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Consultoria


Enviado por   •  9 de Febrero de 2014  •  5.060 Palabras (21 Páginas)  •  240 Visitas

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C A P I T U L O V

6. EL PROFESIONALISMO Y LA ÉTICA EN LA CONSULTORÍA

Al expandirse la consultoría de empresas, hubo una época en que prác¬ticamente cualquier persona podía llamarse consultor y empezar a ejercer como tal. En sus primeros años la ocupación atraía a individuos buenos, malos y mediocres. La conciencia y el comportamiento profesionales surgen cuando a la posesión de unos pocos conocimientos, característica de la primera época, sucede la aplicación competente de un cuerpo de conocimientos de aceptación general según normas de conducta recono¬cidas.

6.1. DEFINICIÓN DE UNA PROFESIÓN

Debemos mencionar los criterios normalmente utilizados para definir una profesión. Estos criterios, sobre los que se ha dicho y escrito mucho, se pueden resumir bajo cinco encabezamientos:

 CONOCIMIENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS

Existe un cuerpo definido de conocimientos propios de la profesión que se pueden adquirir mediante un sistema de enseñanza y capacitación profe¬sional. El nivel necesario de conocimientos profesionales no se alcanza sin cierto número de años de experiencia práctica, además de una enseñanza su¬perior completa, de preferencia con la orientación dé miembros experimen¬tados de la profesión. Además, la práctica de la profesión mantiene constantemente al día los avances importantes en la teoría y la práctica.

 EL CONCEPTO DE SERVICIO E INTERÉS SOCIAL

El profesional pone sus conocimientos teóricos y su experiencia a disposición de los clientes a los que presta servicios a cambio de una remuneración apropiada. Los verdaderos profesionales se caracterizan por el “espíritu de ser¬vicio”: atienden a los intereses y necesidades de su cliente, a los que subordi¬nan su propio interés. Sin embargo, consideran el interés del cliente desde una perspectiva social más amplia y tienen presentes las necesidades y los intereses sociales mientras prestan servicio a los clientes individuales.

 NORMAS ÉTICAS

Existe un conjunto de normas éticas reconocidas, compartidas y apli¬cadas constantemente por los miembros de la profesión. Esas normas defi¬nen qué es un comportamiento apropiado y cuál no lo es en la prestación de servicios profesionales. Exigen más que el simple respeto de la ley: un com¬portamiento perfectamente legal no siempre es considerado ético por las nor¬mas profesionales.

 SANCIÓN DE LA COMUNIDAD Y APLICACIÓN

La comunidad en que el profesional actúa y la clientela a la que presta servicios reconocen el papel social, la situación jurídica y las normas éticas y de conducta de la profesión. El reconocimiento puede ser explícito. Este puede incluir definiciones de los niveles de instrucción y otros requeridos, y los exámenes especiales que se han de aprobar, así como de las conductas consideradas como no profesionales e ilegales y las sanciones correspondientes.

 AUTODISCIPLINA Y AUTOCONTROL

Cuando presta servicios a clientes, un miembro de la profesión aplica la autodisciplina y el autocontrol al observar las normas de conducta profesio¬nales. La profesión se organiza en una o en varias instituciones a las que los miembros se adhieren voluntariamente, ejerciendo de esa manera la autorregulación y el autocontrol colectivos con respecto a la aplicación de un código deontológico aceptado y al ejercicio de la profesión.

 ¿ES LA CONSULTORÍA DE EMPRESAS UNA PROFESIÓN?

A la consultoría de empresas podemos llamarla una profesión incipiente, o una profesión en fase de creación, con la condición de que seamos conscientes de las lagunas que hace falta llenar y de las mejoras que es preciso hacer.

6.2. EL ENFOQUE PROFESIONAL

Algunas de las características destacadas se pueden encontrar, en forma sucinta, en los códigos deontológicos adoptados por las organi¬zaciones de consultores de empresas; en otros casos figuran en folletos de información publicados por las empresas de consultoría. Estas son las normas defendidas colectivamente, es decir, por los miembros de una asociación de consultores o de una empresa de consultoría que ha declarado ofi¬cialmente cuáles son sus normas éticas. No obstante, en muchas situaciones es imposible remitirse a una declaración oficial de normas que determinen el comportamiento profesional y ético.

Cualquier consultor que aspire a convertirse en un auténtico profe¬sional debe aclarar su propia concepción de la ética y las normas que ha de respetar en su colaboración con los clientes. Esto se aplica por igual a los consultores externos o internos, así como a toda persona que inter¬venga a título de consultor, aunque no sea un consultor a tiempo completo. Las características siguientes de un enfoque profesional son esenciales.

 COMPETENCIA TÉCNICA

La competencia técnica del consultor es la base del enfoque profesional. Sobre todo, debe poseer el tipo de conocimientos teóricos y prácticos nece¬sarios para un cliente particular. Por regla general, el consultor debe poder y querer evaluar críticamente sus propios conocimientos teóricos y prácticos al considerar un nuevo contrato o al llegar en su cometido, a un punto en el que se necesitan otras competencias.

La dificultad estriba en que en la consultoría de empresas y gerencial existe una falta de puntos de referencia fiables y plenamente objetivos para evaluar la competencia requerida a fin de realizar un trabajo particular con plena satisfacción del cliente. Las asociaciones de consultores han intentado establecer un cuerpo común de conocimientos de consultores profesionales y el tipo y la duración mínima de experiencia que se exige como condición para ser miembro de una asociación o instituto, o para obtener un certifi¬cado. Sin embargo, éstos son criterios generales y más bien elementales de admisión o certificación, que no pueden demostrar la competencia de un consultor para una tarea determinada.

 LOS INTERESES DEL CLIENTE

Durante una misión, el consultor pone plenamente su competencia a disposición del cliente y su objetivo consiste en hallar la mejor: solución po¬sible en interés de éste. Es una regla de oro de la consultoría. Cuando accede aprestar servicios a un cliente, el consultor debe estar seguro de que sus propios intereses y los del cliente no están en conflicto. Esto puede suceder si el consultor trata de alcanzar también

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