LA CARA DESAGRADABLE. LAS ORGANIZACIONES COMO INSTRUMENTOS DE DOMINACIÓN

LA CARA DESAGRADABLE

LAS ORGANIZACIONES COMO INSTRUMENTOS DE DOMINACIÓN

El objetivo del autor en este capítulo es ilustrar cómo las organizaciones a través de la historia han estado relacionadas con los procesos de dominación social, en donde los individuos o grupos han encontrado la manera de imponer su voluntad en los demás. En el capítulo también es expuesta la idea en la que los países del tercer mundo están sometidos al poderío de las multinacionales, las cuales pagan salarios muy bajos a su mano de obra y también implementando estrategias para que los países se vuelvan dependientes de ellas.

El autor inicia mencionado a Weber quien introduce dos formas de dominación. La primera, caracterizada por ser impositiva y haciendo uso de de amenazas, y la segunda se encuentra relacionada a una imposición tenue por medio de leyes o regulaciones. Adicionalmente, Weber clasificó los tipos de dominación social en: 1) carismática basada en las cualidades del individuo, 2) Tradicional legitimado en las costumbres y la tradición 3) Racional-Legal en la cual el poder es legítimo por medio de leyes y procedimientos. Cada tipo de dominación social corresponde a un tipo específico de administración respondiendo está a intereses los cuales se ven impuestos sobre otros por medio de estructuras como la burocracia.

Asimismo, el autor menciona a Michaels quien expone que, si bien los líderes son elegidos de forma democrática a causa de sus planteamientos, con el tiempo, buscan pertenecer a grupos específicos que tienen como objetivo tener poder y que éste sea impuesto sobre otros.

Por otra parte, Morgan asevera que la organización, desde sus inicios, ha estado dividida en clases. Esto se evidencio en la clasificación de los sacerdotes, escribas, entre otros durante la época del feudalismo. Sin embargo, estas clases no producían bienes, de modo que se creó una clase social que se dedicara a esto como lo fueron los artesanos y posteriormente obreros, como lo fue durante la revolución industrial. De forma análoga, en la actualidad encontramos el mismo sistema en las organizaciones, pero relacionado a propietarios, administradores y trabajadores. El surgimiento de una clase social enfocada únicamente en la producción, se vio reforzada por la industrialización que trajo consigo el ideal capitalista y por ende, el trabajo asalariado el cual era directamente proporcional a la eficiencia del individuo en el empleo mecanizado.

Basado en estos conceptos, el capítulo introduce la noción de trabajo primario el cual se caracteriza por ser altamente especializado y requerido dentro de la organización; y secundario el cual tiene una menor remuneración, con enfoque en actividades generalizadas y no prescindibles. Esta discriminación de labores lleva a un reforzamiento de ideales relacionados a: no todas las labores y trabajadores tienen el mismo valor y capacidad, una segmentación dentro de la existente, debido al perfilamiento de actividades y un aumento en la tendencia al desempleo por parte de los trabajadores secundarios.

Esto debido a su condición de vulnerabilidad frente a las fluctuaciones del mercado las cuales hacen que la organización prescinda de ellos. Del mismo modo, esto incentiva el reconocimiento del individuo dentro de una sociedad en relación a su puesto, y resalta la desigualdad corporativa relacionada a las clases.

Posteriormente, se realiza una breve introducción a la responsabilidad empresarial

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