Lenguaje Oral
Enviado por edgarslim • 6 de Mayo de 2014 • 2.073 Palabras (9 Páginas) • 178 Visitas
Formas de la expresión oral: espontánea y para dirigirse a un público.
Si bien la expresión oral se aprende, se desarrolla y se mejora en un proceso ininterrumpido desde el comienzo mismo de la, vida, adopta diferentes formas, espontáneas o no, que van posibilitando la satisfacción de las nece¬sidades elementales humanas, tanto materiales como espirituales y, por tanto, van permitiendo desempeñarnos cada vez más eficientemente en nuestra labor y en las relaciones sociales, así como en la fijación y expresión del conjunto de complejísimos fenómenos y conexiones de la realidad.
Formas espontáneas que adopta la expresión oral. Entre ellas tenemos la respuesta, el resumen, el comentario, la narración, la conversación, la exposición libre y la discusión. A continuación se expondrán algunas.
La conversación
Conversar es el ejercicio de la plática entre dos o más personas, en la que el lenguaje se aproxima al coloquial espontáneo, las palabras son sencillas, la atmósfera es amena, los gestos y ademanes acompañan a las palabras, las expresiones son naturales. A pesar de estas características, la conversación no es hecho fútil, ni frívolo. En ella se ponen de manifiesto los rasgos del carácter, el temperamento, los conocimientos adquiridos, la educación recibida, la ideología que caracteriza las convicciones, la formación cultural de los hablantes. Lógicamente, es importante respetar las opiniones de nuestros interlocutores, pues no podemos esperar respeto a las nuestras si no hacemos gala de liberalidad, aunque no estemos de acuerdo con lo que oímos.
Aunque la conversación es espontánea, llamamos así a las que surgen sin finalidad aparente, si bien siempre constituyen un fecundo intercambio de ideas. Un buen ejercicio que puede realizarse entre personas afines por su ocupación o por amistad, es el siguiente: sentados en círculo, en cualquier lugar adecuado, se propone un tema o se parte de una sugerencia de cualquiera. Se designa a alguien para que vaya anotando algunos errores o faltas, y después, al concluir la conversación, se van señalando y corrigiendo. Durante la conversación no debe interrumpirse a nadie, porque saber conversar descansa en saber escuchar, y en tener la habilidad de adaptarse cortésmente a la línea que va configurando el diálogo. Otra actividad puede ser la siguiente: cada persona queda en libertad de elegir un tema, que considera interesante para los demás. Una vez aceptado por todos, se estudia bien y se prepara una exposición. El día correspondiente debe hablar frente a los demás sobre el tema selecciona¬do durante 15 ó 20 minutos. Al final se hacen las preguntas, las aclaraciones y la crítica, si fueran necesarias.
Como se puede apreciar, aunque tratamos de la conversación “espontánea”, de cierta forma se convierte en “diri¬gida”, si en su desarrollo se predetermina el tema, o si se realiza una preparación previa. En cualquier caso, no deja de ser conversación, pues se debe lograr que prevalezca un clima de informalidad y amenidad, capaz de provocar satisfacción y la adquisición de conocimientos sin rigidez.
Esta modalidad de conversación, de carácter colectivo, recibe actualmente el nombre de conversatorio. Aunque dirigidos, los conversatorios logran su objetivo de relajar la tensión de los participantes y su atmósfera hace que fluya libre y agradablemente la expresión, unidos todos en el interés común por un tema o por una figura y su quehacer social.
Para sostener una conversación se hace necesaria la práctica constante y consciente, y desarrollar la capacidad de expresarse, saber escuchar, ordenar adecuadamente las ideas, emplear acertadamente el vocabulario y adqui¬rir seguridad en sí mismo. Un buen conversador debe saber cómo iniciar una conversación, cómo mantenerla, cómo derivar de un tema a otro para que no decaiga el interés de los demás.
Algunos temas que se sugieren para conversaciones “dirigidas” son:
¿Por qué no me gusta leer?1.
La delincuencia juvenil.2.
La responsabilidad de los jóvenes ante los problemas del mundo actual.3.
La pasión amorosa y el verdadero amor.4.
“Y es que la vida es demasiado breve para amar, sufrir, odiar, perdonar, olvidar, todo en ella. Serían necesa¬5. rias muchas vidas para vivir una pasión digna del alma humana” (Dulce María Loynaz).
El cine latinoamericano actual.6.
El comentario
El comentario es muy personal, tiene elementos de la realidad exterior –el texto leído, un filme, un aconteci¬miento de cualquier tipo–; pero también aportes subjetivos del hablante. La temática de los comentarios debe estar relacionada con las experiencias personales. Comentar es hacer observaciones sobre algo, generalmente en forma de censura. El comentario compara, juzga. Debe reunir tres condiciones esenciales:
Claridad (facilidad de compresión);•
Objetividad (que no influyan en él ideas que apartan del contenido),
Y Validez (que se base en razones y hechos reales y precisos).
Todo comentario exige meditar con anterioridad sobre el tema; seleccionar las ideas fundamentales y desarro¬llarlas en un orden lógico. No obstante lo que queda dicho, no hay dudas de que en el comentario el hablante “imprime su sello”, aporta su visión sobre lo comentado, de ahí que tenga inevitablemente cierta subjetividad. Aunque no sigue un orden específico, son muy importantes el principio y el final; el hecho y su última consecuen¬cia. Su extensión es muy variable. Si bien la intención primaria del comentario es criticar, censurar, debe emplearse un tono respetuoso al emitir juicios sobre lo comentado.
En el comentario se opina acerca del hecho, esto es, se da una interpretación personal del suceso, y en caso de que esta no sea compartida por el oyente, se aportan nuevos argumentos para tratar de convencerlo y hacerlo cambiar de opinión.
La discusión
Es similar al debate, en cuanto al carácter controvertible de ambas formas de expresión oral; pero debe señalar¬se como rasgo distintivo de la discusión la no preparación previa de los participantes, lo que provoca, en algunos casos, una débil fundamentación argumental, muchas veces debida a una incorrecta estructuración de la expre¬sión.
En esta forma de la expresión oral no se trata exactamente de dos corrientes, ideas o tesis irreconciliables, de las cuales una debe triunfar sobre la otra; se trata, en todo caso, de encontrar una solución que logre conciliar las tendencias que se sustentan, o de determinar la más correcta.
El procedimiento fundamental de la discusión es la argumentación. Los participantes intervienen sucesivamen¬te en torno a las tesis que se plantean y no requieren de un moderador
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