Escuelas Efectivas

INTRODUCCIÓN

Este ensayo tiene el firme propósito de dar a conocer los beneficios reales de las escuelas efectivas, a partir de bibliografía de Fernández Díaz, M.J. y González Galán, así como de Sammons ,Hilman, Mortimore, textos que además serán contrastados con los resultados del SIMCE 2011 de la Escuela Particular Subvencionada Chillán, perteneciente a la comuna de La Florida, y cuyo puntaje se sitúa dentro del promedio superior a 250 puntos.

La eficacia escolar se ha convertido en uno de los objetivos de estudio desde hace algunas décadas y actualmente continúa acaparando el interés de investigadores y prácticos de la educación. En el desarrollo de este ensayo pretenderemos analizar los estudios de eficacia tanto en el ámbito de la investigación, como en la implementación de los procesos de mejoría de los centros escolares y su evaluación.

Daremos a conocer los once indicadores determinantes para lograr el objetivo de tener una escuela efectiva, los que se pueden llevar a cabo en todo tipo de establecimientos, independiente de sus conductas de entrada y entorno social.

Es fundamental comprender que una escuela efectiva solo tendrá un buen funcionamiento y cumplirá cada objetivo al que está encaminada, si cada integrante de la comunidad escolar asume el rol que le corresponde dentro del entorno, esto implica no sólo involucrarse, sino asumir una responsabilidad con la educación. Sólo un esfuerzo mancomunado logrará que la misión se cumpla en el mediano y largo plazo, obteniendo de esta forma rendimientos significativos acordes a las demandas exigidas por el curriculum.

La educación siempre ha sido importante para todo individuo y también para la sociedad en su conjunto. Por ello, entregar educación con parámetros de alta calidad que forme al hombre de manera integral se vuelve un requerimiento básico. Frente a esto, cabe preguntarse realmente contamos con escuelas que den una educación efectiva y significativa? ¿Los resultados SIMCE nos podrían demostrar la efectividad de una escuela? Esta interrogante se resolvería si visualizamos establecimientos que poseen un buen rendimiento académico, lo que asienta las bases de una buena gestión institucional centrada en el aprendizaje, según muestran modelos de escuelas eficaces.

Para comenzar nos gustaría citar a Murillo (2003) que define la escuela efectiva como “(…) una escuela que promueve de forma duradera el desarrollo integral de todos y cada uno de sus alumnos mas allá de lo que seria previsible tendiendo en cuenta su rendimiento inicial y su situación social, cultural y económica…”

Existe un conjunto de investigaciones sobre factores claves de efectividad escolar que han identificado características asociadas con logros académicos sobresalientes. Sammons, Hilman y Mortimore describen 11 factores para las escuelas efectivas, que se detallan a continuación:

El liderazgo profesional es un factor muy importante en la escuela efectiva y que debe estar centrado en el resultado del aprendizaje de todos sus alumnos, con una figura de Director que mantenga activo y comprometido a todo su equipo educativo, considerando tener un enfoque participativo y profesionales sobresalientes. Gray (1990) argumenta que “(…) la importancia del liderazgo de la dirección es uno e los mensajes más claros que nos ofrece la investigación sobre efectividad escolar…”. En ese sentido, al relacionar esto último con la práctica de la escuela observada, es posible afirmar que sí existe este liderazgo profesional, pero sería necesario afianzar el enfoque participativo del director hacia su equipo de gestión.

Visión y objetivo compartidos- Esto se enfoca en que toda la comunidad educativa debe construir y compartir los mismos valores y objetivos institucionales (PEI), llevándolos a la práctica en el trabajo diario. Al observar la institución, es posible notar de manera clara que hubo un trabajo conjunto en pos de un objetivo en común -el SIMCE- ya que aumentaron 40 puntos en el área de lenguaje.

Ambiente de aprendizaje, Creemers (1984) cita la investigación del holandés Schweitzer (1984), quien llegó a la conclusión de que un ambiente ordenado dirigido a la estimulación del aprendizaje estaba relacionado con los logros académicos de los alumnos. Está comprobado que contar con un buen ambiente de aprendizaje depende en gran parte de la visión, valores, objetivos de los maestros y forma de trabajar en equipo, así como el clima en el que se desempeñan los alumnos. La conjunción de estos factores da como resultado un entorno ordenado y un medio de trabajo dinámico.

La enseñanza y el aprendizaje como centro de la actividad escolar. Cohen (1983) hizo notar que la efectividad de la escuela es evidentemente interdependiente de la enseñanza efectiva en el aula. El principal objetivo tanto de escuelas como de los maestros es de concentrar su atención en la calidad y en la cantidad de la enseñanza y del aprendizaje que se pretende ofrecer. Visualizando la Escuela Chillán, veremos que propósito de la comunidad escolar fue mejorar el rendimiento académico de sus alumnos, a través de un marcado énfasis en el aprovechamiento del tiempo para obtener resultados significativos.

Enseñanza con propósito. Este parámetro contempla tres elementos importantes: Organización eficiente,

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