Filosofia Politica De Platon
Enviado por Camilafoucault • 27 de Octubre de 2014 • 2.038 Palabras (9 Páginas) • 339 Visitas
Platón (427 – 347 a.C, Grecia) expone su teoría política en su obra La República.
Sociedad y política: la naturaleza social del ser humano
A diferencia de los sofistas, para quienes la sociedad era el resultado de una convención o pacto entre los individuos, para Platón la sociedad es el medio de vida "natural" del ser humano. Si atendemos a las características de la vida humana, en efecto, podremos observar que el ser humano no es autosuficiente, ni en cuanto a la producción de bienes materiales necesarios para su supervivencia, ni en cuanto a los aspectos morales y espirituales que hacen de la vida del ser humano algo propiamente humano. Las tendencias que inclinan al ser humano al amor, a la amistad, a la convivencia en general, son tendencias naturales, por lo que no tendría sentido pensar que el medio, necesariamente social, en el que se desarrollan, fuera algo no-natural. Difícilmente se podría concebir la vida del hombre manteniéndose ajena al Estado. Esta teoría de la "sociabilidad natural" del ser humano será mantenida posteriormente también por Aristóteles, quien definió al hombre como un “animal político”, es decir, “animal que vive en sociedad”.
La vida social de los humanos
Platón establece similitudes entre la moral individual y la moral colectiva, o entre el gobierno de los bienes individuales y el gobierno de los bienes colectivos, o entre la naturaleza del hombre y la naturaleza del Estado. Para Platón existe el Bien en sí, es decir, valores universales y eternos, por lo que difícilmente la referencia del buen comportamiento del individuo puede ser distinta de la del buen comportamiento del Estado. Tiene que existir un único modelo de comportamiento moral.
La sociedad ideal
¿Cómo tendría que ser una sociedad ideal? Dado que la sociedad debe existir para satisfacer las necesidades de los hombres, y que éstos no son independientes unos de otros ni autosuficientes para abastecerse, el primer fin que debe garantizar toda sociedad es un fin económico. Los hombres tienen diferentes capacidades y habilidades, siendo preferible que cada uno desarrolle las que posee por naturaleza, lo que introduce la división del trabajo en la organización de la sociedad. En una ciudad ideal deberán existir, por lo tanto, todo tipo de trabajadores de modo que todas las necesidades básicas queden garantizadas.
Sin embargo, una sociedad que sólo atendiera las necesidades materiales básicas sería una sociedad demasiado dura, pues el hombre necesita también satisfacer otras tendencias de su naturaleza relacionadas con el arte, la poesía, la diversión en general, etc.. El fin de la ciudad, que comienza siendo estrictamente económico, no se limita a la producción de bienes, sino que se encamina más bien a hacer posible una vida feliz para el hombre.
A medida que la sociedad aumenta en número de ciudadanos, los recursos necesitan ser ampliados, lo que puede dar lugar a la conquista de territorios vecinos para satisfacer las necesidades de todos, conduciendo a la guerra; pero si seguimos el mismo principio de división del trabajo tendrá que haber especialistas en la guerra, que sean los encargados exclusivamente de las actividades bélicas, a los que Platón llamará “guardianes” de la ciudad.
Falta todavía, pues, algo en esta ciudad ideal: determinar quiénes serán los encargados de gobernarla. A la clase de los artesanos y de los guardianes debemos agregar una tercera clase: la de los gobernantes.
Las clases sociales
Del análisis de las necesidades sociales que debe cubrir una sociedad ideal Platón deduce la necesaria existencia de tres clases sociales: la de los artesanos, la de los guerreros y la de los gobernantes.
La clase de los artesanos ha de ser en la ciudad ideal la poseedora de la riqueza; del mismo modo será la única clase que tenga derecho a la propiedad privada y a la familia.
La clase de los guerreros, por el contrario, no puede tener acceso a la riqueza, para evitar la tentación de defender sus intereses privados en lugar de los intereses colectivos, y terminar utilizando la fuerza contra los ciudadanos. Estarán desprovistos de propiedad privada, y tampoco tendrán familia, debiendo vivir en unos albergues en los que tengan todo lo necesario para realizar sus actividades, en los que vivirán de forma comunitaria, compartiéndolo todo. Cabe aclarar que las mujeres también podían pertenecer a esta clase así como a las otras dos, pues no hay ninguna razón para excluir a las mujeres de ningún tipo de actividad, ya que tanto el hombre como la mujer poseen similares dones o cualidades naturales, igualmente útiles para la ciudad.
La clase de los gobernantes, debido a su responsabilidad y a las elevadas tareas que le encomienda Platón (el buen gobierno y el consiguiente beneficio del conjunto de la sociedad), tampoco tendrá acceso a la propiedad privada ni a la familia, debiendo velar únicamente por el buen gobierno y felicidad del pueblo; deberán centrarse en el estudio a fin de conocer lo verdaderamente bueno para gobernar adecuadamente, por lo que su vida estará alejada de todas las comodidades innecesarias para cumplir su función.
La pertenencia a una u otra clase
¿Cómo se determinará quiénes han de pertenecer a una u otra de estas clases sociales? No en función del origen familiar. Para determinar quién ha de formar parte de una u otra clase será necesario establecer un proceso educativo en cuyo curso se podrá determinar qué tipo de naturaleza tiene cada ser humano y, por lo tanto, a qué clase social ha de pertenecer.
Aquí Platón hace una comparación entre la naturaleza
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