Las Cinco Tentaciones

La trama de la fábula se desarrolla en torno a un personaje, Andrew O Brien, director general de Trinity Systems, quién se encuentra a pocas horas de cumplir exactamente un año de haber sido promovido a dicho cargo. Sin embargo Andrew muestra mucha preocupación ya que precisamente tendrá que asistir a una reunión en la que tendrá que rendir cuentas a los miembros de la junta acerca de los logros obtenidos durante sus primeros 12 meses de gerencia. Él no espera recibir felicitaciones ya que sabe que su rendimiento no es el esperado.

Completamente desalentado, Andrew decide quedarse en su oficina pasada la media noche, algo que nunca había hecho desde que asumió la gerencia. Finalmente decide retornar a su casa, donde espera obtener apoyo moral de su esposa e hijos. Decide tomar el tren en la estación BART después de enterarse la vía del puente que conduce a su hogar estaba cerrada.

Ya a bordo del tren se reúne con Charlie, un hombre mayor que parece ser el portero de la estación. Andrew sintiéndose muy cansado, se ve envuelto en una extraña conversación con el anciano, quién inexplicablemente parecía saber lo que estaba agobiando a Andrew y la causa de sus problemas.

Poco convencido y de muy mala gana, Andrew analiza los conflictos que enfrenta. El viejo portero lo escucha y sin rodeos le dice que definitivamente él está fallando en su trabajo. Andrew se sorprende cuando se da cuenta que las causas fundamentales de su dilema las utilizó como soluciones a varios de los problemas que se presentaron durante su año frente a la gerencia. Charlie, ante la curiosidad y desconcierto de Andrew, revela las cinco tentaciones que conducen a los gerentes al fracaso. A la acalorada conversación se unen un hombre alto, un hombre calvo y un hombre elegante. Por extraño que parezca, los tres parecían saber lo que Andrew y el viejo Charlie estaban hablando y cada uno aportó con su cuota de sabiduría.

En el momento más transcendental de la conversación, el viejo Charlie desaparece, dejando a un sorprendido Andrew frente a las luces de un tren que rápidamente se acercaba hacia él. Tras un estridente pitido, sorprendentemente Andrew se da cuenta que la conversación con Charlie y los tres extraños no fue más que un simple sueño. Sin embargo las lecciones que aprendió de aquel sueño son reales y las mantuvo en su mente por el resto de su vida.

PRIMERA TENTACION

Egoísmo profesional: Preferir y anteponer la carrera al crecimiento y bienestar de una compañía.

Análisis

Según mi criterio, la primera tentación es el más difícil de solucionar. Algunos gerentes tienden a dar prioridad a su carrera, a su superación personal en vez de conseguir resultados, que según creo es lo que realmente nos permite medir nuestro éxito. Aunque es muy justo el hecho de que los ejecutivos deben sentirse orgullosos de los logros en sus carreras personales, no deben perder de vista el propósito de sus cargos y también de los resultados a lograr para la empresa.

En la fábula el viejo Charlie se decepcionó completamente cuando Andrew le dijo que el mejor día de su carrera fue cuando fue ascendido a gerente. Andrew menciona un importante punto de que la mayoría de gerentes están impulsados por su ego para lograr resultados. Cuando llegan al cargo más alto de la empresa, muchos de ellos se dedican principalmente a conservar su posición y no a ser una utilidad para la empresa ya que su único propósito es la ganancia personal.

Un director general tiende a recompensar a los empleados que contribuyen con el fortalecimiento de su ego, en lugar de aquellos que producen resultados para la empresa.

Según una publicación en página web del diario El País, “Algunos jefes son muy malos para la salud1” ya que a mediano plazo la manera egocéntrica de dirigir a sus trabajadores afecta en la productividad de las empresas. Complementando la información emitida por este medio virtual de comunicación, en la actualidad el 36% de los jefes en España, debido a su excesivo egocentrismo, son considerados como “tóxicos” por sus colaboradores, pero en la mayoría de los casos los máximos directivos no se enteran o no quieren enterarse.

Esto es una regla general que gobierna siete de cada diez climas laborales, en los que la dirección no se preocupa por las consecuencias nocivas que comporta el liderazgo de los llamados "jefes tóxicos", según el informe Cisneros 2005, dirigido por el psicólogo Iñaki Piñuel, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y socio de la consultora Mobbing Research, especializada en prevención de riesgos psicosociales.

Según Iñaki Piñuel, el 36% de los trabajadores españoles (siete millones de personas) reconoce que si pudiera "haría examinar a su jefe por un psicólogo". En opinión de Piñuel, este dato refleja "una profunda falta de autoconocimiento por parte de las personas que son consideradas válidas y competentes por el mundo empresarial".

En líneas generales siempre al dirigir una empresa hay que pensar en el futuro de ella, en los empleados y demás personas que la conforman ya que es tan importante para ellos como lo es para uno mismo.

SEGUNDA TENTACIÓN

Popularidad antes que exigir cuentas: Permitir acciones que están incorrectas y privarse del deber de exigir responsabilidad y cumplimiento a los empleados.

1REPORTAJE: GESTIÓN Y FORMACIÓN, EL PAIS ARCHIVO, 14 DE ENERO DE 2007

Análisis

El miedo de ser impopular entre los colegas hace que ineficaz al ejecutivo porque él no puede aplicar políticas que requieren más responsabilidades y rendición de cuentas.

El gerente debe dejar en claro lo que espera de sus subordinados y exigirles responsabilidad por los éxitos y los fracasos. Es su deber alertar a los que se están quedando e incluso advertirles de las consecuencias de no cumplir con las normas de la empresa.

Andrew se dio cuenta de que había despedido de repente uno de sus subordinados, Terry, por no para cumplir con las expectativas. Al principio, cuando Terry estaba tenía problemas con sus ideas publicitarias, Andrew habló en forma general con él acerca del tema, siendo un suceso desagradable y sin dar una solución sobre el problema.

Cuando las cosas se pusieron peor, Andrew no le dijo a Terry que se arriesga a perder su puesto de trabajo. Andrew tenía la esperanza de que las cosas mejorarían con el tiempo, pero tres meses después, las ventas seguían bajas y Andrew no tuvo otra opción más que dejar ir a Terry.

Andrew admite que él no le advirtió a Terry porque el hombre era mayor que él con casi diez años. Charlie señaló

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