Meditaciones Metafísicas - Rene Descartes
Enviado por PICHULABOMBERO • 22 de Septiembre de 2013 • 1.222 Palabras (5 Páginas) • 674 Visitas
El Filósofo del Idealismo, René Descartes necesita encontrar alguna verdad, o verdades, que sirvan de principio para poder deducir a partir de ellas todas las demás verdades que el espíritu humano es capaz de conocer, es decir, busca algo indudable. Cualquier conocimiento que tengamos, si depende de un conocimiento dudoso, no podrá ser principio del conocimiento humano. Las proposiciones primeras que fundamentan todo el resto del conocimiento humano deben ser certezas cuya verdad no dependa de otras proposiciones sino una verdad se garantice por sí misma.
Descartes pone en duda todos los supuestos conocimientos mantenidos hasta el momento. A este proceso se le denomina duda metódica, de tintes escépticos pero cuyo su objetivo no es llegar al escepticismo como consecuencia, es decir, seguir investigando o finalmente suspender el juicio, sino que al contrario, existe la certeza de que es posible conocer (acción del intelecto humano) y establecer un conocimiento seguro y certero.
En este plano, no se trata de lo que creemos verdadero, sino de lo que realmente sabemos por sus principios que lo es. Por ello, deben descartarse todas las supuestas verdades que tienen su origen en los órganos sensoriales, y esto por tres motivos: 1) Porque los sentidos a veces engañan, y por tanto podrían engañarme ahora, cuando percibo. Es corriente la experiencia de haber tenido ilusiones perceptivas o incluso alucinaciones, nuestro conocimiento, basado en la experiencia, puede ponerse en duda, por tanto si salimos de la duda tendrá que ser por algo que no es conocimiento de experiencia. 2) Porque durante el sueño nos parece que percibimos cosas, y no podemos estar completamente seguros, seguros más allá de toda duda, que cuando creemos estar percibiendo no estemos en realidad soñando.
“Considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden también ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas que hasta entonces habían entrado en mi espíritu no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños”
3) Descartes habla de la posibilidad de imaginar que exista un Genio Maligno, con un poder semejante al de Dios, que utilizara su poder para engañarme y hacerme creer que son ciertas cosas que no lo son. Descartes no afirma que tal Genio exista realmente.
“Supondré pues, no que Dios, que es la bondad y la fuente de suprema verdad, me engaña, sino que cierto genio o espíritu, no menos astuto y burlador que poderoso, ha puesto toda su inteligencia en engañarme” med.primera.
Lo que Descartes sugiere es que, mientras no seamos capaces de demostrar que tal Genio no existe no sabemos que lo que nos parece estar percibiendo no sea más que una ilusión formada por el Genio, aunque creamos firmemente que no es así; pero de nuevo, una cosa es creer y otra saber; y de lo que aquí se trata es de si sabemos que lo que la experiencia nos muestra es real.
“…Pensaré que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos, y todas las demás cosas exteriors no son sino ilusiones y engaños de que el mundo hace uso como cebos, para captar mi credulidad; me consideraré a mi mismo como sin manos, sin ojos, sin carne, sin sangre; creeré que doy falsamente crédito a todas esas cosas; permaneceré obstinadamente adicto a ese pensamiento y si por tales medios no llego a poder conocer una verdad, por lo menos está en mis manos suspender mi juicio; por lo cual procuraré de no dar crédito a ninguna falsedad y prepararé mi ingenio también contra las astucias del genio maligno que por muy poderoso que sea, nunca podrá imponerme nada” Med.Primera.
Partiendo desde la duda Descartes descubre su primera
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