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Preescolar


Enviado por   •  3 de Octubre de 2013  •  2.099 Palabras (9 Páginas)  •  206 Visitas

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PREESCOLAR:

El jardín de infantes como espacio de relaciones educativas

Entre los tres y los seis años de edad los espacios y las experiencias se dilatan enormemente entorno del niño: poseer un lenguaje suficientemente articulado; la creciente capacidad de compromiso verbal, mientras el discurso de los adultos y otras interferencias socioculturales facilitan el contacto del niño con el mundo ajeno a su experiencia. En el jardín de infantes el niño encuentra vestigios de estos ambientes que le son extraños, posibilidad de acceder a su comprensión y, mientras que el ámbito de la familia se ensancha en espacios a menudo inasibles. Los elementos de novedad y variedad del ambiente educativo estimulan la intervención del niño multiplican sus posibilidades de acción, ofrecen provocaciones y estímulos, esto no es fácil para el niño, aun cuando posea una buena dotación de habilidades motrices, verbales y mímicas el puede encontrar dificultades en estar con los otros, esta distinción tiene mucha importancia por que nos permite entender y nos permite captar diversos niveles de maduración en las actitudes relacionales del niño.

Estar con otros exige ciertamente posibilidad de comunicación. La interacción es posible además en la provisión de capacidades verbales y no verbales. En el jardín de infantes la comunicación se realiza en un contexto de relaciones preferentemente no estructuradas; dado que cada acción del niño entre los demás es para quienes perciben la información.

ACTUAR ENTE LOS OTROS, ACTUAR CON LOS OTROS:

El niño recaba de la situación los elementos para leerla, para interpretarla y al mismo tiempo, se inserta y asume una posición, pone una imagen de s i a la que trata de ser coherente y a la cual quiera vincular a los otros. En el jardín de infantes ocurre a veces encontrar niños que tienen dificultad para insertarse con inmediatez en la situación, algunos de ellos rechazan incluso entrar a la sala junto con los demás y se aíslan en el plano relacional.

Por ejemplo: pueden notarse pesados vínculos de dependencia emotiva de las relaciones familiares o de la casa, el no puede haber percibido claramente las reglas, las jerarquías y los ritmos. Tanto la búsqueda de referencias, gestos y ritmos tranquilizadores, como la evasión de las relaciones que vinculan, señalan que el niño no esta todavía en condiciones de ponerse en la situación de manera constructiva, libre y espontánea. Sabemos bien que la dimensión egocéntrica propia de esta edad no permite altos niveles de intercambio social, hasta demasiado claro es el significado de un concepto ya conocido como el monologo colectivo que indica precisamente la particular aptitud en los pequeños, de ponerse entre los otros como si estos no estuvieran, sin integrarlos o integrarse. La diferencia entre actuar e interactuar no es solamente cuestión de sucesión o de duración de la acciones.

Si es para el niño la primera referencia, con las cosas como con las personas; significa para el dar preferentemente una representación de sí; los intercambios intersubjetivos tiene un fin egocéntrico. La función del jardín de infantes como espacio de relaciones educativas tiene su propio punto de apoyo en estas primeras, aunque rudimentarias, estructuras del actuar o del interactuar.

Es necesario tener presente también el nivel de las dotaciones instrumentales de cada niño para la comunicación a fin de comprender su modo de estar entre los otros. La capacidad de expresarse con habilidades más o menos elaboradas en el plano verbal y en el de los lenguajes mímico-gestuales le permite entrar en varios niveles en el flujo de la comunicación. La posibilidad de expresar el Si en la comunicación con otros esta en efecto favorecida por un uso adecuado de las habilidades verbales y no verbales; lenguaje, gestos, actitudes, explorativas y curiosidad permiten al niño ponerse entre los otros con propiedad, manifestarse a sí mismo y sus preferencias, como también sus intolerancias: los intereses, las simpatías, la alegría o el aburrimiento, la ira o la tristeza, esto significa también poder encontrar en las respuestas de los otros una confirmación al Sí, es bueno a aclarar que ya a esta edad también la identificación puede ser selectiva y diferenciada.

INTERACCIONES ADECUADAS, DISTORSIONADAS:

No siempre los niños administran adecuadamente sus recursos.

En el campo de la comunicación hay niños que presentan evidencias carencias en el uso de palabras, gestos y que incluso teniendo el control suficiente. Hace un uso distorsionado. Sin embargo, se da el caso de que niños del todo capaces de administrar las funciones cognitivas y expresivas.

Todos reconocemos fácilmente al niño tímido, al demasiado sabio, al fanfarrón y al fantasioso y sabemos bien cuanto cuesta su relación con otros. El acceso adecuado, inadecuado o distorsionado a los intercambios interpersonales define diversas condiciones de la sociabilidad infantil y abre diversas posibilidades a la maduración de las aptitudes relacionales. Es necesario entonces que la intervención pedagógica facilite los auténticos intercambios relacionales; esto exige la plena integración de todos los recursos que derivan del compromiso educativo como disposición amistosa a sus modelos, sus aspiraciones, sus mismas dificultades de desarrollo. Cuando los niños interactúan, como las distorsiones, emergen con evidencia; es importante entonces que puedan ser recibidos y elaborados más que valorados o sancionados. El consenso operativo en el contexto relacional educativo deviene entonces para todos atención y habilidad en confirmar a las inadecuadas o ficticias, manejando la situación de manera que se produzca una suerte de integración o definición de las posiciones personales y una subdivisión del trabajo. La posibilidad de una evolución positiva de las interacciones se debe, por un lado, a la comprensión y a la recepción que el niño halla en el ambiente educativo, a menudo el niño necesita también que se le ofrezcan ocasiones para variar su representación, coartadas que le consientan justificar el abandono de la imagen precedente, tal vez con tono de broma o de disculpa incluso inocente. Algunos niños, no obstante, no parecen estar en condiciones de gozar; a menudo logran ponerse en una posición de la cual ninguna excusa o ninguna actitud de cooperación puede sacarlos, no entran en el juego del consenso operativo ni aceptan o adoptan estrategias fundadas en el tacto.

RELACIÓN Y VÍNCULOS:

La capacidad de interactuar del niño y sus aptitudes sociales tiene ciertamente una sólida raíz en las experiencias familiares; aquí es donde nace la predisposición del niño a buscar o rechazar los contactos interpersonales,

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