PREESCOLAR
Enviado por CANDYDOS • 17 de Octubre de 2013 • 454 Palabras (2 Páginas) • 213 Visitas
La hamburguesa que no quería ser comida basura
Valor Educativo
Comida sana y no caprichosa
Idea y enseñanza principal
Enseñar a espaciar la "comida basura" y no abusar de
ella
Cuento
Había una vez una hamburguesa que tenía muchas vidas. Cada día se despertaba en su hamburguesería,
esperaba pacientemente el turno hasta que era preparada por uno de los cocineros, y finalmente era servida en
cualquiera de las mesas. Mientras la comían, ella hacía todo lo posible por ser sabrosísima, y con el último bocado
del cliente, sentía como si se apagara la luz y se fuera a dormir. Y al día siguiente se repetía la historia.
Nuestra hamburguesita podría haber seguido viviendo así de tranquila durante muchos años, si no hubiera sido
porque un día, mientras esperaba su turno en el fogón, pudo escuchar cómo uno de los clientes la llamaba
“comida basura” ¡Cuánto se enfadó! Estaba tan furiosa que casi se quemó.
A partir de ese momento, se dio cuenta de que mucha gente usaba esa expresión para hablar de ella y sus
hermanas. Y tras escuchar atentamente cualquier programa de radio o televisión donde se hablara de comida
basura o comida sana, llegó a una terrible conclusión: era verdad que era “comida basura”.
Ahora comprendía por qué la mayoría de sus clientes favoritos estaban mucho más gordos que cuando los
conoció, o por qué los que visitaban mucho el local tenían mal aspecto. La hamburguesa se sintió fatal, ¡todo era
por su culpa! Así que trató de encontrar una solución, alguna manera de evitar aquel odioso nombre.
Y entonces se le ocurrió. Cuando vio que entraba uno de aquellos niños que pisaban al local casi a diario, escogió
el mejor sitio, y esperó a ser servida. Una vez en manos del niño, cuando llegó al momento más especial, el del
primer mordisco, se concentró tanto como pudo y… no pasó nada. El niño hincó los dientes en la hamburguesa y
masticó aquel bocado normalmente. Luego dio otro, con la hamburguesa igual de concentrada, pero todo siguió
igual... Así siguieron varios bocados más, y la hamburguesa estaba ya a punto de rendirse, cuando oyó la voz del
niño:
- ¡Puaj!, ¡Qué rollo! Esta hamburguesa no sabe a nada.
Aquello fue sólo el principio de un plan que resultó perfecto. La hamburguesa convenció a todas sus hermanas de
que no tuvieran ningún sabor cuando los clientes hubieran estado comiendo allí sólo unos días antes, a cambio de
estar aún más sabrosas cuando espaciaran más las visitas. De esa forma, dejaron de ver siempre las mismas
caras enfermizas y regordetas, y muchos de sus amigos comilones consiguieron un aspecto mucho más
saludable, además de degustar hamburguesas muchísimo más
...