Trastorno con déficit de atención con o sin hiperactividad
Enviado por Angie Carrizales • 28 de Noviembre de 2015 • Resumen • 1.654 Palabras (7 Páginas) • 158 Visitas
Trastorno con déficit de atención con o sin hiperactividad
Es el síndrome neuroconductual más común en la niñez y puede continuar al través de la adolescencia y la edad adulta (Sauceda García, 2014).
Contra lo que antes se creía, el TDAH de la niñez no siempre desaparece en la adolescencia ni posteriormente (Sauceda García, 2014).
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) se clasifica siguiendo el manual DSM-IV-TR en tres subtipos diferentes: el subtipo con predominio del déficit de atención (TDAH-I), el subtipo con predominio de hiperactividad–impulsividad (TDAH-HI) y el subtipo combinado (TDAH-C) (González, 2015).
- Etiología
El TDAH, al igual que muchas enfermedades, resulta de una combinación de factores, el principal de ellos la base genética. Hay factores genéticos que emergen durante la transición de la niñez a la adolescencia y de ésta a la edad adulta, lo cual sugiere que el TDAH es un fenotipo complejo del desarrollo caracterizado por continuidad y cambio de las influencias genéticas al través del ciclo de vida (Sauceda García, 2014).
A nivel encéfalo, el TDAH muestra un tamaño reducido del cerebro, cambios volumétricos desproporcionados (por ejemplo, en áreas frontales y caudadas), y perfusión reducida de áreas cerebrales durante la realización de funciones inhibitorias. Estos cambios son confiables, aunque pequeños, pero también pueden estar presentes en sujetos normales. Ninguno de estos datos proporciona una identificación clara de los individuos afectados, de manera que aunque pueden ser útiles en la clasificación, los costos no justifican su empleo como forma de tamizaje en la población (Sauceda García, 2014).
Respecto a los factores ambientales, hay estudios que sugieren una liga potencial entre fumar cigarrillos y tomar alcohol durante el embarazo y el TDAH en los niños. Además, preescolares expuestos a altos niveles de plomo presentan un riesgo elevado de desarrollar el trastorno. Niños que han sufrido una lesión cerebral pueden mostrar comportamientos similares a los del TDAH; se sabe que síntomas de TDAH también pueden estar presentes en quienes han estado sujetos a una crianza negligente o maltrato (Sauceda García, 2014).
- Diagnóstico. Pruebas que existen/Escala que lo mide
El diagnóstico del TDAH es fundamentalmente clínico, es decir, a partir de entrevistar al paciente, sus padres o cuidadores y mediante informaciones de terceros como es el caso de los maestros (un requisito para hacer el diagnóstico es que los síntomas estén presentes en más de un contexto y que su duración sea por lo menos de 6 meses). Cabe mencionar que no es indispensable practicar un electroencefalograma en todos los casos donde se sospecha el trastorno, entre otras razones porque este estudio no revela el diagnóstico (Sauceda García, 2014).
Ante la pregunta de cuáles profesionales están capacitados para identificar el TDAH en los menores e implementar su tratamiento, se puede afirmar que son los psiquiatras infantiles y los neuropediatras quienes cuentan con mayor conocimiento y experiencia en su detección, y son los primeros quienes están más capacitados para proporcionar un tratamiento integral, por contar con la preparación para atender la necesidades de los pacientes en el área de la orientación psicológica y la sicoterapia, además de poder prescribir medicamentos (Sauceda García, 2014).
Pruebas:
- Entrevista DISC-IV (Belmar Mellado, 2015). Permite evaluar los rasgos principales del TDAH, consta de 20 ítems, con dos subescalas de diez ítems cada una: hiperactividad/déficit de atención y trastornos de conducta. La primera subescala se compone a su vez de dos subescalas, con cinco ítems cada una: hiperactividad/ impulsividad y déficit de atención. Las respuestas son valoradas en una escala de tipo Likert de cuatro grados que van desde “Nada” a “Mucha” presencia de la conducta.
Cuadro 3. Variables de la escala (Farré y Narbona, 2000) |
Ítem Variables de la escala |
Área I: hiperactividad/impulsividad/inatención |
Hiperactividad/Impulsividad |
1. Tiene excesiva inquietud motora. |
5. Exige inmediata satisfacción de sus demandas. |
3. Molesta frecuentemente a otros niños. |
13. Se mueve constantemente, intranquilo. |
17. Es impulsivo e irritable. |
Déficit de atención |
4. Se distrae fácilmente, muestra escasa atención. |
7. Está en las nubes, ensimismado. |
8. Deja por terminar las tareas que empieza. |
19. Sus esfuerzos se frustran fácilmente, es inconstante. |
2. Tiene dificultades de aprendizaje escolar. |
Área II: trastornos de conducta |
11. A menudo grita en situaciones inadecuadas. |
12. Contesta con facilidad. Es irrespetuoso y arrogante. |
15. Tiene explosiones impredecibles de mal genio. |
14. Discute y pelea por cualquier cosa. |
9. Es mal aceptado por el grupo. |
16. Le falta el sentido de la regla, del “juego limpio”. |
10. Niega sus errores o echa la culpa a otros. |
18. Se lleva mal con la mayoría de sus compañeros. |
6. Tiene dificultad para las actividades cooperativas. |
20. Acepta mal las indicaciones del profesor. |
- Se pueden aplicar pruebas de atención como:
- Test de Atención D-2 (González, 2015). Se trata de un test de screening dirigido a evaluar la atención selectiva y la concentración (8 a 10 minutos) de niños a partir de los 8 años. La tarea consiste en detectar un estímulo relevante (particularmente, “la letra d con dos palitos”). El test se compone de 14 filas (con 47 letras cada una) en las que el niño debe detectar el estímulo relevante durante 20 segundos para cada fila. La prueba analiza el total de respuestas, el total de respuestas correctas, los errores de omisión y los errores de comisión para obtener dos medidas: atención selectiva (total de respuestas menos errores de omisión y comisión) y concentración.
- Semiología clínica
El TDAH ocasiona problemas en el control ejecutivo del comportamiento, afecta a procesos y funciones ejecutivas implicadas en tareas de enseñanza-aprendizaje, y en la adaptación familiar, escolar y social. Puede presentarse durante los 12 primeros años de vida15 y se identifica por falta de atención, impulsividad, intolerancia a la frustración, hiperactividad, dificultades en la atención sostenida y la presencia de trastornos del aprendizaje (Belmar Mellado, 2015).
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