De La Integración A La Inclusión Educativa
Enviado por coco43 • 25 de Abril de 2014 • 2.184 Palabras (9 Páginas) • 401 Visitas
La integración educativa significa un cambio radical en los planteamientos, creencias y prácticas educativas, que comenzó con la incorporación de alumnos con discapacidad en los centros y en las aulas ordinarias. Representa un avance muy significativo y relevante para acabar con la exclusión y la discriminación de ciertos alumnos, potenciando la equidad y la igualdad de oportunidades.
En estos 25 años ha trabajado, investigando y estudiando la realidad educativa para ir más allá del desafío de la integración. Hoy sabemos y defendemos que la integración es solamente un escalón más en esta lucha por mejorar la calidad de la educación para todos los alumnos, pero que es insuficiente y limitada. Hoy defendemos y trabajamos para desarrollar un nuevo modelo educativo, un modelo global: la educación inclusiva.
Analizaremos en esta ponencia cual ha sido el proceso seguido en esta evolución hasta alcanzar los planteamientos y las propuestas actuales, que son mejores y más avanzadas en cuanto a la equidad, la calidad y la inclusión, pero que esperamos sean insuficientes y sean superadas en un futuro no muy lejano, aunque representan la realidad actual.
En este período de tiempo se han producido cambios significativos en la manera de pensar la discapacidad y en su conceptualización, lo cual nos obliga a replantearnos tanto la perspectiva y los referentes de análisis como los modelos de intervención para situarnos en un paradigma distinto de interpretación de la realidad.
Tres son las fuentes de análisis en las que podemos profundizar y reconocer como puntales de este proceso de cambio:
a) La OMS publicó en el año 2001 la Clasificación Internacional de Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud (CIF) (OMS, 2001) revisión de la anterior clasificación de deficiencias, discapacidades y minusvalías, original de 1980 (OMS, 1980), donde cambia nos sólo la terminología, sino, y sobre todo, el concepto de discapacidad, que pasa de concebirse como un hecho que sólo afecta a la persona como ser individual, a reconocer que existen restricciones en el entorno donde viven, que provocan la creación de barreras para las actividades y para la participación de las personas que tienen alguna discapacidad. Como señala Barton (1998; 30): “Todo lo que hagamos en relación con la discapacidad debe basarse en dos principios complementarios:
1. El principio de que todas las medidas se deben basar en el reconocimiento explícito de los derechos de las personas con discapacidad.
2. El principio de que todas las personas deben ser consideradas como poseedoras del mismo valor en la sociedad y para la sociedad”.
b) La conceptualización de la discapacidad en el contexto de la escuela, que pone el énfasis en aspectos distintos de la persona y promueve interpretaciones dispares de la realidad. Históricamente, la discapacidad en la escuela se concretaba en los déficits que presentaba un alumno determinado y en las dificultades que éste tenía para adaptarse a las exigencias del entorno escolar, ello planteaba intervenciones basadas en las limitaciones del individuo y promovía actuaciones terapéuticas, de ahí las nomenclaturas utilizadas generalmente de Pedagogía Terapéutica con actuaciones segregadas y la creación de programas basadas en etiquetas, primordialmente deficitarias y discriminatorias.
En 1978 el informe Warnock plantea el concepto de necesidades educativas especiales, que implica una nueva forma de entender la integración de los alumnos con discapacidad en las aulas ordinarias, rompe con el dominio del déficit y modifica la perspectiva de análisis dando importancia y relevancia al contexto, a sus oportunidades y recursos sobre la deficiencia y las limitaciones, pero se queda en un modelo rehabilitador, como plantea Montobbio (1995)
Esta concepción establece una relación asimétrica entre la persona y su entorno, pues se potencia una cultura basada en la discapacidad donde prevalece la pertenencia a un determinado grupo con déficits comunes, más que a las características y demandas particulares de cada uno.
c) Progresivamente, se produce una evolución en el cambio conceptual sobre la discapacidad, desde posiciones de exclusión hacia la inclusión, a partir de la visión y el nivel de intolerancia que el sistema educativo presenta hacia la diversidad y en consecuencia en la creación y perpetuación de desigualdades, Wehmeyer (2009; 47) señala un proceso evidente: “pasar de crear programas para estudiantes basados en sus etiquetas a diseñar verdaderos apoyos generalizados. Nos hacen cambiar servicios segregados, separados, por prácticas inclusivas.
Enfatizar los puntos fuertes individuales en vez de las discapacidades y se centran en darles poder y autodeterminación”. UNESCO (2005; 23-24) muestra las etapas de comprensión en el movimiento hacia la inclusión. Se demuestra como las actitudes de la sociedad dirigen las acciones, el nivel de compromiso y los servicios proporcionados a grupos tradicionalmente excluidos.
La comprensión nos lleva a la integración que se relaciona con el concepto de necesidades educativas especiales, sólo desde el conocimiento podemos llegar a la inclusión y a una educación para todos, donde la equidad y la igualdad de oportunidades presidan todas las decisiones.
Actualmente, la diversidad se contempla como un hecho ineludible en la escuela, nadie duda de que está siempre presente entre los alumnos y que debemos convivir con ella. La divergencia surge en el momento de intervenir y atender a la diversidad, para ello fundamentalmente podemos hacerlo de tres maneras:
a) Aplicar la lógica de la homogeneidad, que busca composiciones uniformes y aplica un modelo de categorías para seleccionar a los alumnos según los valores y/o las categorías de la variable elegida para uniformizar los grupos: sexo, capacidades, edad, discapacidad, lengua, religión,… El resultado de la aplicación de este modelo es la segregación y la discriminación, pues ofrece oportunidades distintas basándose en la falacia que las categorías son situaciones definitivas e inalterables.
b) Reducir la diversidad como estrategia para maquillar o ocultar la aplicación de la lógica de la homogeneidad: esta práctica educativa plantea un modelo de atención a la diversidad, donde se defienden grupos heterogéneos, pero con intervenciones paralelas homogeneizadoras: por una parte, los alumnos normales, que son aquellos que de mejor o peor manera siguen las programaciones unilaterales planteadas por el profesor; por otra parte, los alumnos “diversos”, que debido a sus características requieren intervenciones especiales, que sólo pueden ofrecerse a partir de programas o servicios
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