LOBBYING: INTERVENIR PARA INFLUENCIAR

“LOBBYING: INTERVENIR PARA INFLUENCIAR”

“La belleza del argumento. Si discutes bien, no te equivocas” (David O. Sacks, 2006)

El lobbying es un proceso comunicacional enmarcado en las relaciones públicas que ejercen las empresas, organizaciones e incluso personas particulares en situaciones en las que convergen intereses contrapuestos y que dependen en su resolución de decisiones externas. Bajo esta premisa, es importante recalcar que la acción de lobbying requiere de profesionales, de técnicas y estrategias para su ejercicio eficaz. El lobbying es considerado como una estrategia de comunicación política, no sólo porque el receptor de la comunicación es el poder público, sino también porque el emisor de ésta suele ser, generalmente, un grupo de presión o interés. Y finalmente, la metodología de toda acción de lobbying es la misma que la de las relaciones públicas. La actividad de lobbying ha sido desarrollada desde tiempos remotos, como uno de los modos de comunicación; no obstante, el lobbista difiere del comunicador porque su función no es informar, sino utilizar la información como medio para persuadir e influenciar, y así obtener resultados específicos favorables a sus intereses.

La acción de lobbying requiere de profesionales, de técnicas y estrategias para su ejercicio eficaz. Al ser el lobbying un proceso de comunicación nos demuestra que no es espontáneo, sino que responde a una planificación estratégica; la misma que necesita ser desarrollada por personas con preparación, que dominen y tengan conocimiento del tema. Por ello, debe comprenderse que el lobbying es una actividad meramente profesional, basada en la información, y a partir de ella, se trata de influir y persuadir en la acción del poder ejecutivo y legislativo a través de la aplicación de una serie de estrategias y tácticas comunicacionales. Por ejemplo, si observamos en la película “Gracias por fumar”, Nick Naylor es un lobbista profesional que sabe que es bueno en lo que hace y está seguro que el cabildeo (lobbying) es una profesión. En esta película, ejerce acciones de lobbying y utiliza técnicas y estrategias para influir y persuadir a una sociedad neopuritana y conservadora de Estados Unidos frente a un tema tan controversial como es el hábito de fumar. Este autor establece un concepto de libre albedrío, el cual consiste en que la decisión de fumar queda a elección de cada una de las personas que deseen hacerlo. En consecuencia, esto comprueba que a través de la aplicación de estrategias y tácticas comunicacionales se pueden modificar comportamientos y actitudes voluntarias, aun así frente a temas tan discutidos en la sociedad como es el cigarrillo. En este argumento, es importante mencionar la afirmación del lobbista argentino Armando Alonso, en la cual establece que el campo específico del lobbista es "la transmisión inteligente y persuasiva de conocimientos específicos sobre un tema determinado." (Federico Muller, s/f)

El lobbying es considerado como una estrategia de comunicación política, no sólo porque el receptor de la comunicación es el poder público, sino también porque el emisor de ésta suele ser, generalmente, un grupo de presión o interés. La acción de lobbying puede desarrollarse indirectamente por profesionales lobbistas (sujetos ejecutores) o bien directamente por los grupos de presión o las empresas (sujetos promotores y ejecutores a la vez), que dirigirán su acción a los poderes públicos (sujetos receptores). Un claro ejemplo de los sujetos promotores y ejecutores de lobbying a la vez (grupos de presión o empresas) se puede observar en la película “Erin Brockovich”, en la cual la acción de cabildeo es ejercida no sólo por Erin sino por toda la ciudadanía afectada que ejercía presión a través de la recopilación de demandas sobre una gran compañía de gas y electricidad que ha contaminado con restos

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