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EL RÉGIMEN DE PROPIEDAD Y LAS DESAMORTIZACIONES


Enviado por   •  23 de Febrero de 2020  •  Apuntes  •  1.479 Palabras (6 Páginas)  •  175 Visitas

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EL RÉGIMEN DE PROPIEDAD Y LAS DESAMORTIZACIONES

Introducción

Las desamortizaciones en España fueron un largo proceso histórico y social iniciado a finales del s. XVIII (motín de Esquilache y cerrado ya muy entrado el siglo XX (en concreto el 16 de diciembre de 1924).

Consistió en poner en el mercado mediante una subasta pública las tierras y bienes no productivas en poder de las llamadas “manos muertas”, es decir, la Iglesia Católica, órdenes religiosas y territorios nobiliarios que los habían acumulado por donaciones, testamentos u otras fórmulas.

Su finalidad era acrecentar la riqueza nacional y crear una burguesía y clase media de labradores propietarios.

Además, el estado obtendría unos ingresos con los que pretendía amortizar la deuda pública.

La desamortización se convirtió en la principal arma política con que los liberales modificaron el régimen de propiedad del Antiguo Régimen, para implantar el nuevo estado burgués durante el siglo XIX.

El régimen liberal no puede entenderse sin el concepto de propiedad privada. Esta es sagrada e inviolable. Según la doctrina liberal los individuos tienen como principal derecho natural el de una existencia feliz. Para alcanzar esto es preciso tener propiedad de bienes, ya que es la manera de asegurar, no sólo el presente sino el futuro; de esta forma, la propiedad queda ligada, unida al derecho natural y a una existencia feliz.

Pero, por otra parte, puesto que los individuos desean lograr su felicidad, la propiedad da sentido al interés de cada uno por su trabajo. Pero para que los individuos puedan desarrollar su interés de trabajo es preciso que tengan libertad y cuenten con igualdad de oportunidades puesto que todos están buscando lo mismo: la felicidad. Lograr la felicidad significa acumular también la máxima propiedad posible.

Por tanto, la labor del estado con respecto a la propiedad privada tiene que ser doble: por una parte, debe garantizar que sea inviolable; en segundo lugar, debe proporcionar la libertad precisa e intervenir lo menos posible en la economía.

De acuerdo con estos principios, podríamos diferenciar lo que es desvincular y desamortizar. Ambas acciones pretenden lo mismo: sacar al mercado libre (subasta) bienes para que sean objeto de compra. La palabra “desvinculación” se aplica para los bienes de los seglares y la “desamortización”, a los bienes eclesiásticos. Se trata por tanto de proporcionar las condiciones necesarias para aumentar el número de propietarios y también que crezca la felicidad y la riqueza nacional.

La desvinculación se inició con la abolición de señoríos y mayorazgos y el proceso se inició en las Cortes de Cádiz. El mayorazgo había sido la fórmula por la que las casas nobiliarias en siglos anteriores habían podido mantener sus propiedades, el primogénito de la casa recibía todos los bienes de los que no era propietario, sino usufructuario, y no podía vender sino mantener los bienes para transmitirlos a su heredero.

Desamortización se aplica primero para los bienes eclesiásticos y luego para los bienes de los pueblos y fue la medida práctica de mayor transcendencia tomada por los gobiernos liberales.

La desamortización suponía dos momentos bien diferenciados: 1) La incautación por parte del estado de estos bienes por lo que dejaban de ser “manos muertos” para convertirse en “bienes nacionales”; 2) la puesta en venta mediante subasta pública.

Las desamortizaciones comenzaron durante el reinado de Carlos III en el Motín de Esquilache en 1766, cuando los jesuitas fueron expulsados de España y la Santa Sede dio el permiso para desamortizar sus bienes (hospitales, hospicios, colegios…).

Seguidamente, con Carlos IV y su ministro Godoy hubo también un permiso para desamortizar algunos bienes de la Iglesia.

Con José I se realizó también una pequeña desamortización que fue más bien confiscación de rentas para los gastos de la guerra de las tropas francesas.

Durante las Cortes de Cádiz se desvincularon algunos señoríos. Durante el Trienio Liberal (1820-1823) se llevaron a cabo otras desamortizaciones, pero poco ambiciosas.

Durante la Regencia de Espartero se llevaron a cabo también desamortizaciones de bienes del clero secular.

Pero la gran desamortización de España tuvo lugar durante la regencia de Mª Cristina de Borbón en 1836 realizada por Mendizábal que tuvo unas consecuencias muy importantes para la historia social de España, aunque sus resultados fueron relativamente pobres.

La desamortización de Mendizábal

Cuando en 1835 llegó de Londres para presidir el gobierno Juan de Dios Álvarez Méndez, su máxima preocupación era garantizar la continuidad en el trono de Isabel II. Para ello era necesario ganar la guerra carlista, pero este objetivo no podía realizarse sin dinero. A su vez, para poder fortalecer la credibilidad del estado, era preciso disminuir la deuda pública. Ante la mala situación de la hacienda,

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