LIDERAZGO
Enviado por lmonjaras • 20 de Febrero de 2014 • 820 Palabras (4 Páginas) • 175 Visitas
En una sociedad cada vez más cambiante, la educación tiene la necesidad de encontrar sus raíces espirituales, el sentido de su destino y la dirección verdaderamente humana. Por eso resulta imprescindible un cambio de panorama donde exista un liderazgo educativo que busque el apoyo y la hermandad de quienes piensan de igual forma, en la esperanza de que cuando un grupo o una colectividad se unen en una búsqueda y un objetivo común, la eficacia es mayor. Especialmente cuando cada persona encuentra su puesto a partir de sus propios recursos. Esto quiere decir que el verdadero líder educativo incentiva el poder de la vocación en sus estudiantes, provocándoles una sensación grupal de destino, en el cual sus acciones, según sus capacidades, siempre son significativas e importantes en un mismo propósito.
Un verdadero líder educativo pienso es el que perturba nuestra seguridad, nos desafía, incitándonos a la exploración y animando el esfuerzo. El maestro transformante percibe cuándo el alumno está dispuesto a cambiar y ayuda a su vez a responder a necesidades más complejas, trascendiendo los antiguos moldes una y otra vez. El auténtico maestro es también un alumno, y es transformado por la relación de liderazgo que ejerce.
Se habla sobre dos ejes de Reforma interesa destacar, aquel relacionado a los temas de dirección de instituciones educacionales y los que abordan temas de perfeccionamiento docente. Uno implicado a desarrollar líneas de trabajo relacionados al fortalecimiento de las capacidades de gestión y evaluación de resultados. El segundo, fomenta el desarrollo profesional de los docentes y las políticas de incentivos
Se trata entonces, que el concepto de liderazgo no se circunscriba exclusivamente a los equipos directivos como tradicionalmente se establece. Un liderazgo educativo consiste en la visión de ayudar a las y los docentes a reconocer sus más profundos sentimientos y motivaciones, para que miren en su interior en busca de su propia auto-conciencia. Ello hace surgir un profesor líder, que con amor y preparación hace que el proceso educativo se convierta en una actividad dinámica, expresiva y transformante. Es imposible construir un mundo más humano y amoroso, a menos que uno mismo haya conseguido previamente convertirse en alguien sumamente humano y amoroso. De la misma manera, la educación puede transformar la cultura, pero sólo en la medida en que se hayan transformado sus educadores. La educación no puede cambiar si los docentes no cambian. Por ello surge la necesidad de líderes capaces de concienciar a los profesores de la conducta y las actitudes, frente a sí mismos y frente a sus alumnos, que observan cuando están en clases. Ya sea que se utilice la auto-observación, la grabación fílmica o la evaluación de los estudiantes, se pueden detectar actitudes positivas y negativas.
Hay que recordar que la pobre calidad de la enseñanza actual no se debe tanto
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