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Caso Práctico. Lectura de los objetos Análisis crítico de un producto: Sillon BKF


Enviado por   •  28 de Julio de 2020  •  Tarea  •  4.463 Palabras (18 Páginas)  •  549 Visitas

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Maestría en Desarrollo de Proyectos e Innovación del Producto

Fundación Universitaria Iberoamericana FUNIBER[pic 1]

AU014 –Teoría del objeto

Melisa Magalí Vignola

Julio 2020

Caso Práctico. Lectura de los objetos

Análisis crítico de un producto: Sillon BKF

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Consigna:

A partir de la lectura del material teórico del módulo y el audiovisual sugerido en la bibliografía, se deberá selecciona un producto de diseño industrial y hacer un análisis crítico que incluya las siguientes variables: contextuales sincrónicas y diacrónicas, relacionales, funcionales, morfológicas, plásticas o de lenguaje, fenomenológicas, tecnológicas, estructurales y tipológicas. El diseñador debe ser conocido.

Introducción:

El material audiovisual ayudó a que el diseño elegido sea el sillón BKF (1938-1939), ícono del diseño industrial de mi país. El nombre original dado a la silla era "Sur", pero luego se desarrolló un nuevo nombre utilizando las primeras letras del nombre de sus creadores, BFK, aunque también fue y es conocida como Butterfly, mariposa, bautizada así por los americanos, “For the Siesta Sitting”, Silla de la siesta, llamada así por algunos estadounidenses de la costa del Pacífico, “AA”, llamada así alguna vez los franceses continentales y hasta “Austral”, que era el nombre del grupo de arquitectos que la diseñó. Tras los múltiples bautismos, se esconde la condición de diseño de un objeto periférico, convertido en popular; en este diseño se esconde la difusión mundial a través de la indiscriminada proliferación de sus reproducciones no autorizadas. Gracias a todo esto, sillón BKF, como lo llamaremos de aquí en adelante, se ha alejado de las fechas, de sus autores, hasta de su lugar de origen.

Variables contextuales sincrónicas:

Argentina, país considerado periferia de este universo del diseño, se permitió pensar como centro. En el momento en el que se desarrolló la silla BKF, la Argentina atravesaba el periodo de la década infame de los años 30, más precisamente entre las presidencias de Agustín Pedro Justo y Roberto Marcelino Ortiz. El país se encontraba inserto en el sistema económico mundial en la posición de agroexportador. La dependencia económica estaba determinada especialmente por las relaciones que mantenía con Gran Bretaña. La inversión de capitales extranjeros permitió el desarrollo de una incipiente industria nacional, alimentos, caucho, eléctricas, textiles, electrodomésticos y automóviles, entre otros. En el ámbito del arte y del diseño se desarrollaba el movimiento del arte concreto, de la mano de Tomás Maldonado en la Asociación del Arte Concreto-Invención quien trajo la influencia de las escuelas europeas del buen diseño, como la Bauhaus y la Ulm. Este movimiento propuso desarrollar un sistema objetivo de composición abstracto que se valga de la simplificación y síntesis de la forma.

En Paris, en el estudio de Le Corbusier, se conocieron Antoni Bonet, Jorge Ferrari Hardoy y Juan Kurchan, los tres mosqueteros de formación europea, de lo que sería Grupo Austral durante la década de 1930. En junio de 1939, publicaron el manifiesto del Grupo bajo el título Voluntad y Acción, en el que defendían la superposición de algunos valores del surrealismo a la formación racionalista de los arquitectos, e incorporaban las necesidades psicológicas del individuo al funcionalismo estricto del movimiento moderno. Este manifiesto expone la postura de Bonet frente a la arquitectura y su esfuerzo por establecer una continuidad con el paisaje, las técnicas y los materiales de cada zona.

La oportunidad del Grupo Austral se dio en un contexto histórico único dado que la relación entre la Argentina y los Estados Unidos pasaba por un momento particular: en efecto, neutralidad bélica de Argentina durante la guerra y su inclinación por el Eje ha beneficiado la reproducción y fama del diseño BKF.

En la Argentina, estas condiciones dieron vida al Grupo Austral, que resignificaron los conocimientos aprendidos sobre Arquitectura Moderna y su posible aplicación en América del Sur, tomando en cuenta las necesidades de los habitantes, los materiales y el contexto económico-político de la Argentina en esos años. Su visión innovadora permitió la creación el sillón BKF, pensado desde los cánones europeos pero con materiales y tecnologías nacionales. En la actualidad, se lo reconoce como un ícono más famoso del diseño industrial argentino.

En 1943, el BKF fue expuesto en las tiendas Harrods de Florida durante el primer Salón de Artistas Decoradores de Buenos Aires y ganó el Primer Premio. 

Ese año, el estadounidense Edgard Kaufman Jr. compró dos sillones por 25 dólares cada uno. Uno fue a parar a la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York ,MoMA, y otro, a una de las casas de su padre, coleccionista de arquitectura, a la Casa de la Cascada.

En 1944, el MoMA le otorga al BKF el Premio Adquisición. En 1945, Bonet, Kurchan y Ferrari presentan su sillón en el Pabellón "Jeu de Pomme" de París.
En 1945, la empresa norteamericana Knoll comenzó su fabricación sin respetar la licencia de propiedad intelectual de los argentinos. Y en 1948, Knoll Internacional la comercializó como “Butterfly”. Hasta ese momento, las empresas giraron a Buenos Aires las regalías correspondientes por la fabricación. El problema fue que el trámite de patente de invención, iniciado en julio de 1940, y su registro en los Estados Unidos nunca concluyeron. Este fue uno de los motivos principales de las dificultades de comercialización y reconocimiento que sufrirían, a la distancia, los diseñadores. Para entender el avance desenfrenado de las reproducciones no autorizadas basta con saber que, sólo en la ciudad de Los Angeles, cuatro empresas realizaban versiones de la llamada
 Butterfly, y es sabido que, a mediados de los 50, se fabricaban tres mil sillas por semana.

En 1958, el Instituto de Diseño del Illinois Institute of Technology (IIT) la incluyó en la lista de los 100 mejores diseños industriales de los tiempos modernos. Ya famosa, empezó su viaje por Europa, donde comienza a producirse bajo el auspicio de la revista “L’Architecture d’Aujourd’hui”, donde el director de la revista al enamorarse de la pieza, comienza a producirla para los lectores de su revista con el nombre Sillón AA.

 Variables contextuales diacrónicas:

Además, la obra del Grupo Austral, cuya corta existencia coincidió con el período caracterizado por una simultaneidad de preocupaciones estéticas con el organicismo norteamericano de fines de la década del 30, en coincidencia con el surgimiento del Mueble Orgánico y el Surrealismo.

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