LA EDUCACIÓN EN VALORES AMBIENTALES EN EL NIVEL DE EDUCACIÓN INICIAL
Enviado por jose2013castillo • 30 de Septiembre de 2014 • 4.538 Palabras (19 Páginas) • 279 Visitas
LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN LOS PREESCOLARES PARA EDUCAR EN VALORES AMBIENTALES DESDE LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO
Recopilación y análisis de Mg.Sc. HUGO J. CASTILLO
Doctorante de URBE en Ciencias de la Educación
INTRODUCCIÓN
Durante la etapa preescolar, el niño participa en un sistema de educación general en el hogar y la comunidad (UNESCO, 1983). En la revisión del programa Nacional de Sistema Educativo Venezolano, con énfasis especial en el oficial (Programa de Educación Preescolar) se manifiesta que el nivel de preescolar es el menos atendido dentro del sistema educativo, sin tomar en cuenta que es el nivel en el cual se consolidan las actitudes y hábitos del niño y niña respecto a su entorno y su vida escolar futura.
Hasta este momento, los programas no contienen la estructura necesaria para abordar la problemática de la Educación Ambiental (EA), a pesar de que ésta debe ser uno de los ejes estructurantes de cualquier programa para conformar una educación encaminada hacia la sustentabilidad. Por tanto es necesario que exista un sólo programa de preescolar que contengan los fundamentos que lo orientaran y se adecúe a las realidades geográficas y culturales, de los niños (Chamizo, 1990). Así se presentaba la necesidad de que los preescolares se abra a la realidad social y aprovechar las ventajas que se brindan al formar a un niño de dicho nivel de aprendizaje. Esto aún hoy día no se ha logrado.
La gestión del conocimiento en el sistema educativo debe y puede responder a los múltiples retos de la sociedad de la información en función de un enriquecimiento continuo de los conocimientos y del ejercicio de una ciudadanía basada en los valores de convivencia, solidaridad y respeto. La revolución de tecnoinformación constituye el elemento esencial para entender la postmodernidad, en la medida en que crea nuevas formas de socialización, e incluso, nuevas definiciones de identidad individual y colectiva.
Esta revolución tecnológica ha suscitado algunos temores: a juicio de algunos, el acceso al mundo virtual puede llevar a una pérdida de sentido de la realidad, a una utilización de los medios de información como simples herramientas para globalizar prácticas poco cónsonas con la ética de la vida, o bien como elementos concentradores de poder. La gestión educativa ha de asumir con gran responsabilidad los nuevos retos, por un lado le corresponde facilitarle a los individuos de todos los estratos sociales una igual participación en los avances tecnológicos, logrando de esta manera disminuir la marginalidad, los niveles de pobreza que cada vez más crecen en forma exponencial; a fin de alcanzar un desarrollo sustentable que enriquezca la vida de todos los seres humanos.
Por el otro, que puedan desarrollar una ética de convicción, de hábitos, que le permita, aún siendo libre para decidir, tomar decisiones comprometidas con la sociedad. Así la educación rebasaría las fronteras del aula, sería una educación universal, brindando a cada persona la capacidad de participar activamente en un proyecto de sociedad.
Muchas de estas preocupaciones acompañan al mundo actual de modo más general, se habla de crisis de identidad, de fe y de epistemología. De identidad por la ausencia de un sentido claro de pertenencia y por la carencia de proyectos comunes unificadores; de fe, por la incapacidad de creer en algo, por la imposibilidad de cambio y la falta de confianza en el futuro y; epistemólogica, por la supremacía del conocimiento y la razón, que se expresa en una racionalidad instrumental-administrativa-gerencial, capaz de aplastar lo afectivo y sentimental.
Algunos afirman que se vive en una sociedad sin valores; otros que han aparecido nuevos valores asociados al nuevo paradigma socioeconómico y cultural; también hay quien dice que el problema está en la existencia de multivariedad de valores, lo que produce confusión y desorientación en la actuación y valoración de los seres humanos. Quizás esté ocurriendo todo ello, valdría la pena abordar el asunto teniendo en cuenta que en todas las sociedades y en las diferentes épocas el hombre como guía ha tenido que enfrentar sus propios retos de desarrollo, ¿por qué no podría hacerse ante el acelerado desarrollo científico-tecnológico y la globalización del mundo actual?
No obstante a esta realidad, no es ajeno el hecho de que existen cuestiones no resueltas en la comunicación y en la vida de los hombres, en su educación, en su calidad de existencia, que impiden el desarrollo de una personalidad integral y adecuada a la sociedad en que ésta se despliega.
El estudio sobre el comportamiento humano ha sido y es interés de diferentes ciencias: la filosofía, la psicología, la sociología y la pedagogía, las que desde sus diferentes objetos de estudios enfocan su campo de acción. Así los debates pueden ser desde los distintos puntos de vista. No obstante, el objetivo común está en la comprensión e interpretación de los porqué de las actuaciones de los seres humanos, para lograr orientar el comportamiento humano hacia las tendencias más progresistas de la humanidad, su crecimiento espiritual y material, todo ello dentro de los requerimientos que impone la sociedad, de ahí que, en el centro de su análisis se hallen los conflictos entre el ser y el deber ser, y derivado de ello entre el hacer y el saber hacer.
Por otro lado a partir de los diferentes enfoques científicos existen disímiles concepciones, que expresan la complejidad del fenómeno, su carácter multilateral, sistémico y contradictorio, pero que de igual manera contribuyen a avanzar en el esclarecimiento de su alcance.
La comprensión de ¿qué son los valores?, ha sido objeto de reflexión y polémica por los más relevantes filósofos hasta la actualidad. El objetivismo y el subjetivismo como corrientes axiológicas son expresión de ello, manifiesto en “si el hombre crea el valor o lo descubre” (Guervilla, 1994; 31). “El valor como el poliedro posee múltiples caras y puede contemplarse desde variados ángulos y visiones, desde una posición metafísica, los valores son objetivos: valen por sí mismos; desde una visión psicológica, los valores son subjetivos: valen si el sujeto dice que valen; y desde el aspecto sociológico, los valores son circunstanciales: valen según el momento histórico y la situación física en que surgen” (Guervilla, 1994, 32). Por supuesto que con ello no se puede concordar, es necesario integrar todas las posiciones científicas en una concepción única y coherente, puesto en cada uno existe una verdad.
Entender el valor como la significación socialmente positiva (Fabelo, 1989) es verlo contribuir al proceso social, al desarrollo humano. Esto quiere decir, que la significación socialmente positiva del
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