¿Qué no es educar en valores? El caso de la responsabilidad

TRABAJO SOBRE EL TEXTO:

¿Qué no es educar en valores? El caso de la responsabilidad        

Es importante para mí, retomar algunos aspectos conceptuales del autor del texto, estos que serán el punto de partida para mi crítica. El autor plantea que los comportamientos y acciones de las personas tienen su raíz en las ideas o nociones, las cuales pueden ser explícitas, estas entendidas como un conjunto muy articulado de conocimientos especializados; y otras de carácter tácito que son aquellas que incorporamos a nuestras acciones desde las ideas implícitas del contexto; a este planteamiento del autor, me permitiría subdividir las ideas de carácter tácito en dos, por un lado aquellas que se generan de mi interpretación del contexto, a las cuales yo definiría como representaciones mentales; y por otro las ideas aprendidas desde la interacción con el otro en el contexto, en este sentido, mi idea apunta a que todas nuestras acciones llevan consigo ideas de tipo explicito-conocimiento especializado, representaciones mentales e ideas aprendidas desde el otro del contexto.

El autor platea los valores como parámetros que empleamos en nuestros juicios para cualificar nuestros actos y, por medio de los cuales categorízanos nuestras acciones, sin embargo, es importante resaltar que no son los valores los que permiten generar ese juicio moral, es la reflexión de ese referente (valores) dentro de un contexto, la que otorga determinada categoría a un valor. Para el estudio de los valores el autor  retoma tres concepciones: la concepción objetivista, la concepción subjetivista y la concepción pragmatista y racionalista.

Para la primera concepción las personas saben lo que significan los valores, esto quiere decir, que los aprehende de manera directa. Para esta posición los valores están o son, y es la capacidad de la mente la que hace que se aprendan, desde esta postura los valores no pueden enseñarse: o mejor, que enseñarlos equivale sólo a que podemos mostrarlos y a confiar que los otros los vean.

La concepción subjetivista sostiene que cuando apelamos a los valores para enjuiciar nuestros actos lo que hacemos es mostrar nuestras actitudes, básicamente emotivas, ante esos actos. Los valores serían, entonces, los nombres que les damos a esas actitudes básicas de aprobación. 

Por último la concepción pragmática racional, la cual pone el acento en las acciones y prácticas, y la generación de estructuras racionales de juicio.

Cada una de estas concepciones nos permite dar una aproximación a los valores, sin embargo, se podría decir, que es una visión fraccionada; si partimos de la idea que los valores son vividos por las personas y están en las personas, seria mirar solo una parte del ser humano que revela en sus costumbres, hábitos y formas de ser esos valores, planteando así la necesidad de construir una concepción que visibilice los diferentes aportes de las concepciones planteadas por el autor, en una concepción holística e integradora.

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