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ANTICUERPOS MONOCLONARES


Enviado por   •  19 de Mayo de 2013  •  2.741 Palabras (11 Páginas)  •  521 Visitas

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INTRODUCCION:

La vida media de los linfocitos es de dos meses, a excepción de las células de memoria. Cada célula B tiene un ciclo de retroalimentación negativa que en cuanto se activa comienza a inhibirse. Si existiera un linfocito B de producción continua de anticuerpos, podríamos mantener una población basal de inmunoglobulinas. Esto se consiguió fusionando una célula tumoral maligna que nunca muriera, con un linfocito B, lo que causo un hibridoma que se dividiera continuamente

El hibridoma es una fusión muy poco eficaz, pero consiguió lograr células plasmáticas que no se morían. A estos anticuerpos que producían se les denomino anticuerpos monoclonales, debido a que todo el grupo de células plasmáticas producían un único anticuerpo específico.

Los anticuerpos monoclonales no funcionaron muy bien en clínica pero si en el diagnóstico, ya que permiten detectar cualquier sustancia (hormonas, citoquina). Su primera aplicación en humanos fue el Muromonab-CD3 contra linfocitos T humanos, pero se reducía la eficacia a la semana ya que nuestro cuerpo produce inmunoglobulinas contra los monoclonales del ratón, inutilizándolos o causando anafilaxis. Esto se denominó taquifilaxia (eficacia reducida).

Hoy en día para evitar la taquifilaxia con técnicas de ingeniería genética se volvió a comprobar que la eficacia del anticuerpo estaba en las regiones variables (dedos de Ehrlich), así pues, en virtud de esta estrategia, si se modificaban los dominios constantes múridos (de ratón) y los modificamos por dominios constantes humanos, se consigue un anticuerpo quimérico.

LOS PRINCIPALES ANTICUERPOS MONOCLONALES SON FUNDAMENTALMENTE DE TRES TIPOS:

- Anticuerpos 100% animales

- Anticuerpos quiméricos. Se sustituyen los dominios constantes múridos por humanos

- Anticuerpos humanizados. Se dejan intactas las regiones hipervariables (dedos de Ehrlich) y se sustituye el resto de la molécula por una inmunoglobulina humana. Apenas se detecta por lo que son los más eficaces.

¿QUE SON LOS ANTICUERPOS?

Los anticuerpos son proteínas que envuelven una estructura bioquímica compleja demarcada por la unión de cuatro cadenas proteicas: dos pesadas

(CH), y dos ligeras (CL), unidas mediante puentes disulfuro 1). Funcionalmente, los anticuerpos

se dividen en una fracción que involucra el reconocimiento antigénico, denominada Fab, y una fracción cristalizable (Fc) que media funciones efectoras como la citotoxicidad celular que depende del anticuerpo (antibody dependant celular cytotoxicity, ADCC) y la citotoxicidad que depende del complemento (CD) (2, 4).

Las regiones Fab están conformadas por una región variable y otra conservada. La región variable tiene una diversidad casi infinita para el reconocimiento de antígenos, gracias a las regiones determinantes de complementariedad (CDR), o regiones hipervariables; la región conservada ayuda a la estabilización de la reacción entre los segmentos CDR con el antígeno (1, 4, 5, 6).

Los anticuerpos no sólo son componentes fundamentales del sistema inmune sino que, junto con el estudio y el descubrimiento de sus funciones, han servido como herramientas biológicas útiles usadas de rutina en las áreas diagnósticas, terapéuticas y de investigación

¿QUE SON LOS ANTICUERPOS MONOCLONARES?

Los anticuerpos monoclonales son glucoproteínas especializadas que hacen parte del sistema inmune, producidas por las células B, con la capacidad de reconocer moléculas específicas (antígenos). Los anticuerpos monoclonales son herramientas esenciales en el ámbito clínico y biotecnológico, y han probado ser útiles en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades infecciosas, inmunológicas y neoplásicas, así como también en el estudio de las interacciones patógeno-hospedero y la marcación, detección y cuantificación de diversas moléculas.

Actualmente, la incorporación de las técnicas de biología molecular e ingeniería genética y proteica han permitido ampliar el horizonte de la generación de anticuerpos monoclonales y sus usos, y se han encontrado técnicas como la hibridación, la quimerización, la humanización y la producción de anticuerpos monoclonales totalmente humanos.

Es una de las áreas de mayor crecimiento en la industria biotecnológica y farmacéutica; en el mercado se encuentran cerca de 29 anticuerpos monoclonales aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos para uso en humanos.

Desde su descubrimiento hacia finales del siglo pasado los anticuerpos han cautivado la atención de médicos, bioquímicos y científicos en el área de las biociencias y la historia recoge testimonios de ello. Por ejemplo, el primer premio Nobel otorgado en el área de Fisiología o Medicina lo recibió Emil von Behring, precisamente gracias al trabajo en el que reportó el descubrimiento de los anticuerpos . Desde entonces y hasta el presente, quince premios Nobel han sido otorgados a individuos que han hecho aportes significativos en el ámbito de la inmunología. Siete de estos fueron entregados a personas cuyo trabajo estuvo directamente relacionado con anticuerpos.

Sin duda, este interés surgió de la inmensa potencialidad que, desde un inicio, les fue reconocida a estas moléculas para ser usadas en aplicaciones diagnósticas y terapéutico-profilácticas. Los anticuerpos policlonales o antisueros fueron los protagonistas en la época de la serología y la seroterapia. Los anticuerpos monoclonales de primera generación aparecieron a mediados de los años setenta para convertirse en las herramientas principales de poderosas técnicas analíticas como los radioinmunoensayos, los ensayos inmunoenzimáticos y la citometría de flujo. Más recientemente, avances importantes en el área de la biología molecular y el desarrollo de técnicas de ADN recombinante han hecho posible la creación de anticuerpos recombinantes, también llamados anticuerpos monoclonales de segunda generación.

Los anticuerpos policlonales o antisueros son poblaciones complejas de Ac, formadas por distintas clases de Ig en las que está presente una variedad de especificidades. Por el contrario, el término anticuerpo monoclonal (AcMo) se usa para referirse a una población de moléculas de Ac que son todas idénticas y que, consecuentemente, poseen todas la misma especificidad. De lo anterior se desprende que en una prueba analítica el chance de obtener falsos positivos, es decir, “reconocer lo que no es como si lo fuera" es mucho menor cuando se usan reactivos monoclonales.

En 1975, en un trabajo que posteriormente les valió el premio Nobel, G. Kohler y C. Milstein

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