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Comparación Jesús-Socrates: Metodología Y Enseñanzas


Enviado por   •  9 de Abril de 2015  •  1.154 Palabras (5 Páginas)  •  151 Visitas

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Métodos de enseñanza:

Sócrates:

La mayéutica es definida como el método en el que se logra “parir” el conocimiento de las personas a través de preguntas. Sócrates inicia interrogando a su interlocutor acerca de un tema, le pregunta cuestiones como ¿Qué es la belleza? A lo que este responde que por supuesto sabe lo que es, de esta manera, el filósofo hace una serie de preguntas hasta que el interlocutor llegue a una confusión o se de cuenta que en realidad no sabe lo que aseguraba saber.

Poco evidente era la presencia de una enseñanza en este proceso, pues, Sócrates no era alguien que enseñara formalmente a sus interlocutores, ni que diera respuesta a las preguntas propuestas, su método consistía en una serie de preguntas, tal vez encaminadas a un fin, y que contribuirían a que el interlocutor llegara a una contradicción, luego, éste debía conocer el concepto del tema que se estuviera hablando.

A diferencia de los sofistas, expertos en hacer el argumento más débil, el más fuerte, con grandes habilidades para la oralidad, quienes cobraban dinero a las personas por enseñar este “arte”, el filósofo no lo hacía. Sócrates aseguró que nunca fue maestro de nadie, no enseñó, ni instruyó a ninguno, tampoco tuvo discípulos, pues en sus días corrientes, hablaba con los interlocutores y no encontraba diferencia si un interlocutor era rico o pobre, hablaba para quien deseara escucharlo, sin obtener remuneración alguna.

Los temas de los que Sócrates hablaba con sus interlocutores en sus diálogos, variaban desde la virtud, hasta la belleza. Aseguraba que persuadía a jóvenes y viejos para que no se ocuparan de cuestiones como el cuerpo y los bienes, pues lo primordial era la cuestión del alma. Trataba de convencer a los demás de que se preocuparan por ser ellos mismos.

El filósofo afirmaba que cumplía con los designios que le habían encomendado los dioses pues al ser consultado, el oráculo de Delfos, por el hombre más sabio, este había respondido que era Sócrates y este comprendió que su sabiduría se basaba en ser consciente de su desconocimiento, de modo que emprendió su búsqueda y la misión de hacerle ver a los hombres su ignorancia. Para comprender lo dicho por el oráculo y poniendo en duda la veracidad de su respuesta, fue en busca de respuestas, escogió a hombres que creían ser sabios y que además eran reconocidos por los demás como tales. El resultado, ninguno era más sabio que él en tanto que ninguno era consciente de su enorme desconocimiento de las cosas. Luego, se aseguraba de demostrarle a la persona que creyera ser sabia, que no lo era y le asistía en el proceso de la formación de conceptos.

Así mismo, Sócrates alegaba que su obrar era asistido por una voz interior que, al actuar, le advertía si aquello era un error y le ayudaba a discernir lo bueno y lo malo; no obstante, no se le expresaba de forma compleja sino de forma sencilla. Esta voz interior que identificaba con una «voz profética dentro de mí, proveniente de un poder superior» le acompaño durante toda su vida y le sirvió de guía (a pesar de no indicarle de forma explícita lo que debía hacer)

Su vida, a excepción de su servicio militar durante la guerra del Peloponeso, transcurrió en Atenas. En sus calles encontró el escenario adecuado para inquirir a sus conciudadanos, para lanzarse en la búsqueda del conocimiento del hombre, para invitar a aquellos que le quisieran escuchar,

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