La Enseñanza
Enviado por uvak • 4 de Octubre de 2011 • 1.513 Palabras (7 Páginas) • 286 Visitas
Este libro publicado por Narcea es una traducción de una obra original de 1999
[Teaching for quality learning at University. Buckingham, Open University Press].
En el mismo se recogen las reflexiones teóricas y prácticas del autor, J. Biggs, tras
su paso por distintos sistemas de enseñanza, Australia, de donde es originario,
Canadá, Hong Kong y Nueva Inglaterra y tras numerosas publicaciones sobre
el tema.
En el logro de este propósito el profesor es una pieza fundamental, ya que
únicamente la actividad reflexiva de éste, acompañada de una base teórica
adecuada, permitirá el cambio de las prácticas docentes. Con ello no quiere
decir que las instituciones puedan pasar a un segundo plano, ya que desde la
planificación y sobre todo desde la inversión en formación del profesorado se
puede desarrollar un importante papel. Por su parte, en el libro nos propone desarrollar su fundamentación teórica del proceso de enseñanza, una de las
herramientas sobre las que elaborar nuestra reflexión personal sobre nuestra
propia práctica docente. La teoría es importante porque tener un marco adecuado
nos puede servir para planificar mejor nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje,
o incluso, poder entender cómo pequeñas modificaciones en nuestra práctica
cotidiana pueden lograr importantes mejoras.
Se ubica en un paradigma constructivista, se aprende cuando un alumno
afronta distintas actividades de aprendizaje, pero en este contacto el alumno
puede realizar actividades profundas, que impliquen crear nuevas estructuras con
los contenidos, o por el contrario, realizar actividades superficiales que únicamente
supongan un procesamiento superficial de la información, con una acumulación
sumarial de datos sin estructurar. Este planteamiento es el los denominados
enfoques de aprendizaje, propuesto originariamente por Marton y Säljo en 1976
y asumido completamente por el autor de la obra. La reflexión más importante
en este sentido es que los buenos estudiantes son capaces de usar un enfoque
profundo de aprendizaje, pero en el resto de los casos, el tipo de enfoque usado
no va a depender únicamente de sus características personales, sino que un
conjunto de variables del entorno de enseñanza-aprendizaje influyen directamente
en la actividad del alumno, por lo que una enseñanza de calidad será aquella que
asuma el reto de lograr un aprendizaje profundo en la mayoría de los alumnos a
través de las actividades de aprendizaje.
Para organizar todos estos elementos sitúa el proceso de enseñanza y aprendizaje
en el denominado modelo de la triple P (DUNKIN & BIDDLE, 1974). El resultado
del aprendizaje, su producto, está determinado por las actividades de aprendizaje,
que a su vez dependen de factores independientes del estudiante, como sus
conocimientos previos, capacidad y motivación, y por factores dependientes
del contexto de enseñanza, como los objetivos, la evaluación, el clima o los
procedimientos de la institución. Desarrollar este modelo y lograr una enseñanza
de calidad requiere que el profesor reflexione sobre su propia concepción de la
enseñanza, siendo el más adecuado aquel que nos aproxima a situar como centro
de la misma lo que hace el estudiante, siendo el profesor el responsable de diseñar
actividades que faciliten la actividad del alumno. En este propósito, el profesor ha
de ser el encargado de planificar los objetivos de aprendizaje, las actividades de
enseñanza-aprendizaje que permitan conseguir estos objetivos y unas tareas de
evaluación que sirvan para decidir si se han alcanzado los objetivos propuestos.
Cuando estos tres elementos se encuentran alineados se produce realmente
una enseñanza de calidad. Por ello, desarrollar los objetivos, los métodos y los
procedimientos de evaluación son los elementos imprescindibles de la actividades
del profesor, sin olvidar el clima creado en el aula y los procedimientos de la
institución en la que se encuentra.
El primer paso en el alineamiento es la definición de los objetivos de aprendizaje.
Para ello es preciso definir lo que se espera que los estudiantes aprendan, y a ser
posible, que nos aproxime al uso que los profesionales competentes hacen al
enfrentarse a sus tareas profesionales, tales como desarrollar aplicaciones, hacer
previsiones, diagnósticos o explicar y resolver problemas nuevos. Hacer estas
tareas implica llegar a comprender los materiales de aprendizaje. Para delimitar
los niveles de comprensión, y por ello, como marco de planificación de objetivos,
propone su taxonomía de resultados de aprendizaje, el Structure of the Observed
Learning Outcome (SOLO), que implica desde los niveles más bajos en los que
solo se adquieren de manera lineal conocimientos, a los más altos que suponen
relaciones entre elementos y aplicaciones nuevas de los mismos más allá de los
contextos en los que fueron adquiridos. Esta propuesta no es incompatible con la
tradicional distinción entre conocimientos declarativos y procedimentales, ya que
los niveles de comprensión más elevados, en los que aparece el conocimiento
funcional, implican la combinación de ambos tipos de conocimiento como medio
de resolución de nuevos problemas.
Una vez definidos los objetivos, el profesor puede desarrollar los aspectos
referidos al proceso, la motivación del estudiante y el clima del aula. Respecto
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