que pasó en el aula los estudiantes recibieron una gran cantidad de información, fuera de ellas, pero no siempre ésta se convirtió en conocimiento relevante. El esfuerzo se debió encaminar a intentar integrar conocimiento con valores, afectos, emociones y experiencias prácticas. En definitiva, dar vida al aula con ambientes de aprendizajes flexibles y motivante en todos sus aspectos, que se constituya en un verdadero contexto de aprendizaje y en la que se trabaje flexiblemente, se centra en problemas significativos.

Uno de los problemas con los que encontré fue la sobreabundancia de información hizo necesario el conocimiento de los puntos estratégicos del saber, pues si no sabemos acceder a la información o no tenemos fácil acceso a ella, ¿de qué nos sirve la cantidad? Pero aún así, no bastó con acceder a ella, hemos de aprender a organizarla a partir de núcleos básicos.Afirmo que lo racional no es estar bien informado. Una cosa es información y otra conocimiento. Este último es reflexión sobre la primera. Además, la racionalidad no se funda en el principio de la subjetividad, sino en el diálogo (Gimeno, 1999).

Por tanto, la clase no puede ser simplemente transmisión de información, entre otras razones porque ésta es muy amplia, cambia mucho, existen cantidad de formas de acceder a ella, y, en definitiva, fue absurdo que la función de la maestra fuera simplemente transmitir contenidos informativos. Lo que se necesitó fue transmitir pautas de comportamiento que permitan utilizar y rentabilizar al máximo la información que se posee.

Los tiempos están cambiando, todo cambia a gran velocidad, y casi todo aparece impregnado de provisionalidad en el aula de la maestra Karina, lo que puede colocar a la maestra en una clara situación de incertidumbre.

En el aula continuamente se realizan intercambios, y surgen obstáculos u oportunidades imprevistas. Cada hora y cada día el docente ha de hacer malabarismos ante la necesidad de crear un entorno seguro y de apoyo para el aprendizaje, presionado por el rendimiento académico, la necesidad de satisfacer la individualidad de cada estudiante en momentos distintos de aprendizaje, avances y evitar rezago.

Después de todo, hoy día, el debate esencial es el de realizar la selección apropiada, y ésta difícilmente se pudo realizar si no pensamos sobre cómo fue -y como debería ser-, la maestra no intentó conocer la realidad existente. Y nadie mejor que los propios docentes, para conocer el contexto en el que vivimos, y los cambios que se generaron, para potenciar las competencias requeridas. Pero desde la consideración de todos los saberes, no desde lo que poseen algunos.

La investigación que se hizo a través del registro sobre la enseñanza y el aprendizaje mostró la necesidad de dar clases cada vez más diversas, si bien hay que considerar que las demandas que se realizan desde la sociedad son múltiples, se pide que las clases sean cada día más diversas y se aconseja que los docentes conozcan diferentes estilos de aprendizaje, desarrollen destrezas transversales y de cualquier forma utilizar material didáctico.

La escuela es diferente a otras del pasado, es más compleja y tenemos a jóvenes adolescentes que han crecido al ritmo de la tecnología, por ende nos empuja a cambiar las prácticas docentes. Nuestras aulas no son meras prolongaciones de la sociedad, pero sí son igualmente complejos. De cualquier forma hay que replantearse cómo se entiende el trabajo del docente y del alumnado

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