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Gerencia De Operaciones


Enviado por   •  31 de Marzo de 2013  •  2.634 Palabras (11 Páginas)  •  513 Visitas

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Resumen completo "La Frutilla Mecánica" de Alejandro Ribadeneira

Una estudiante llamada Salomé Obregón era la presidenta del gobierno estudiantil (GOBE) de su colegio, era peleada con la pelota desde sus 10 años por lo que su único interés era la Chismepolitan y lucir siempre bien. Sus novios iban con su hermano Estéfano a partidos de futbol mientras que ella se quedaba sola en casa. Llevaron al cole a la semifinal de futbol femenino y ahí comenzó una pelea con el rival donde todos se daban de puñetes hasta que lograron salir. En una reunión que organizaron con el rector, el inspector, la profe de educa, la capitana de las marimachas (futbolistas) y Salomé informaron que la única no sancionada era Jael (la capitana), así que decidieron reclutar gente. Voluntaria solo había una así que les pidieron a las más vagas que jugaran por conseguir sus notas y en ese grupo se incluía a Salomé, noticia que cayó como un balde de agua fría para ella. A 13 días de la final se formaron las nuevas jugadoras al entrenamiento: Agustina Burbano (estudiaba con beca deportiva pero nunca ha ganado nada; apodo: Futbolista), Joaquina Cevallos (tenía ojos de poseída; apodo: Poseída), Kessia Chalá (la única negra del cole; Apodo: Blanquita), Yovana de la Cruz (criticona sin arreglo; apodo: Lengua de Fuete), Elisette Delgado (le gustan las broncas; apodo: Dagor), Nancy y Mandy Gómez (gemelas traviesas; apodo: Chaufarín: Chaulafán y Tallarín), Milagros Guerrón (chica muy alta; apodo: Candy), Dora Kaviedes (siempre con un nuevo look; apodo: Albi), Mirna Hurtado (la única voluntaria; apodo: Tercer ojo), Jomaira Méndez (su sueño es ser cantante o actriz; apodo: Comeaplausos), Salomé Obregón (apodo: Princesa), Pamela Poroso (la mejor amiga de Salomé; apodo: Madrastra), Zuliv Tenorio (rebelde, siempre lleva la contra al reglamento del cole; apodo: Hambrienta) y por supuesto Jael Aguinaga (la capitana; apodo: Chucky). En resumen las chicas sabían muy poco de fútbol, cosa que preocupaba a Jael. Decidieron ir a comprar los uniformes en una tienda fashion pero cara, donde nadie se ponía de acuerdo y Jael se desesperaba. Cuando se pusieron de acuerdo, mandaron a estampar los números de cada uno según su posición, cosa que también causo demora. Luego comieron y fueron a ver los zapatos. Finalmente regresaron y al siguiente día comenzaron el calentamiento, casi ninguna resistía ya. Al día siguiente, Jael les sacó el aire a todas. De repente, apareció el rector y el inspector a vigilar el partido que tendrían contra un equipo que Salomé había solicitado. Cuando llegaron, eran niñas de 11 años, algo que enfadó mucho a Jael. Ella no jugó, pues quería ver como se desenvolvían sus jugadoras. Solo entró al segundo tiempo para intentar arreglar algo que ya era inevitable. Perdieron 5-1, pero tuvieron que superarlo para poder prepararse para la final con ánimo. El resto de la semana lo siguieron practicando; el viernes, mientras todas se concentraban en jugar, Salomé le preguntó a Jael que por qué no le pasaba la pelota y ella le dio una oportunidad, que fue desperdiciada por patear al aire. Jael se dirigió a Salomé y le dijo: “Por eso no te la paso, porque sé que no puedes y nunca podrás. Éste es mi partido y no dejaré que una pendeja como vos lo arruine.” Salomé se quedó pasmada, por lo que le dijo Jael, así que el sábado tomó un balón de su hermano y se puso a repasar en césped mojado. Estéfano casi la golpea, ya que causó que se borraran los autógrafos de los jugadores de la liga. Ambos hicieron un trato, Estéfano le enseñaba trucos a su hermana, y llevaba a su equipo de la U a jugar en el cole de Salomé, prometiendo dejarse ganar para subir los ánimos del cole y del equipo; todo eso a cambio del DVD original con todos los extras de The Mugre Music Band y la camiseta alterna de la Liga. El lunes, los repasos continuaron y a 15 minutos de que el equipo de la U llegara, se les fue notificada a todas por parte de Salomé. Todas, a excepción de Jael, comenzaron a maquillarse y arreglarse para los de la U. Llegó el equipo y comenzaron el juego, con una previa discusión entre Jael y Estéfano. Cuando iban 5-0 (perdiendo las del cole), Salomé le recordó a Estéfano el trato, a lo que él le respondió: Trato? Yo quiero ganar!. Terminaron 10-5, nada mal para unas principiantes contra un equipo de universitarios. Todo el colegio las halagaba, incluso las jugadoras reales de fútbol. Estéfano le imploró a Salomé que lo llevara donde Jael, porque estaba enamorado de ella. Salomé fue con Estéfano a la casa de Jael en pretexto de enseñarle cómo habían quedado los uniformes. Cuando llegaron, la madre de Jael les hizo entrar y les dijo que esperaran a que Jael llegara porque se había ido a comprar pan. La señora les dijo que les traería un café. Mientras la señora estaba en la cocina, Estéfano comenzó a curiosear los trofeos y camisetas de fútbol que había en un rincón. Llamó a Salomé muy escandalizado porque descubrió que Jael era hija de Patogol Aguinaga, un excelente jugador del Quito que también había dado todo de sí por ir con la Tricolor al mundial de Inglaterra. Salomé le preguntó a Estéfano acerca de la actualidad de Patogol, a lo que se enteró de que había fallecido hace un año en un accidente de tráfico. Llegó Jael y casi los mata a ambos, los mandó sacando de su casa y al siguiente día al equipo les hizo practicar el doble de lo furiosa que estaba. Estéfano le contó a Salomé que al equipo holandés le dice la naranja mecánica porque visten de anaranjado, así que comenzó a llamarse el equipo: frutilla mecánica. Fueron a comer al Saturday´s para darse ánimo: las frutillas, el rector, el fúnebre y la profe de educación física. Cuando estaban haciendo un brindis de suerte, llegó por atrás Bartolomé de Fleitas (el rector del colegio rival), el Comba Bolaños (entrenador del colegio rival) y su hija Batracia (apodo impuesto por Jael). Comenzaron una discusión entre los directivos, incluyendo a Jael y a la Batracia. El Comba Bolaños, hecho el prepotente, dijo que llevaría a Brasil a representar a la Tricolor en la Sub 18 a cada una de las frutillas que anotara u gol en la final. Jael y todas las demás se emocionaron. Vieron el uniforme del equipo y reusaron usarlo, ya que Salomé había mandado poner los apodos de cada una, y eso a muchas no les gustó. Todas decidieron jugar con el de educación física del Cole, aunque Jael le agradeció a Salomé por haber puesto Patogol en su dorsal. Al día siguiente, los buses que llevaron al Cole al partido fueron de lo más callados. Salomé intentó relacionarse con Jael. Jael le preguntó que si no le molestaba quedarse en la banca, ya que todas querían su oportunidad para anotar el gol y Salomé respondió que no. A todas les sortearon sus posiciones y llegaron con una plan de juego improvisado. Durante el primer

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