El constructivismo en la psicología: Psicología de la Construcción Personal, Constructivismo Radical y Construccionismo Social
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El constructivismo en la psicología: Psicología de la Construcción Personal, Constructivismo Radical y Construccionismo Social
Artículo en American Communication Journal - Marzo 2002
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Un autor:
Jonathan D. Raskin
Universidad Estatal de Nueva York en New Paltz
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Volumen 5, número 3, primavera de 2002
El constructivismo en la psicología: Psicología del Constructivismo Personal,
Constructivismo radical y constructivismo social
Jonathan D. Raskin
Departamento de Psicología
Universidad Estatal de Nueva York en New Paltz New Paltz, Nueva York 12561, EE.UU. raskinj@newpaltz.edu
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Este ensayo también apareció en: Raskin, J. D. (2002). El constructivismo en la psicología:
Psicología de la construcción personal, constructivismo radical y constructivismo social. En J. D. Raskin y S. K. Bridges (Eds.), Studies in meaning: Explorando la psicología constructivista (pp. 1-25). Nueva York: Pace University Press.
Introducción: Una vez en una construcción
Las psicologías constructivistas teorizan e investigan cómo los seres humanos crean sistemas para comprender significativamente sus mundos y experiencias. Me refiero a estos "constructivismos" utilizando el plural porque hay muchas variedades de constructivismo (Neimeyer & Raskin, 2001) y se han descrito en varias constelaciones (Botella, 1995; Chiari & Nuzzo, 1996a, 1996b; Lyddon, 1995; Mahoney, 1988, 1991, 1995; Rosen, 1996; Sexton, 1997). Dependiendo de cómo se elija para esculpir las categorías de constructivismo, se encuentran diferentes áreas de coincidencia y divergencia. No obstante, las psicologías constructivistas han crecido enormemente en cantidad e influencia en los últimos cincuenta años, originándose en una variedad de ámbitos teóricos y de investigación que han desarrollado lentamente un mayor contacto entre sí y con la psicología en general. De hecho, al comenzar el siglo XXI, los psicólogos constructivistas se encuentran en una encrucijada, listos para dejar su huella en la disciplina más amplia de la psicología. Sin embargo, a pesar de su creciente influencia, las psicologías constructivistas no han evolucionado hacia una orientación única, coherente y teóricamente consistente. Dadas las numerosas diferencias teóricas, ni siquiera hay acuerdo entre los psicólogos constructivistas en que sea deseable llegar a una orientación singularmente reconocible. No obstante, los esfuerzos de algunos psicólogos constructivistas por formar una orientación teórica constructivista confederada libremente han hecho incursiones en la psicología convencional, como lo demuestra la publicación de varios volúmenes de temática constructivista por la Asociación Americana de Psicología (Neimeyer, 2001; Neimeyer y Mahoney, 1995; Neimeyer y Raskin, 2000). Aun así, los psicólogos constructivistas -quizás debido a sus diferentes ancestros históricos y teóricos- todavía no han tenido el mismo impacto en la psicología que los movimientos anteriores, como el psicoanálisis, el conductismo radical, la psicología cognitiva y la psicología humanista. Parece que muchos psicólogos y estudiantes americanos todavía no están familiarizados con el constructivismo, como lo demuestra su exclusión de la mayoría de los libros de texto de psicología. Esta exclusión puede atribuirse, al menos en parte, a la confusión sobre lo que constituye el constructivismo. Uno se encuentra con tantas variedades de psicología constructivista que incluso los expertos parecen confundidos. Términos como "constructivismo", "construccionismo" y "constructivo" se emplean de manera tan idiosincrásica e inconsistente que a veces parecen desafiar la definición. Si las diferencias precisas entre las psicologías constructivistas escapan a aquellos que se identifican como "en el redil", uno sólo puede imaginar lo desconcertados que deben estar los psicólogos no constructivistas. Esto es desafortunado porque socava la posibilidad de que las ideas constructivistas atraigan a una mayor audiencia.
A la luz de estas preocupaciones, este documento intenta aclarar las similitudes y diferencias entre tres psicologías constructivistas clave. Describo la "psicología del constructivismo personal", el "constructivismo radical" y el "constructivismo social". Sugiero -como lo ha hecho Lyddon (1995)- que los puntos comunes entre estos enfoques superan los puntos de divergencia. Destacar estos puntos comunes debería ser útil tanto para los psicólogos como para los no psicólogos. Sostengo que los tres enfoques se centran en la creación de significados humanos como el principal foco de investigación de la psicología. Al comparar y contrastar estos enfoques, intento superar parte de la enrevesada jerga que ha inhibido la comunicación sobre el significado más amplio del movimiento constructivista.
La naturaleza cambiante del conocimiento
Cuando los psicólogos usan el término "constructivismo" en su sentido más general, ¿qué quieren decir? En su análisis histórico de la naturaleza cambiante del conocimiento, Sexton (1997) divide la historia humana en tres eras distintas: premoderna, moderna y postmoderna. Cada una de estas épocas puso de relieve una perspectiva ontológica particular que determinó la forma en que la gente se ocupó de los acontecimientos, los problemas y las soluciones. La era premoderna (desde el siglo VI a.C. hasta la Edad Media) hizo hincapié en el dualismo, el idealismo y el racionalismo. La fe y la religión desempeñaban papeles centrales, y "los esfuerzos de cambio efectivos eran la oración, la fe, el pensamiento y/o el razonamiento" (Sexton, 1997, p. 5). En comparación, la era moderna (aproximadamente desde el Renacimiento hasta finales del siglo XIX, aunque el pensamiento moderno sigue dominando gran parte del discurso actual) hizo hincapié en el empirismo, el positivismo lógico, la metodología científica, la identificación de las verdades objetivas y la validez. Una consecuencia de la era moderna
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