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El Alma De La Toga


Enviado por   •  7 de Abril de 2012  •  1.860 Palabras (8 Páginas)  •  619 Visitas

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EL SECRETO PROFESIONAL.

“LA MEJOR FORMA DE GUARDAR UN SECRETO,

ES NO DICIÉNDOSELO A NADIE”

En la vida cotidiana, en nuestro diario actuar y sobre todo en la vida personal y ajena, hay que ser muy cuidadosos, prudentes y cautos; actuar con la mayor de las discreciones, pues es bien sabido que al comentar algo, por muy insignificante que esto sea, al rato dicho comentario se convirtió en una nóvela de trágico desenlace.

Luego, si en la vida cotidiana y normal es tan importante la discreción, cuanto más en la profesión de los abogados, quienes están obligados a guardar secreto y al no guardarlo cometen un delito, como lo estipula el artículo 365 del código español, esta materia de la revelación de los secretos es una de las sutiles, quebradizas y difíciles de apreciar en la vida del abogado.

La abogacía no es una carrera ni un oficio sino un ministerio; cuando se habla del servicio judicial en los pleitos, se olvidan del campo inmenso de los servicios extrajudiciales; cuando se quiere enjuiciar el caso por el pago de honorarios, se olvidan de que el abogado derrocha la mitad de su actividad sin ganar nada cumpliendo requerimientos de la amistad, del partidismo político o de la misericordia; cuando se pone al servicio del cliente nos desentendemos de que no le debe sumisión, acatamiento ni obediencia de ningún género y que su conciencia actúa siempre por encima de los deseos del interesado; si nos detenemos a meditar sobre las nobles características del abogado, nos persuadiremos de que no realiza un contrato sino que ejerce un ministerio y nos acercaremos a entender lo que es el secreto profesional.

El abogado en la guarda del secreto profesional, puede encontrarse en tres conflictos, con su propia conveniencia, con el interés particular ajeno y conflicto con un grave interés social; sería negligente de su parte charlar sin tino, dejarse arrebatar por la conversación, olvidar el deber de ser reservado, poner en circulación, por gusto sucesos conocidos en la intimidad de la consulta; asimismo, es responsabilidad del abogado elegir su personal y procurarles los deberes de fidelidad y reserva.

Solo la conciencia del abogado puede resolverlas con aciertos, a ésta le incumbe recordar que los abogados no son sólo hombres independientes sino los más independientes de los hombres y para responder dignamente a tal calidad, hay que extremar las preocupaciones, los miramientos y los escrúpulos.

LA CHICANA

¿EL FÍN JUSTIFICA LOS MEDIOS?

Todos nuestros actos, a pesar de las apariencias pueden responder a causas diversas, hay cosas que parecen buenas y son malas y viceversa; para empezar, hay que definir “CHICANA”; es una artimaña, un procedimiento de mala fe, especialmente el utilizado en un pleito por alguna de las partes, dícese de una broma o chanza; si bien las ordenanzas sancionan a los chicaneros, que hacen maniobras para alargar los procesos, para obstruir el trámite y demorar las terminaciones de los litigios; lo cierto es que la práctica de dicha artimaña es muy usual, incluso el uso de la misma se justifica en el libro del doctor Ramón Gómez Masia, titulado La trastienda de Themis; en el cual dice “la misión de los abogados es ganar los pleitos y para ello deben usar primero todos los argumentos de buena fe, velando por el propio decoro y la tranquilidad del espíritu y después los de mala fé, porque éstos en ocasiones, tienen un peso decisivo en la balanza de la justicia.

Entonces, dicho artilugio, es un problema de cuestión moral, y el cual para utilizarlo, no necesariamente hay que fiarse de las leyes ni de los libros doctrinales de las opiniones de los más sabios jurisconsultos, es nuestra conciencia quien nos dirá que se debe hacer y la que nos acusará por nuestra conducta o nos absolverá por nuestra abnegación; pues bien la lógica y la ética no se aprenden de los libros, sino de la vida del roce con los hombres y consultando íntimamente nuestra propia responsabilidad, la cuestión esta en distinguir casos y cosas.

No obstante que la chicana en un 98 por 100 de los casos la guía la maldad y contribuye en el deshonor de un abogado, debiendo en estos casos ser castigada, pues es maliciosa y no responde a una necesidad sino a un vicio de la voluntad; lo cierto es que en el 2 por 100 restante es inevitable, incluso recomendable y justificable; y si bien, con estas artimañas los buenos abogados comprometen su prestigio personal, es un gran ejemplo de deber, todo el secreto esta en determinar para qué se usa la chicana.

LA INDEPENDENCIA.

“LA LIBERTAD EL MAS IMPORTANTE ATRIBUTO”

Por sentido lógico, las profesiones liberales lo son porque se ejercen con libertad; por tanto en la abogacía el cliente tiene el derecho a ser atendido y abogado a ser respetado, el letrado ha de sentirse siempre en un grado de superioridad sobre el defendido, será como su confesor, tutor, como el gerente; el abogado deberá huir de varios peligros, como son; tratar de obtener una ganancia inmoderada, la codicia es hervor, inquietud, ceguera, el abogado que piense sólo en las ganancias, se adapta a la psicología de los jugadores; de las mujeres, pues quién resiste las súplicas de ellas (solo otra mujer), sus ojos, su voz y sus lágrimas, hay que recordar que las litigantes son propensas al llanto; el amor es rendimiento, pleitesía, encadenamiento, servidumbre y el que padece tan graves disminuciones de su voluntad, nada puede dirigir ni de nada puede responder; de la familia, llámense hermanos, abuelos,

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