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JUEGOS VENEZOLANOS


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2013  •  3.710 Palabras (15 Páginas)  •  542 Visitas

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JUEGOS VENEZOLANOS

En Venezuela existen diversos juegos tradicionales producto de la mezcla de influencias que actuaron sobre la formación de la cultura criolla de este país y los cuales varían de región en región.

En este sentido, los juegos tradicionales venezolanos, son en esencia actividades lúdicas surgidas de la vivencia tradicional y condicionada por la situación social, económica, cultural, histórica y geográfica; hacen parte de una realidad especifica y concreta, correspondiente a un momento histórico determinado; en esto tendría que decir que cada cultura posee un sistema lúdico, compuesto por el conjunto de juegos, juguetes y tradiciones lúdicas que surgen de la realidad de esa cultura.

Asimismo, los Juegos Venezolanos que han ido pasando de una generación a otra a lo largo de la historia son los juegos que nuestros abuelos, enseñaron a nuestros padres y que nuestros padres nos han enseñado.

Estos juegos están conformados por una gran variedad, los cuales a continuación se describen varios de los más conocidos, recordados y vigentes juegos que hoy persisten.

A continuación se detallan los juegos que han divertido a los venezolanos a través de los años.

La Zaranda

En el llano venezolano (llano central) se realiza el juego la zaranda, originario de los indios nativos (guaiqueríes, guamonteyes, arahuacos, tamotes, tamanacos, caribes, palenques, entre otros), en esta zona se juega principalmente en la época de Semana Santa o días santos. Su nombre proviene de una mata de cuyo fruto seco la fabrican. La zaranda se elabora con una totuma (cuenco que se obtiene de picar en dos partes una semilla hueca y grande) que es atravesada por un palito. En la parte superior del palito se enrolla un cordel que al halarlo hace girar la zaranda. Ha esta totuma se le abren orificios para que al momento de lanzarla o girarla penetre el aire y produzca el sonido característico.

Para lanzarla o bailar la zaranda, se enrolla una cabuya en el palito y luego se hala para girarla en el suelo. Generalmente quien baila la zaranda es la mujer, ya que por los llanos venezolanos el hombre baila el trompo, de hecho la manera de jugar con la zaranda es que las mujeres se colocan en círculos y bailan su zaranda y los hombres lanzan sus trompos para destruir la zaranda.

Otra variante es en épocas de velorios del Santo, que son rituales religiosos que se acostumbran realizar con motivo de agradecer favores o milagros que le han hecho a un ser querido. En este ritual las mujeres lanzan y bailan sus zarandas y el hombre lanza su trompo para pegarle a la zaranda de la mujer que le gusta, si la destruye la mujer será su novia por esa noche.

Otra variante del juego es que se agrupan 6 a 10 mujeres al igual número de varones, lanzan sus zarandas y los trompos si quedan zarandas sin destruir ganan las mujeres y si las destruyen todos ganan los hombres.

Se tiene una creencia que cuando los niños juegan la zaranda y esta se rompe, es mal presagio, e indica que algo malo va a pasar y votan la zaranda. La Zaranda es de aquellos juegos que emocionaron muchísimo a los niños y a los adolescentes en épocas pretéritas, la zaranda fue uno entre otros como el trompo, que divirtió a los párvulos en nuestros pueblos, aldeas y caseríos, y hasta en las ciudades, donde llegó el eco zumbón de la zaranda.

Recuérdese a este juguete como algo sencillo, hecho de una perita de calabaza muy pequeña, a la cual se le incrustada una punta de madera dura y redonda, con largo de pocos centímetros. En la calabaza se hacían unos huecos para ventilar el interior del cuerpo de la zaranda y producir un zumbido característico de esta bailadora serena y zumbona, a tal punto era estimada la zaranda que sonara bien, que los muchachos peleaban por su zaranda a puño limpio, defendiendo la que les pertenecía y que era entre otras, la mas musical al bailar en la tierra fina de los patios en las casas, o en las calles solas de los pueblos de la provincia.

Por otra parte existían desafíos de zaranda, entre los jugadores apasionados al deporte popular venezolano. ¿Pero cómo se bailaba la zaranda? Pues mediante una cuerda o guaral fuerte, al que se le ponía al extremo en la mano del operador, un travesaño de un palito, se enrollaba el guaral al cuerpo de la zaranda y, mediante un templón, se soltaba la bailadora al terreno, donde zarandeaba emitiendo un sonido como el de un cigarrón gigante, que anduviera por allí volando sobre la tierra.

Había, desde luego, apuestas y discusiones entre los jugadores. Había en algunos casos hasta peleas a puño y puntapiés, por algo que se consideraba trampa en el juego. La que pagaba casi siempre los platos rotos era la pobre zaranda, que era batida contra el suelo o embestida por la enemiga con la púa sobre la que bailaba, para romper la calabaza y silenciar el sonido del rival, que estaba zarandeando en la tierra.

Yo-yo

Es un juguete elaborado en madera o plástico, que consta de dos partes iguales separadas por un corte hecho alrededor del mismo, por donde pasa una cuerda (guaralillo) que mide aproximadamente tres metros.

Esta se anuda al dedo del jugador, quien luego de enrollar el guaralillo en el corte que divide las dos tapas, lanzará el Yo-yo para hacerlo descender, ascender y girar sobre sí mismo, dependiendo del estilo y modalidad seleccionada por éste.

Existen varias modalidades para jugar Yo-yo, pero las más comunes son:

El perrito: consiste en lanzar el Yo-yo hacia abajo, tratando que el mismo se deslice sobre la cuerda. Luego, se deja correr por el piso, procurando incorporarlo al ritmo normal del juego.

El columpio: una vez lanzado el Yo-yo se deja deslizar, sujetando la cuerda un poco menos de la mitad. Con el otro extremo de la cuerda se forma un triángulo, y se introduce el Yo-yo en el centro, dejándolo balancear, para luego incorporarlo al ritmo normal del juego.

Origen

Un artefacto similar al yo-yo existía ya hacia el año 1000 antes de Cristo en China, donde se utilizaba como instrumento hipnótico. Sin embargo, en su origen, el yo-yo del que deriva el juguete actual era un artilugio de caza, similar al de las boleadoras de los gauchos, que los tagalos de Filipinas llevaban usando durante más de 400 años. Eran grandes y tenían bordes cortantes y tacos y estaban atados a largas sogas. Hacia el 1800 el yo-yo llegó a Europa como una versión en forma de juguete de esta arma. Los británicos, además de yo-yo, lo denominaron "bandalore", "quiz" y "juguete del Príncipe de Gales" mientras que los franceses lo conocían como "incroyable" (increíble) o "l'emigrette". A Estados Unidos llegó en la década

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