Impuesto.

EL IMPUESTO

El tributo cambio de disfraz y se convirtió en impuesto, pues la vida en sociedad debía ajustarse a la normatividad de las leyes, y a respetar una orden de convivencias que podría asegurar una clase de crecimiento económico. Igualmente por medio de este se podría lograr una armonización universal, es decir, no implicaría abuso, injusticias o explotación como el que existía, ahora estaría cobijado por la ley. Aunque se le haya cambiado de nombre al tributo por impuesto, aun este hecho guarda resonancias, pues aún sigue siendo imagen de subordinación tributaria y de autoridad. La necesidad de un aparato gubernativo implico comenzar a hablar de gasto público, pues del impuesto se obtenía para su sostenimiento y prestación de los servicios públicos.

Las tres tesis que cambiaron las ideas sobre el tributo e hicieron su permanencia bajo la máscara de impuesto son:

La primera de ellas hace mención sobre los acontecimientos y abusos padecidos en milenio anteriores y que ahora simplemente fueron olvidados y aceptados como un contrato Social en que todos no volvimos firmantes y aceptantes inevitables. Por lo que apareció el Contrato Social de Rousseau que era la respuesta para perdonar el pasado que padecieron nuestros ancestros, a cambio de gozar ahora un Estado de Derecho en el que se consintiera el impuesto a cambio de un poco más de libertad.

La segunda de ellas menciona que con la aparición del impuesto podría armonizarse la arbitrariedad del tributo y que hubiera una riqueza colectiva, en el que todos tuvieran conocimiento anticipado de la cuantía y que no se despojara radicalmente de su patrimonio al tributante.

Y por último la tercera de ella hace referencia de que ahora el impuesto ya no se iba a ejercer como en aquellos tiempos, cuando el príncipe la ejercía en el momento que quisiera, sino que ahora existiría un tiempo donde la norma jurídica fijase el impuesto para que se legitimara como necesaria su existencia y aceptación de la arbitrariedad a cambio de un poco más de justicia.

El pueblo no se cuestionó para que serviría realmente y cuáles eran las razones por la que se establecía el tributo sino que se limitó a ejercer su aparente soberanía donde todos readmiten su existencia y justificación legal.

El resultado lamentable de todo ello es que ahora tenemos más “principios” de los impuestos de los que sensatamente cabe fundamentar:

a) Principio de constitucionalidad, se basa en que la constitución es la norma suprema de cualquier país, la que fija el tributo y a la cual las demás leyes se le subordinen y que las leyes tributarias no se contrapongan a la constitución misma por seguir un principio de jerarquía de leyes, por lo tanto de ninguna parte puede decirse que ellos constituya un principio.

b) Principio de legalidad, trata sobre la obligación a lo que expresamente disponga la ley, ello conlleva a que al satisfacer la legalidad el tributo queda justificado, cuando en si queda únicamente legalizado, por lo que se quiere decir que no se trata de un principio sino de una condición de operación de una determinada prevención legal.

c) Principio de proporcionalidad, está basado en el no principio de Adam Smith y al que describen como ajuste de la obligación tributaria a la capacidad contributiva del tributante y una serie de condiciones que tiene que ver con la igualdad y desigualdad, es decir, que se le grava más a los que más tienen, cuando realmente se habla de principio a lo que no pasa de ser una medida administrativa de recaudo.

d) Principio de certeza, está basado en un supuesto conocimiento seguro y anticipado y que se reduce a sostener que para evitar el abuso y la arbitrariedad de la autoridad se conozca de antemano por el tributante el monto impositivo a pagar, la fecha y la forma. De tal manera que con ello se logre la certeza previa de la obligación y se impidan los desvíos de poder. Igualmente resalta lo que tiene que ver con medidas administrativas y no tiene que ver nada con principios.

e) Principio de comodidad, basado en una de las máxima de Adam Smith y que consiste en prestablecer las fechas, lugares y plazos para que se cubran las obligaciones de tributarias. Otro supuesto principio meramente administrativo que nos “facilita” el cumplimento de la obligación.

f) Principio de economía, está sujeto al costo de recaudación del impuesto, donde el estado percibe los recursos que posteriormente han de ser devueltos a los contribuyentes en forma de servicios públicos.

g) Principio de capacidad de pago, está relacionado con el principio de proporcionalidad, al permitir que los contribuyentes de mayores recursos beneficien a todos, tanto los de menores recursos como los que no tributan. Igualmente siguen siendo falsas promesas ya que independientemente de la capacidad o no de pago, el problema de fondo sobre la injusticias misma del tributo siguen pasando por alto.

h) Principio de beneficio, derivado de la necesidad de satisfacer las demandas colectivas y por retroalimentación de esa satisfacción. Un supuesto principio de reversión que resulta ilógico pues nadie

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