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LIDERAZGO DOCENTE


Enviado por   •  31 de Enero de 2012  •  2.487 Palabras (10 Páginas)  •  1.439 Visitas

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Bibliografía

Liderazgo Docente

Hablar de liderazgo desde el enfoque que se cita, concepto abordado por diferentes autores desde diferentes perspectivas, parece un tema trillado y poco atractivo en el ámbito educativo; sin embargo hoy es un concepto de alta relevancia que ha sido revalorado desde la perspectiva paradigmática de la calidad total empresarial de ésta época contemporánea actualidad, el líder se ha reconceptualizado, pues su función ha tomado diferentes roles dentro de todas las células que tejen una sociedad en un marco globalizado que nos empuja hacia una competitividad extrema. En este ensayo se pretende abordar la redefinición de este concepto desde la perspectiva de la práctica docente, y se termina con una propuesta para asumir el contemporáneo.

Este modelo de la calidad total ha sido tomado en los diferentes rubros de la productividad mundial, con el fin de lograr objetivos que anteriormente no se daban en otro modelo y es en este entorno globalizado, donde la mayoría de los países entre ellos México, se ha encaminado en este nuevo paradigma, su inercia nos ha envuelto y nos impulsa conscientemente o inconscientemente en una trayectoria que nos lleva hacia metas que requieren de actitudes y diseños diferentes, so pena de quedar anclados y dependientes de otros.

Los que estamos dentro del ambiente educativo, no escapamos a la inercia ya mencionada, y aunque el liderazgo no es término nuevo en el ambiente socioeducativo, sí su redefinición, pues ya que se denota en todos los rubros puesto que, "toda sociedad está compuesta por grupos básicos como la familia, el salón de clases, las organizaciones e instituciones, las empresas y dependencias públicas, las comunidades municipales, las colonias, los barrios, las comunidades eclesiásticas, clubes y asociaciones de todo tipo. Los diversos grupos humanos formamos la gran red o tejido social que da consistencia, fortaleza y sentido a dicha sociedad." , y cada uno de los grupos tiene un líder, pero no sabemos las acciones que corresponden a de dicho vocablo, pues en el proceso de nuestra formación docente aparece en el currículo desde una perspectiva teórica y ahí fenece; dado que las prácticas cotidianas adolecen de una presencia de liderazgo, un factor importante en los problemas educativos, dado que induce el decremento de la efectividad docente y por ende de un rendimiento poco redituable en la educación que se imparte de manera formal.

Ya no estamos en los tiempos cuando las decisiones venían desde arriba. Si algo ha demostrado la calidad en los productos es que el proceso invertido es más redituable en todos los sentidos, esto es, la planeación y la decisión de lo que se hace, no sólo debe partir de la imaginación del director general, sino que, antes de empezar siquiera el diseño del producto, las necesidades y las demandas de los clientes.

En el caso de las instituciones educativas, nuestros clientes son los alumnos, razón y sentido de la escuela. Si partimos de sus necesidades y de sus objetivos, la planeación institucional, incluyendo obviamente los planes de estudio, puede ajustarse a los requerimientos de todos los participantes en el proceso educativo. En este sentido, más que un jefe, las instituciones requieren de un líder que coordine acciones, que tenga claridad en las metas y en la filosofía institucional y pueda llevar a óptimos resultados todo proyecto educativo. El ejercicio de liderazgo requiere de formación y de la experiencia acumulada que se da con el tiempo del ejercicio profesional.

Los docentes que trabajamos frente a un grupo, escuela y/o oficina con nombramiento ya sea en el campo privado u oficial, por ese simple hecho de ser un trabajador frente a un grupo de personas (niños, jóvenes o adultos) nos coloca con un rol de líder formal o legal- burocrático ( Weber identificó de manera magistral tres prototipos de liderazgo: El liderazgo carismático, el liderazgo autoritario y el liderazgo legal burocrático.) y con un compromiso de propiciar un proceso de E-A de dirección y/o gestor y paralelamente a esa actividad como dice David Casares, también se establecen valores, relaciones que conllevan a la funcionalidad de su rol: como la empatia, la comunicación, la responsabilidad, la colaboración, la tolerancia, el respeto, la firmeza y la flexibilidad serán los aspectos que motivarán a un equipo de trabajo y a partir de ese momento el líder formal se transforma en carismático, pues en él coparticiparán de manera unánime, todos los miembros del equipo como si fueran uno solo, con el objetivo de llegar a las metas fijadas dentro de una planeación.

El ser un docente frente a un grupo, no significa el logro de un liderazgo ni siquiera el formal, se debe entender como el inicio de una etapa de liderazgo, pero que se tiene que confirmar con actitudes diferentes, dispuestos a los cambios que inevitablemente tienen que darse, pues obviamente se presentan una variedad de situaciones con los grupos que se atienden, como son: resistencia al cambio, desconfianza, inseguridades, suspicacias, rumores, engaños, ocultación de sentimientos, hostilidad, etc., que son parte de las características de la defensa de un grupo, ante la presencia de un líder formal.

Los líderes dan cohesión y unidad al grupo. Sin un liderazgo definido, los miembros tienden a pelearse por el poder, por sus propios objetivos en perjuicio de los intereses de la colectividad. El líder es el depositario de las expectativas, los valores, las creencias y esperanzas del grupo; por eso es apoyado y respaldado. Así, el liderazgo es una función social; es decir, un servicio requerido por todo grupo humano.

Un líder debe ser promotor del cambio, innovador, capaz de llevar a su grupo a través de decisiones colegiadas hasta los objetivos propuestos en un marco de avances distintos a los vigentes, sabiendo que será complejo cuando se trata de formar nuevas prospectivas que conllevan a alternativas distintas a las actuales, las que producen cambios o rompimientos de inercia y que por lo consiguiente resultan contrarias a los intereses de los que tienen en sus manos los presentes diseños, pues son afectados en los programas, diseños curriculares, administrativos y financieros de los planteles formadores de docentes o que involucran esferas del ámbito educativo.

Al mirar nuestro entorno socioeducativo, observamos de manera cotidiana que nuestros líderes por nombramiento forman sus cotos de poder para evitar ser removidos de sus territorios, esto se ha vuelto una cultura dentro de su incultura de liderazgo mal entendido, donde se presiona a la autoridad y ésta se doblega ante sus pequeños cotos de poder, donde predomina la

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