Cuando Digo No Me Siento Culpable
Enviado por JosAlex • 28 de Agosto de 2012 • 2.286 Palabras (10 Páginas) • 2.988 Visitas
Ensayo
“Cuando digo no, me siento culpable”
“Cuando digo no, me siento culpable”, es un libro que desde mi punto de vista contiene partes interesante así como partes aburridas, pero aburridas o no te deja una enseñanza acerca de lo que es la asertividad.
Antes de comenzar a leer el libro no tenia ni una sola idea sobre lo que es la asertividad, por lo que ahora poseo ese conocimiento, para que haya una buena asertividad se necesita hacer valer los siguientes derechos asertivos:
1.- Derecho a ser tratado con respeto y dignidad
2.- En algunas ocasiones, derecho a ser el primero
3.- Derecho a equivocarse, y hacerse responsable de nuestros propios errores
4.- Derecho atener sus propios valores, opiniones y creencias
5.- Derecho a tener sus propias necesidades, y que están sean tan importantes como las de los demás
6.- Derecho a experimentar y a expresar los propios sentimientos y emociones, haciéndonos responsables de ellos
7.- Derecho a cambiar de opinión, idea o línea de acción
8.- Derecho a protestar cuando se es tratado de manera injusta
9.- Derecho a cambiar lo que no nos es satisfactorio
10.- Derecho a detenerse y pensar antes de actuar
11.- Derecho a pedir lo que se quiere
12.- Derecho a ser independiente
13.- Derecho a superarse, aun superando a los demás
14.- Derecho a que s ele reconozca un trabajo bien hecho
15.- Derecho a que hacer con el propio cuerpo, tiempo y propiedades
16.- Derecho a ignorar los consejos de los demás
17.- Derecho a rechazar peticiones, sin sentirse culpable ni egoísta
18.- Derecho a estar solo, aun cuando algunas personas necesiten nuestra compañía
La asertividad es una facultad que tienen los seres humanos para poder expresarse con ideas claras y directas, y su fin es expresar nuestros sentimientos y pensamientos con confianza de nosotros mismos.
Tanto en nuestra vida profesional como en la social o familiar, todos nosotros tenemos constante necesidad de relacionarnos con otras personas. Unas relaciones que a veces sse convierten en una tortura: cuando sentimos que manipulan nuestra voluntad para plegarla a sus proyectos...y, aun sabiéndolo, somos incapaces de negarnos. A partir de técnicas conductistas, Cuando digo no, me siento culpable ofrece un método fácil y de excelentes resultados para afirmar los propios derechos y aspiraciones sin necesidad de manipular los ajenos, y sin tener las frustrantes reacciones defensivas que, a veces con incomodidad, experimentamos
En el arduo trabajo de leer el libro de “cuando digo no me siento culpable, Manuel j. Smith”, nos encontraremos en este trabajo una remembranza de lo que se entendió en cada uno de estos capítulos considerando así la veracidad de ellos y quizá, cabra dentro de este contexto algunas citas textuales de lo que es el libro, tomando la opinión de cada uno de los integrantes de este equipo con la simple finalidad de hacer un trabajo general y con un sentido crítico de lo que fue la lectura dejándonos llevar por la comprensión análisis y a la síntesis entre otros aspectos retomados del equipo y en hora clase de la materia que se imparte.
Tomando en cuenta cada capítulo se recopilara cada una de las esencias del alumno y se tornaran en ideas concretas sobre este análisis; algunas ideas y conjeturas sobre lo que es este libro un texto en el cual retoma asuntos que acontecen en nuestra vida tan cotidiana, tan caótica que sin ver y sin saber no nos damos cuenta del torrente de pequeños sentimientos que inundan nuestra alma al tratar de complacer a los demás aun que nuestra vida y nuestro sentir dependa de un hilo, o quizás la típica cuestión de cómo evitar que los demás nos pidan cosas que nosotros no deseamos en realidad hacer y excusamos de mil y una formas con tal de huir a la tan tediosa palabra que es el “no” esta negación que ante la aparición en nuestro vocabulario en cuestiones de “favores” o acciones consecuentes a nuestras vivencias la sociedad reprende y mira extrañados como si fuésemos monstros atroces que no sienten compasión por las consecuencias en terceros que esta pequeña palabra.
En el primer capitulo nos menciona acerca de Joe un paciente de hace veinte años; Joe enseñaba psicología, su forma de ser de Joe era un estilo duro, testarudo, abierto. Destruía implacablemente todas las idea ingenuas que sus alumnos albergaban acerca de la disciplina llamada psicología.
Para hacer uso de la psicología puede ofrecernos, lo que es mas importante saber qué es lo que resultará eficaz, qué es lo que funcionará más, por que habrá de funcionar. Joe llegó al extremo de hacer añicos, cualquier idea acerca de los psicólogos, del comportamiento humano; refuñando en plena clase: “Me fastidian los alumnos que hacen preguntas, que no sé contestar”.
Joe tenía problemas suficientes además de los que yo le plateaba y que le obligaban a refuñar: “Esos estudiantes andan quejándose siempre de que tienen demasiados problemas personal que estudiar. ¿No pueden apechugar con sus problemas? ¡Si no tuvieras problemas todavía no habrás empezado a vivir!
Pese a la habilidad con lo que sabe hacernos sentir unos perfectos ignorantes, en materia de automóviles y hasta culpables por saber tratarlos como se debe, persiste entre nosotros la inquietante sensación de que nos están tomando el pelo.
La vida nos plantea problemas a todos es algo eternamente natural. Pero, con gran frecuencia, como resultado de la creencia ideal de que las personas somos creencia irreal, de que las personas sanas no tiene problema, podemos llegar creer que la vida nos ha tocado, en suerte vivir no merece la pena de ser vivida.
Las emociones negativas de la ira, el miedo y la depresión tienen un valor para la supervivencia, de la misma manera que lo tiene el dolor físico. Cuando tocamos un objeto caliente, nuestra mano se aparta automáticamente. Nuestro sistema nervioso esta construido de tal modo que esta reacción se producirá mecánicamente, si necesidad de reflexión alguna.
En el caso de la ira experimentamos los preparativos, de nuestro cuerpo para un ataque en contra de un apersona o de algún animal. No solo podemos experimentar esos preparativos para la agresión en nosotros mismos, si no que podemos ver sus resultados en el comportamiento de otras personas.
Cuando estamos deprimidos, experimentamos los efectos del mensaje transmitidos por las zonas más primitivas de nuestro cerebro, encaminadas a reducir gran parte del funcionamiento normal de nuestra fisiología corporal necesaria para las actividades cotidianas más comunes.
En resumen, ustedes y yo, y la mayoría del
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