Noción del alma

Noción del alma

Karen Yulieth Ñañez Carbonel

Universidad Surcolombiana

Psicología

Filosofía e Historia de la Psicología

Julián Alberto Vanegas López

08 de mayo de 2022

Introducción

En el presente trabajo se pretende dar a conocer una aproximación de la noción del alma, se expondrán las concepciones que tuvieron pensadores a lo largo de la historia hasta lo retomado en clases, tendré en cuenta a manera critica aquellos de mi interés y que por juicio propio considere relevantes, de igual forma dejaré en evidencia mis convicciones, admiración y creencias al relacionarlos con estos con el fin de fundamentar y construir mi propia noción del alma y enriquecer mi conocimiento.

Noción del alma

Partiré del comienzo de la historia en la época desde las concepciones primitivas como el pensamiento mítico, “…El pensamiento mítico es un modelo de pensamiento que tiene un enfoque socio-cultural en el que se pretende comprender la realidad por medio de la intuición, las emociones, lo irracional, lo ilógico, lo subjetivo y lo fantasioso… es el pensamiento de los hombres ancestrales. Estos hombres buscaban interpretar el mundo y sus fenómenos a partir de relaciones emparentadas con lo sobrenatural y la fantasía, en las cuales recreaban seres divinizados” (K. Arango, 2022. Pensamiento mítico). En estos tiempos se crearon cosmovisiones con un fin de explicar fenómenos naturales y sociales, y su impacto dentro de la vida de los seres humanos, los acontecimientos fueron justificados como acciones tomadas por diversas divinidades y se crearon las convicciones de que todo lo que el humano hacia o lo que le sucedía a él, o sea saber de qué manera ver y explicar la realidad, se reducía a el simple capricho de una divinidad. Este pensamiento se convierte en base de la mayoría de religiones. Este pensamiento se caracteriza por una manera del sentir motivado por un conjunto de acciones y sentimientos. Puedo considerar que mis creencias propias tienen influencia de este pensamiento, debido a que dentro de mi crianza se me fue inculcado a creer en un Dios, sinceramente sucesos en mi vida, sucesos del pasado que venía cumulando y ahora más en la actualidad puedo llegar a plantear que las creencias son como ese salvavidas al que nos aferramos aunque sepamos nadar, se verá como una cruda verdad decir que me considero débil como humana y por tanto en base a mis inseguridades me respaldo en el pensar que hay algo perfecto que nada le es imposible, lo hice mío, mi voluntad puesta en un pensamiento que si creo en él todo me es posible.

Ahora bien ¿será que este pensamiento conforma lo que es mi alma? Y siendo así ¿es mi cuerpo una cárcel que limita a esta alma omnipotente? En consecuencia, a esto dejemos otra idea más para poner en evidencia lo que para Sócrates el alma era inmortal, la cual es que, si bien el cuerpo muere, la muerte, para un filósofo como Sócrates no le teme, ya que esta lo libera del cuerpo que es obstáculo para el alma y añade que el alma busca alcanzar la verdad, ese vendría siendo el propósito entonces del alma. Por consiguiente, existen argumentos para demostrar la inmortalidad del alma, los cuales son:

- Argumento de los contrarios: Está basado en una vieja concepción de la cultura griega según la cual los contrarios proceden unos de otros, combinada con la creencia de que nuestra alma va de aquí a otro mundo y que de ese otro mundo retornan a este.

- Argumento de la reminiscencia: Si se admite que existen las ideas y que el conocimiento es el recuerdo de estas, entonces el alma ha tenido que existir antes que la vida.

- Argumento de la simplicidad: basado en la teoría de las ideas. Si existen las ideas, se tienen 2 tipos de existencia: el de las ideas y el de las cosas. El primero se caracteriza por la simplicidad, la eternidad y la inmutabilidad, el segundo por la composición, la pluralidad, la caducidad y el cambio constate.

- Argumento de principio vital: el alma como principio vital de los seres, todo aquello que tiene alma, tiene vida.

Al tener estos argumentos podemos respaldar que para Sócrates el alma era “el yo

consciente, es decir, la conciencia y la personalidad intelectual y moral del individuo”, consideraba entonces al alma como una combinación de la inteligencia y el carácter de un individuo. El problema que tiene el hombre es que este está pegado a sus sentidos y por ello pierde el contacto consigo mismo, él se ha extraviado, así que su alma está sumergida en las cosas exteriores, en las pasiones y el poder, el alma se contamina. Por tanto, Sócrates dice que el alma debe retornar y al hacerlo reflexiona, endereza su camino a lo puro, eterno e inmortal, entonces el alma puede descansar de los errores del cuerpo, vuelve a ser semejante a sí misma, encuentra y vuelve a la verdad, este estado del alma es llamado Sabiduría. Esto es impresionante y además también la similitud que tiene este pensamiento con el de Jesucristo, ambos creían en este Genesis del alma como principio de esta y también que era el fin donde debía volver si alcanzaba su máxima pureza, concuerdan en que el cuerpo es mortal, pero tiene un propósito y aunque sea mortal tiene su utilidad, que este se deja corromper por sus instintos y el alma sucumbe a estos, se contamina pero en vez de como Sócrates es la verdad quien la hace volver a su estado de pureza en cambio Jesucristo lo plantea como el arrepentimiento.

La noción del alma fue evolucionando con el tiempo al igual que el pensamiento del ser humano, aunque cabe aclarar siendo influenciado por su contexto, pero con singulares personajes como Baruch Spinoza, Immanuel Kant, Rainer María Rilke, Sigmund Freud, entre otros, que más que su entorno hubo detrás de ellos una mujer tan capaz, revolucionaria y extraordinaria sedienta de sabiduría que tuvo importancia en la vida de ellos para que llegaran a ser lo que son hoy en día. Deseo resaltar una mujer fenomenal llamada Lou Andreas-Salome. “Lou empezó a perder la fe cuando era niña en Rusia, entre otras cosas porque Dios no respondió a sus preguntas sobre por qué un par de muñecos de nieve desaparecieron repentinamente bajo el sol, como relata en su "Mirada retrospectiva"… Las preguntas que quedaban sin respuesta cuando era niña fueron corroyendo su fe… Pero no perdió la razón; siempre entendió la importancia de la religión…particularmente el filósofo neerlandés Baruch Spinoza y el alemán Immanuel Kant, los que empezaron a darle las respuestas que tanto buscaba… Decepcionada con las enseñanzas del pastor protestante ortodoxo de su familia, prefirió estudiar con su opositor, Hendrik Gillot, también protestante pero poco ortodoxo,

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