Libro De Autonomia Municipal

PRIMERA PARTE

LA AUTONOMÍA DEL MUNICIPIO EN EL SISTEMA POLÍTICO Y CONSTITUCIONAL

DE ESPAÑA Y MÉXICO

CAPÍTULO PRIMERO

LOS ORÍGENES DEL MUNICIPIO, DE SU AUTONOMÍA Y GARANTÍA INSTITUCIONAL

I. INTRODUCCIÓN

Para iniciar nuestra investigación analizaremos el tronco común del ori- gen de los municipios, independientemente de que, con el tiempo, éstos hayan ido tomando formas y particularidades propias, producto de sus situaciones históricas, políticas, económicas, culturales y sociales. El debate doctrinario en cuanto al origen del municipio ha desembocado en la creación de una serie de corrientes que tratan de justificar su natu- raleza y consistencia, estas corrientes van desde las que lo conciben co- mo una creación divina y natural, hasta los que consideran que el muni- cipio es producto de la organización del Estado y que nace a partir de que la legislación reconoce su existencia.

No obstante, la corriente ecléctica armoniza la postura naturalista con la postura positivista o legalista, al sostener que el municipio tiene por su naturaleza capacidad de goce, pero que contará con su capacidad de ejer- cicio sólo cuando la ley se la reconozca. En el presente capítulo exami- naremos las anteriores corrientes y otras también representativas sobre el origen de la institución municipal.

Para continuar, estudiaremos las etapas histórico-políticas que forma- ron y dieron consistencia a los principales atributos de la institución mu- nicipal y que nos ayudarán a comprender el momento presente de los municipios y su actual papel en la sociedad y en la conformación del Estado democrático moderno.

Facultades como la autonomía en la gestión, organización y financia- miento de asuntos de carácter local, el reconocimiento de su personali- dad como ente intermedio entre Estado y ciudadanía, la utilización por parte del Estado de los municipios como escuelas cívico-democráticas para conformar el espíritu comunitario y el establecimiento de un víncu-

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lo de responsabilidad y de compromiso entre elector y elegido, fueron sólo algunos de los atributos y obligaciones que obtuvieron los munici- pios durante este proceso histórico-político que también analizaremos.

Así también, en el presente capítulo abordaremos la autonomía como principal atributo del municipio, para lo cual describiremos algunas de la definiciones más representativas y aportaremos nuestra definición perso- nal, de la cual comentaremos el elemento “efectivo acceso a los tribunales”.

Para concluir, estudiaremos la garantía institucional de la autonomía

local como mecanismo y fórmula protectora de los municipios. Del mis- mo modo su concepción en la doctrina alemana y en la española. En este contexto abordaremos la influencia de la garantía institucional en la con- figuración de las sentencias del Tribunal Constitucional español en lo re- lativo a los atributos y competencias del municipio hispano. Para mayor conocimiento, analizaremos y comentaremos las principales sentencias que dicho tribunal ha emitido, relacionadas tanto con la definición de la autonomía como con los alcances de la garantía institucional en la pro- tección de los entes locales.

La intención del presente capítulo es cimentar las bases para entender las competencias reservadas a los municipios, ya que para elaborar la ter- cera parte de nuestro trabajo es necesario saber cuál es el origen de lo que se puede defender con los mecanismos constitucionales de protección.

II. CORRIENTES SOBRE EL ORIGEN DEL MUNICIPIO

1. Corriente iusnaturalista

Esta corriente concibe el municipio como una institución política ca- racterizada por la intensa relación social, política, cultural y económica en una comunidad de carácter natural y local;1 es decir, el municipio surge

1 Ochoa Campos, Moisés, La reforma municipal, México, Porrúa, 1985, p. 23. Al con- trario de la postura del maestro Ochoa Campos, encontramos la postura del maestro Ignacio Burgoa que señala expresamente que “no hay municipios naturales, ya que el municipio en- traña una entidad jurídico política que tiene como elementos de su estructura formal a una determinada comunidad humana radicada en un cierto espacio territorial. Estos elementos ónticos o naturales por sí mismos, es decir, sin ninguna estructura jurídico política en la que se proclamen la autonomía y la autarquía de que hemos hablado, no constituyen el munici- pio, cuya fuente es el derecho fundamental del Estado al que pertenezcan”. Cfr. Burgoa Orihuela, Ignacio, Derecho constitucional mexicano, México, Porrúa, 2001, p. 905.

de la convivencia social anterior al Estado sólo descubierta y reconocida por éste, pero engendrada por la propia naturaleza2 de su historia, tradi- ción, religión, lengua y su geografía, que es anterior y superior al Estado y a la ley que les da reconocimiento.3

El municipio es el resultado del instinto de unidad y socialización que distingue al hombre a partir de la familia, Pascaud,4 en el siglo XIX es- cribió que el humano, siguiendo la ley de la sociabilidad que está implí- cita en él, se fue reuniendo en pequeñas comunidades, y así también, por naturalidad, sintió la necesidad de tener una administración e institucio- nes propias, que defiendan sus intereses y que garanticen su seguridad personal; así justifica cómo las asociaciones municipales se encuentran en todos los pueblos civilizados, dando estos pueblos o municipios ori- gen a lo que hoy son los Estados nacionales.5

2. Corriente de la Escuela Jurídica Española

La Escuela Jurídica Española, en autores como Vitoria y Suárez, habla de sociedades perfectas que satisfacen fines totales, refiriéndose al muni- cipio (aunque no se refiere con estos términos sino con el término socie- dad civil o cuerpo político), estableciendo un paralelismo entre el Estado y el municipio, considerando que ambas son sociedades perfectas que pueden trasformarse en Estado. Destaca de esta tesis la inclinación natu- ral de los individuos al agrupamiento,6 y afirma que la sociedad perfecta7

2 En este sentido, Tocqueville escribe: “El municipio es la única asociación que se encuentra de tal manera en la naturaleza, que en todas partes que haya hombres reunidos se forma un municipio. La sociedad municipal existe en todos los pueblos cualesquiera que sean sus usos y leyes, es el hombre el que forma los reinos y crea las repúblicas, el municipio parece salir directamente de las manos de Dios”. Cfr. Alexis de Tocqueville, La democracia en América, 2a. ed., México, Fondo de Cultura

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