Educacion Popular Institucional

Se entiende a la educación popular como un enfoque de educación alternativo dirigido hacia la promoción del cambio social, dirige su acción hacia la organización de actividades que contribuyan a la liberación y a la transformación del proceso del cambio social. Es un enfoque que entiende la educación como un proceso participativo y transformador, en el que el aprendizaje y la conceptualización se basa en la experiencia práctica de las propias personas y grupos, partiendo de la auto concienciación y comprensión de los participantes respecto a los factores y estructuras que determinan sus vidas, pretende ayudarles a desarrollar las estrategias, habilidades y técnicas necesarios para que puedan llevar a cabo una participación orientada a la transformación de la realidad. De esta forma la educación popular se entiende como un proceso transformador en el que las propias personas son los actores fundamentales. Tal proceso cuenta con varias fases, que se retroalimentan y redefinen continuamente.

a) Reconocer críticamente la realidad y la propia práctica.

b) Comprender y construir muchas formas de actuar.

c) Replantear la acción para mejorar la realidad.

d) Actuar sobre la realidad.

El propósito central de este paradigma se vincula con la necesidad de que el proceso de cambio sea asumido por el pueblo. En consecuencia, uno de los esfuerzos más relevantes es el de la educación de los grupos populares que son potencialmente capaces de actuar como agentes conscientes en las escalas en que se resuelve el destino laboral de las personas.

Los movimientos populares son experiencias que se enfrentan a poderes económicos, que rompen ese cerco físico y simbólico que la colonización y el capitalismo levantaron.

Desde muy atrás la resistencia y la denuncia de la injusticia han prendido de forma especial en Argentina, donde la educación se ha considerado una prioridad en los movimientos sociales. En algunos casos la propuesta pedagógica que estos han construido es parte esencial en su propuesta de lucha.

L a educación popular, es una práctica colectiva de autoeducación. Los movimientos de educación popular encuentran un referente en la pedagogía de la liberación, de Paulo Freire.

Su objetivo es formar sujetos constructores de nuevas realidades. El educador problematiza el mundo para ayudar a que las personas oprimidas se hagan conscientes de su realidad y se conviertan en dueñas de su historia. La herramienta privilegiada para ello es el dialogo. La pedagogía del oprimido crea una nueva relación entre el sujeto y el conocimiento.

Diversos movimientos sociales han llevado a cabo experiencias en esta dirección.

Entre ellos podemos mencionar el movimiento MOCASE,

Es una organización popular campesina de Santiago del Estero, en la cual sus integrantes se resisten a ser expropiados y expulsados de sus tierras, de su territorio.

Se consolidó como un movimiento que defiende y representa los interese de los campesinos. Adopta como principios fundantes la horizontalidad y la construcción de un modo de vida comunitario, participativo y democrático en confrontación con el orden social capitalista; en tal sentido, la creación de espacios formativos constituye una herramienta clave, tanto en la construcción y consolidación política del movimiento, como en la recuperación de su cultura y saberes no contemplados por la escuela oficial.

Los espacios educativos que impulsa se construyen a partir de los postulados de la educación popular y en clara oposición a las normas, valores y pautas inculcadas por la escuela oficial. En los orígenes mismos de la educación rural, las clases dominantes desviaron a las masas campesinas a un circuito educativo depreciado desde el punto de vista social y cultural. A ello se suma la imposición de un modelo pedagógico urbano que desvaloriza la cultura, saberes y forma de vida campesina.

El proyecto educativo que plantea el mocase debe ser mirado desde la óptica de un proyecto político, en tanto el objetivo final en la transformación social se precisa cuestionar el orden en vigencia, que es el orden de una dominación apoyada en la opresión y la exclusión, para alcanzar un orden de mayor justicia en equidad. En esta dirección saber leer y escribir determina la participación, habilita la discusión, el reclamo y el ejercicio de los derechos, porque la educación misma es un derecho.

Partiendo de los propios contextos y experiencias la propuesta educativa que tiene lleva a desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo a partir del cual pueden dar cuenta de que su propia situación de pobreza y marginación no reviste ninguna naturalidad que no son pobres naturalmente, sino que su condición fue construida y por lo mismo puede ser revertida con nivel de concientización y participación.

Otra experiencia de educación no formal son las organizaciones y movimientos de la sociedad civil OSC.

La cual hace resistencia contra las políticas neoliberales con luchas y demandas por una sociedad más igualitaria.

Frente a la desprotección social, el barrio funcionó como articulador de la movilización social, como lugar privilegiado en el que la solidaridad y la cooperación se intensificaron y como espacio de construcción de identidades y reconstrucción del lazo social. Las experiencias educativas tomaron fuerza en el 2001 y surgieron los bachilleratos populares por la exclusión y la desigualdad de los derechos de educación, entre los cuales una enorme cantidad de jóvenes y adultos fueron excluidos del sistema educativo.

Lo educativo en estas experiencias se entiende como un derecho humano que hay que garantizar. L a lucha por la defensa de este derecho es colectivo y no individual, por lo que este derecho a la educación interpela al tradicional formato escolar de la escuela de la modernidad

En relación a la educación infantil existen dos redes: red andando y red el encuentro, desde su tarea buscan dar respuesta a las necesidades que viven los chicos de la comunidad, buscan crear condiciones para que todos puedan crecer y aprender realizando actividades de estimulación, capacitación, contención. Intercambio, nutrición, animación. Articulación, formación y recreación.

La educación popular debe entenderse como un aporte a las luchas de las organizaciones populares; una herramienta más que forma parte de esas luchas, se trata de potenciar lo que la vida cotidiana, con sus reivindicaciones y luchas nos enseñan.

Su punto de partida es el mundo real de los sujetos de los sectores populares, descubriendo las relaciones de opresión y los procesos que la forman y transforman. Los sujetos deben asumirse como protagonistas de su aprendizaje y poder formar su propia opinión, al poder compartir la de otros,

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