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Historia De La Educacion


Enviado por   •  14 de Octubre de 2013  •  2.471 Palabras (10 Páginas)  •  270 Visitas

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LA EDUCACIÓN EN LA CONSTITUCIÓN NACIONAL

El texto constitucional de 1853 que consagró el sistema federal, acordó por el artículo 5º que cada provincia tiene la facultad de dictar su propia constitución “bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que asegure la administración de justicia, su régimen municipal y la educación primaria”. De esta manera se reconoció el derecho de las provincias de organizar su propio sistema educativo dentro de su jurisdicción.

Por otra parte, en el artículo 14º de la Constitución, se reconoce el derecho de “enseñar y aprender”.

En el artículo 25 se estableció que: “El Gobierno Federal.......no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto......introducir y enseñar las ciencias y las artes”.

Disposición que permitió el ingreso de eminentes educadores que contribuyeron al mejoramiento de nuestra educación.

Finalmente, en el artículo 67º, inciso 16º, se atribuyó al Congreso “Proveer lo conducente a la prosperidad del país........y al progreso de la ilustración, dictando planes de instrucción general y universitaria.........”.

Como se verá más adelante, de acuerdo con ese mandato, en 1884 se sancionó la ley 1420 de Educación Común, aunque la misma se aplicó en Capital Federal y Territorios Nacionales, sin tener el alcance de una ley federal de educación, y al año siguiente la ley 1597 sobre universidades nacionales.

LA GESTIÓN EDUCATIVA POSTERIOR A LA PROMULGACIÓN DE LA CONSITUCIÓN DE 1853

Terminado el período rosista, surgió la preocupación de retrotraer las cosas a la situación en que se encontraban antes que se iniciara aquel lapso. No obstante, en el Estado de Buenos Aires, -temporariamente separado de la Confederación-, fueron pocos los progresos educativos durante los primeros años. Pues hasta que Sarmiento empezó a actuar, la educación se debatió en medio de la mayor desorientación.

Las autoridades comenzaron derogando el decreto de Rosas de 1838 que había suprimido la asistencia económica a la enseñanza. Crearon el Ministerio de Instrucción Pública que pusieron a cargo de Vicente Fidel López. Intentaron reorganizar la Universidad y planearon la creación de una escuela normal y otra de comercio. Pero faltaban maestros y recursos y en verdad el pueblo permanecía indiferente a los problemas de la educación. Por lo que esos propósitos no tuvieron éxito.

Así nos encontramos que en febrero de 1855, el gobernador constitucional de Buenos Aires, Pastor Obligado, creó el Consejo de Instrucción Pública, bajo la presidencia del rector de la Universidad.

La serie de medidas gubernamentales tomadas desordenadamente revelaron una falta de orientación en la solución del problema de la organización educacional.

El verdadero progreso educativo de Buenos Aires se llevó a cabo entre 1856 y 1861 y se debió a la acción personal desplegada por Sarmiento, que hizo de la provincia el centro renovador de la educación.

A los pocos días de organizado el gobierno provincial, Valentín Alsina había intentado reabrir el Colegio y Seminario y de Ciencias Morales. Pero los sucesos producidos entre la provincia y la Confederación impidieron la anhelada reapertura.

Constituido el Estado de Buenos Aires, su gobernador Obligado procedió a abrir el colegio. En 1862 pasó a depender de la Nación, en virtud del pacto de San José de Flores. En 1863 sirvió de base para la fundación del Colegio Nacional.

Desde el momento de su llegada a Buenos Aires, Sarmiento fue el impulsor principal de la acción educativa de esa provincia. No solo se preocupó de que las escuelas tuvieran edificios adecuados por razones educativas, de higiene y aún de estética, sino que hizo reemplazar los viejos textos por nuevos libros escolares como Silabario argentino de José Wilde; Rudimentos de aritmética de Bode; Lecciones de ortografía; Lecciones de gramática; etc.; para adecuación de la enseñanza a los nuevos conceptos pedagógicos.

Reincorporada a la vida argentina luego del exilio a que se vio forzada, Juana Manso de Noronha, (1819-1875) se convirtió en la más eficaz colaboradora de Sarmiento. Incorporó al contenido escolar el aprendizaje de idiomas extranjeros, y sostuvo las ideas de Pestalozzi, cuyo método se basa en la educación directa estimulante de la percepción y facultades del niño. Pero sus reformas desataron grandes resistencias, por lo que abandonó el cargo en 1865. No obstante continuó su labor a través de la traducción de varias obras didácticas norteamericanas y la publicación de un texto de historia de las provincias unidas del Río de la Plata.

La situación creada por la separación de Buenos Aires de la Confederación, determinó que la Universidad continuara como establecimiento provincial. No obstante no puede pasarse por alto la gestión de Juan María Gutierrez (1809-1878), de la que surgió el reconocimiento por parte de la asamblea constituyente de la provincia que sancionó la Constitución de 1873, estableciendo la autonomía de la Universidad y otorgándole independencia económica, docente, administrativa y científica.

LA GESTIÓN EDUCATIVA EN LA CONFEDERACIÓN

Entre 1853 y 1860 Las provincias de la Confederación Argentina dictaron sus constituciones, sancionando el sostenimiento de su instrucción primaria, cumpliendo la exigencia impuesta por la Constitución Nacional. Urquiza imprimió en Entre Ríos un ponderable impulso educativo, creando escuelas para niños de ambos sexos en todos departamentos del territorio provincial. Su repercusión en algunas provincias hizo que pese a la modestia de sus recursos, se esforzaran por organizar sus establecimientos de educación primaria. Otras, lamentablemente, mantuvieron el mismo estado de abandono que se hacía tradicional.

Así nos encontramos con: Mendoza no se hizo prácticamente nada. En San Luis, su primer gobernador constitucional Justo Daract encontró la provincia con la educación primaria casi inexistente. Su acción tesonera supo vencer obstáculos, extendiendo las escuelas de varones y creando otras para niñas, constituyendo junto con Corrientes honrosas excepciones. En San Juan, la preocupación por la educación elemental sólo surgió cuando Sarmiento asumió como gobernador. Catamarca tenía solamente escuelas particulares. En cambio, en Salta, Jujuy, La Rioja y Tucumán se inició en 1858 la instalación de escuelas costeadas por los respectivos gobiernos. Santa Fe y Santiago del Estero por su parte, organizaron comisiones de instrucción pública. Córdoba, luego de tener abandonadas sus escuelas por espacio de quince años, desde 1856 empezó

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