Sexualidad
Enviado por juanleo369 • 12 de Marzo de 2013 • 1.070 Palabras (5 Páginas) • 306 Visitas
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Ruth Peña Corral
Módulo 4 “Socializar la Igualdad de Género”
Docente:
Raquel Platero
Master de Agentes de Igualdad
–
UCM
2004/05
Ensayo sobre sexualidad
“SEXUALIDAD. Entendida como la expresión del
instinto sesual o como la actitud de los
individuos en relación con la actividad sexual,
con
stituye un fenómeno social de primer orden,
condicionado por la evolución de las ideas y
creencias, (...)”.
(
Gran Enciclopedia Universal
.
ASURI. Bilbao, 1990. Tomo 19.)
π
La sexualidad: producto social
La sexualidad es un problema político, una herr
amienta para mantener el
equilibrio del orden social, un instrumento de evitación de un conflicto
descontrolado. Por ello se le somete desde las instituciones detentadoras de
poder a una serie de normas que delimitan sus parámetros y refuerzan el
equilibri
o sistémico jerárquico. A través de estas normas, que fácilmente
terminan convertidas en leyes, se uniformiza lo desigual como medida de control
del equilibrio, que utiliza tanto una violencia física como simbólica para hacer
efectivo el sometimiento a esa
s normas que saturan nuestras vidas y se sitúan
por encima de nosotros mismos, pudiendo llegar a hacernos sentir invisibles
frente a un todo social definido desde el poder.
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La sexualidad resulta ser el resultado del cruce de la naturaleza con la
estructu
ra social y responde, por tanto, a condiciones sociales determinados
por un contexto.
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En un primer momento, nos puede parecer un asunto íntimo que concierne
únicamente a la privacidad de cada individuo. Este parecer deriva de la idea de
que la sexualidad
responde a una fuerza natural, que va más allá de lo razonable,
y que, por tanto, responde a algo casi instintivo que le otorga un carácter de
impermeabilidad al cambio. En torno a esta idea, desde el poder, entendido
como todo aquello que otorga legitimi
dad (la religión, la medicina, el matrimonio,
etc), entendida como toda institución con influencia, se han venido, a lo largo de
la historia, construyendo diversos discursos en torno al mismo eje de carácter
cerrado centrado en la sexualidad únicamente com
o medio de reproducción. Es
decir, discursos que han situado la reproducción como fin último de toda
práctica sexual, situando fuera de “lo normal” a toda práctica que no respetara
este objetivo.
Frente a esta postura, lo cierto es que la sexualidad de
l
os seres
humanos se va construyendo mediante pautas sociales y culturales cada vez
más alejadas de la reproducción, es decir, hoy en día la mayoría de las prácticas
sexuales humanas no tienen como objetivo la descendencia. Por tanto, resulta
evidente que
la naturaleza no determina la conducta sexual.. Sin embargo, las
concepciones universalistas y totalizadoras sobre sexualidad, basadas en un
discurso biológico, han llevado a enraizar en nuestra cultura concepciones
erróneas que nos impiden o retrasan el c
uestionamiento de ésta. El retraso de
este cuestionamiento no es más que una forma de no alterar el equilibrio, de
forma que, las dudas o contradicciones se permiten cuando las fronteras del
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orden social se llenan de poros al necesitar reajustes por el cam
bio de
intereses.
Desde el poder se utiliza la sexualidad como instrumento de gestión
demográfica y de mantenimiento del orden social. Debe gestionar los recursos
existentes y el reparto de los mismos para controlar los desajustes y mantener
el equilibri
o.
La sexualidad no puede ser recluida a lo privado, ya que responde a
prácticas institucionalizadas específicas que la convierten en un asunto social.
Las prácticas sexuales son prácticas sociales en el momento en que son
reguladas desde la cultura y
la estructura. Por tanto, el recluirlas a lo privado,
lejos de ser respeto, es disfrazarlas bajo una máscara que se impone
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