Rene Descartes en sus premisas de Las Meditaciones Metafísicas
Enviado por Jimena Abregú Rodriguez • 26 de Noviembre de 2018 • Examen • 1.913 Palabras (8 Páginas) • 337 Visitas
1- Partiendo de tres postulados podemos decir que la filosofía moderna estudia la emergencia del sujeto de conocimiento a partir de lo siguiente:
Rene Descartes en sus premisas de Las Meditaciones Metafísicas expresa en su primera meditación las razones por las cuales podemos dudar de manera general de todas las cosas, y en particular de las cosas materiales, al menos mientras no tengamos otros fundamentos de las ciencias que corroboren, afirmen e impidan que exista algún margen de error o duda de lo que nos planteamos. Y, aunque la utilidad de una duda tan general no sea patente al principio, es, sin embargo, muy grande, por cuanto nos libera de toda suerte de prejuicios, y nos prepara un camino muy fácil para acostumbrar a nuestro espíritu a separarse de los sentidos, y, en definitiva, por cuanto hace que ya no podamos tener duda alguna respecto de aquello que más adelante descubriremos como verdadero. Descartes vio que afirmar o negar todas las verdades individualmente sería una idea inútil. Se percató de que todos los conocimientos que había adquirido a lo largo de su vida se basaban en los sentidos. Por eso se planteó: “¿puedo fiarme de los sentidos? No, puesto que si he podido comprobar que a veces me han engañado, quién me dice que no lo hacen siempre”. Otra observación que lo llevo a la duda fue el hecho de que no pudiera distinguir el sueño de la vigilia. Todo esto lo llevo a pensar que si realmente, esté Dios que el tanto quiere demostrar, quiere que vivamos en un mundo de engaño y mentira. Así pues, llega a la conclusión de la posibilidad de la existencia de un “genio maligno”, que mediante trampas nos lleva al error, impidiendo la claridad, la luz hacia el conocimiento de la verdad. En la segunda meditación, una vez destruidos todos los conocimientos que había adquirido durante su vida, busco volverlos a reconstruir mediante un patrón fiable y de mucha más solidez. Para encontrar algo realmente fiable, Descartes busco entre las “funciones del alma”, pues las tareas que necesitan del cuerpo no pueden afirmarse puesto que no podemos demostrar la existencia de tal cuerpo. Descartes llegó a la conclusión de que si piensa, existe (“cogito ergo sum”) era necesariamente verdadera cada vez que su espíritu lo concebía. Con esto ya había encontrado la verdad absoluta y ya había demostrado la existencia del espíritu. Luego el cuerpo no era más que el medio que usa el alma para interactuar con el mundo material creado por Dios y que los pensamientos nacían antes en el espíritu, y que los inspiraba únicamente la naturaleza del “ser”.
En el segundo postulado, David Hume a diferencia de Descartes nos hace alusión al Razonamiento. Para él, el problema del conocimiento humano, surgió a través del estudio del origen de las ideas presentes en los principios básicos del conocimiento. Su punto de partida, era la determinación de los elementos esenciales y originales del pensamiento, de los contenidos mentales básicos. Estos eran para Hume las “percepciones”, que podían ser “impresiones” o “ideas”, con que se presentaban en la mente.
Las impresiones pueden ser de sensación o de reflexión, distinguiéndose por el carácter absolutamente originario de las primeras; las ideas, que son una mera “copia” de una impresión, se dividen a su vez en ideas de la memoria e ideas de la imaginación. Por una parte las percepciones eran los únicos elementos posibles de la mente, por tanto nada se podía producir fuera de ella. Las percepciones, en cuanto “contenidos”, fueron en grandes rasgos pasivas, estáticas; la mente, por el contrario, presentó un mayor dinamismo. Así, Hume se vio obligado a introducir un nuevo elemento: el “principio de asociación” entre las ideas, que se presentó bajo la forma de ciertas relaciones naturales existentes entre las ideas, que les hacen unirse y separarse dando origen a ideas complejas o haciendo aparecer una idea en la mente cuando otra está presente. Hume se ocupó en cambio de sus efectos relaciones, modos y substancias. Los dos últimos son sin embargo estériles para el conocimiento, y fuente más de engaño que de verdad. Hume critica la noción de infinita divisibilidad en cuanto al espacio y al tiempo, llegando a la conclusión de que “la idea de espacio o de extensión no es más que la idea de puntos visibles o tangibles distribuidos según un cierto orden” A su vez, aborda el valor del conocimiento, las relaciones de espacio y tiempo, y relaciones entre causa y efecto que no eran capaces de proporcionar certeza o evidencia a la mente. Esto se manifiesta en la falta de constancia que presentaban: eran relaciones que podían variar sin que se haya dado ninguna variación en las ideas que las producen. El motivo parece ser, sin embargo, la ausencia de necesidad (en sentido lógico) que se manifiesta en estas relaciones. El análisis de las ideas de causa y efecto solo permite descubrir dos características de la relación causal: la continuidad espacial entre el efecto y la causa, y la prioridad temporal de la causa respecto al efecto.
Y por último Immanuel Kant en crítica de la razón pura hace énfasis a la Experiencia. No hay duda alguna que para él, el conocimiento surge a partir de la experiencia, por consiguiente en el orden temporal, ningún conocimiento procede a la experiencia, y todo conocimiento comienza en ella. Para Kant el conocimiento empírico era lo que recibíamos de las impresiones y de nuestra propia facultad de “conocer”. A su vez, Kant postulo que no todo procede de la experiencia en sí. Por ejemplo, si tenemos una flor sustancia), podemos percibir su olor, forma, es decir sus cualidades, pero para Kant “la rosa existe en sí”, era un entendimiento utilizado para unificar las cualidades anteriores. Para Immanuel el espacio y tiempo, eran las formas a priori de la sensibilidad, donde las formas son el espacio y tiempo; y es a priori porque no proceden de la experiencia. Según Kant Los juicios sintéticos a priori eran aquellos que no tenían su fundamento en la experiencia sino en el ejercicio de la razón pura; por ser sintéticos, eran extensivos, daban información nueva. Estos juicios no eran posibles en la metafísica, pero sí en matemáticas y en la parte racional de la física: el propio Kant propuso los siguientes ejemplos: "4 + 3 = 7", "la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos", "la cantidad de materia del universo se mantiene invariable", "en todo movimiento acción y reacción son siempre iguales". Mientras que los juicios a posteriori se verificaban recurriendo a la experiencia, son juicios empíricos, se refieren a hechos. Tenían una validez particular y contingente. Ejemplos: "los alumnos de filosofía son aplicados".
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