LA ORGANIZACION POR DENTRO
Enviado por MANUELITO23R • 5 de Agosto de 2013 • 3.246 Palabras (13 Páginas) • 523 Visitas
“LA ORGANIZACIÓN POR DENTRO”
De: Handy Charles
Asignatura: Organizaciones Transcomplejas
Facilitador:
Dr. Ricardo Gil Otaiza
Doctorantes:
Abg. Minerva Mendoza Paipa
Abg. Sonia Zerpa Bonillo
Lic. Antonio Patiño
Abg. Douglas Montoya
Abg. Manuel Alexander Rojas
Mérida, Diciembre de 2006
“La Organización por dentro”
De: Handy Charles.
Sobre el Autor:
Charles Handy se ha consolidado como el autor y pensador de "Gerencia" de mayor prestigio en Gran Bretaña. Sus planteamientos hablan tanto de la organización de las empresas como de las personas que allí trabajan. Se define a sí mismo como un filósofo social. Handy nació en Kildare, Irlanda, en 1932, y se graduó en estudios clásicos, Historia y Filosofía. Cuando acabó la universidad empezó a trabajar para Shell como ejecutivo de marketing, organización que dejó diez años más tarde, cuando la empresa sustituyó su nombre por un número de referencia. "Había entregado la única vida que tengo a una gente que no conocía", recuerda ahora sorprendido. Durante años ha sido profesor de la London Business School. Actualmente es escritor independiente, y tiene un programa de radio en la BBC, junto a su esposa Elizabeth, fotógrafa profesional. Entre sus obras publicadas en castellano hay "La edad de la sinrazón", "Más allá de la certidumbre", "La edad de la paradoja" (1996) y "El espíritu hambriento", “El elefante y la pulga” (2002). Todos libros de tono ensayístico acerca del trabajo, la sociedad y las organizaciones.
UN MUNDO CARACTERIZADO POR LAS DIFERENCIAS
El autor establece en uno de los pasajes de su libro, que la Inteligencia se puede manifestar o reconocer en muchos parámetros que no están conectados necesariamente entre sí, es decir que, podemos ser Inteligentes en más de un sentido, su lista personal de trabajo clasifica siete tipos diferentes de Inteligencia: Inteligencia Lógica: la de los que pueden razonar, analizar y memorizar. Inteligencia Espacial: la de la persona que puede discernir patrones en las cosas y crearlos. Inteligencia Musical: la de los que pueden cantar, tocar o componer música de todas clases. Inteligencia Práctica: la de la persona que puede desmontar todas las piezas de un carburador, pero nunca podría escribir correctamente esa palabra ni explicar cómo lo hizo. Inteligencia Física: la de los futbolistas, atletas y bailarines. Inteligencia Intra-personal: la de las personas sensibles que son capaces de introspección, la de las personas silenciosas y perspicaces. Inteligencia Interpersonal: la de los que pueden conseguir que se hagan las cosas con la gente y a través de la gente.
Quizá haya más tipo de inteligencias o combinaciones de ellas: las destrezas de comunicación pueden ser una combinación de inteligencia interpersonal y lógica o puede ser una inteligencia en sí misma. La resolución de problemas, también, puede combinar la inteligencia práctica y la espacial o puede ser independiente. Hacer una lista exacta no es importante, lo interesante es reconocer la inteligencia que cada uno de nosotros tenemos y la posibilidad de su aplicación en cualquier campo en la búsqueda de la eficiencia dentro de la actividad, sistema u organización en la que nos desempeñemos.
La tragedia de nuestra educación es el hecho de pensar que la inteligencia lógica es el único tipo de inteligencia que importa, todas las inteligencias excepto la lógica están agrupadas como actividades extra-escolares, es decir son excluidas. Debemos ejercitarnos para no preguntar: ¿Es muy inteligente?, si no ¿Qué clase de inteligencia predomina en él?
Es importante como se señaló antes, el reconocer el tipo de inteligencia de que se dispone para contar con la adecuada combinación de personas como recurso humano idóneo para una situación o actividad determinada. Todas las personas son diferentes es una brillante afirmación de lo que es obvio, pero con demasiada frecuencia nos olvidamos de ello. Suponemos que todo el mundo reacciona del mismo modo, que todos son como nosotros o, algunas veces, que son completamente distintos de nosotros.
Las personas somos diferentes, cada uno de nosotros tenemos nuestra propia personalidad y nuestras peculiaridades; pero, de algún modo, todos somos inteligentes y necesarios en una organización, sistema o sociedad. La suposición positiva es que todo el mundo puede ser útil y productivo en algún lugar y de algún modo; y que las diferencias son útiles. La suposición negativa es que las diferencias crean dificultades y que cuanto más allanemos las protuberancias, suavicemos las esquinas y consigamos que la gente se amolde, más fácil será la vida.
Organizarse solía significar liberarse de las diferencias; en la actualidad significa utilizarlas. Esto puede parecer trivial; pero importa enormemente cuando se trata de dirigir una empresa, una oficina, una escuela o incluso una familia.
Una familia caracterizada por las diferencias significa que en ella se anima a los hijos a que desarrollen sus propias personalidades y talentos y no simplemente a que sigan los pasos de sus padres. En una escuela caracterizada por las diferencias se quiere que todo estudiante cuente con su propio plan de desarrollo, su propio programa de estudio y su propia personalidad. En una empresa caracterizada por las diferencias se reconoce que los talentos maduran a diferentes edades en diferentes personas, que los diferentes modos de trabajar son adecuados para grupos diferentes. El departamento de ventas es improbable que se quiera reflejar en el departamento de contabilidad o viceversa. Una sociedad entera que contiene diferencias acepta que existan muchas clases de éxito, considerado así por unos mientras que por otros no.
Tal mundo caracterizado por las diferencias puede fácilmente degenerar en un mundo egocéntrico y egoísta de actitudes del tipo “Yo estoy satisfecho y me tienen sin cuidado los demás”. El reto de organizarse radica en unir estas diferencias en una causa común. Es más fácil dirigir una organización en la que todas las personas sean como autómatas; donde todo el mundo sea un número condicionado a la obediencia, pero también es más peligroso, porque carga toda la responsabilidad de la planificación de la organización, de su estrategia y su supervivencia sobre los hombros de sólo unas pocas personas y, a su vez, sobre las personas que han sido educadas a imagen de ellas, además limitan la creatividad individual y en consecuencia la posibilidad de crecimiento de la organización. Las personas envejecen y el mundo cambia con demasiada rapidez como
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