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La Infancia


Enviado por   •  18 de Octubre de 2012  •  2.416 Palabras (10 Páginas)  •  292 Visitas

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La nueva infancia

Introducción ( reflexión):

“Cada niño y cada niña tiene el derecho a crecer en familia, pero

muchas veces esto no es posible para los ciudadanos y ciudadanas

más jóvenes del mundo. Hoy, una gran cantidad de niños y niñas

viven sin el apoyo de uno o ambos padres, así como millones de

niños y niñas sufren de abusos, negligencia, explotación o simples

privaciones como resultado de la pobreza”

Las concepciones de la infancia han cambiado considerablemente a lo largo de los siglos y también durante el siglo XX .

Los chicos de ahora nos miran y nos hacen sentir lentos, antiguos y fuera de moda. Si una persona de la década del ´80 viajara a este presente y viera cómo es la niñez de hoy, ¿pensaría “Niños eran los de antes”?. También si miramos a los niños de hoy, que sufren hambre, que se encuentran en las calles, que roban, que se droga, diríamos “niñez era la de antes”.

Muchos de los que hoy llegamos a los veinte largos, o aquellos que recién cumplen sus dos frescas décadas, quedamos pasmados, cuando nos enfrentamos a los niños que están cursando la primaria. Si al menos entre nuestros papás y nosotros todavía había rondas, escondidas y puentes de figuritas que nos unían, pareciera que nada nos relaciona con ese chico que con sus auriculares puestos, no hace otra cosa que mirar la pantalla de la computadora o jugar a la play station, o que prefiere estar en la calle por que no encuentra contención en su hogar, etc.

Los cambios históricos en la concepción de la infancia tienen que ver con los modos de organización socioeconómica de las sociedades, con las formas o pautas de crianza, con los intereses sociopolíticos, con el desarrollo de las teorías pedagógicas así como con el reconocimiento de los derechos de la infancia y con el desarrollo de políticas sociales al respecto. Por todo ello la infancia, más que una realidad social objetiva y universal, es ante todo un consenso social.

La categoría de infancia es, en definitiva, una representación colectiva producto de las formas de cooperación entre grupos sociales también en pugna, de relaciones de fuerza, de estrategias de dominio. La categoría de infancia está orientada por intereses sociopolíticos; incluye, bajo diferentes figuras encubiertas, una aparente uniformidad que ha permitido concebir proyectos educativos elaborados en función de grupos de edad y de prestigio, y que hace viables códigos científicos tales como los discursos pedagógicos, la medicina infantil o la psicología evolutiva. Todas estos saberes son inseparables de las instituciones, de las organizaciones y de los reglamentos elaborados en torno a la categoría de infancia que a su vez se ve instituida y remodelada por ellos.

Si la sociedad cambia y se transforma, la infancia también. Quien no se adapta a los cambios queda paralizado en un pasado anclado en la afirmación que “antes era todo mejor”. Los cambios deben ser vistos desde una actitud crítica y abierta que permita una construcción positiva y esperanzadora. El tiempo ha sido testigo de que esa infancia de la modernidad −obediente, sumisa, dependiente, heterónoma− va en vías de su desaparición total. ¿Esto es bueno? ¿Es malo? Ni es bueno ni es malo, si logramos no ubicarnos en los extremos y comenzamos a pensar la infancia como desafío y renovación educativa tanto desde lo familiar como lo escolar.

Existen varias clases de infancias, producto de un orden económico que distribuye la riqueza, favoreciendo a algunos en desmedro de otros. Nuestros pobres, en Argentina, son pobres desde siempre. Su infancia tiene como escenario la exclusión del sistema educativo, del político y del económico, aunque se diga lo contrario. Su infancia no crece hacia el futuro, sino hacia la supervivencia cotidiana. Su infancia es olvidada y recuperada por la droga, la violencia y la marginación. Su infancia es mostrada por los medios de comunicación como un espectáculo y pensada más desde las consecuencias que desde las causas. Su infancia parte de la carencia bajo la mirada asistencialista de un Estado ciego al sufrimiento del otro. Su infancia mañana será “mano de obra” barata.

Desde otro lugar, surge una infancia enmarcada en las nuevas tecnologías. Son los hijos de la clase media urbana con acceso a la educación y a ciertos bienes materiales, que les posibilitan labrarse un futuro. Es la infancia de los celulares, los videojuegos y las pantallas de Internet, que han ocupado los tiempos y los espacios que eran hegemonía de los juegos callejeros. Ver a un niño jugando en la calle es una vieja imagen que sólo forma parte del recuerdo de algunos que supimos de la mancha y de la escondida.

Tanto una como otra infancia sufren la pérdida temprana de la inocencia.

El niño de Hoy

Las transformaciones más generales de las relaciones entre adultos y niños, la importancia de la socialización que proponen los medios, no solo en sus contenidos sino en las formas en que construyen espectadores, usuarios o jugadores, y en los discursos mediáticos que ven una infancia en peligro o una infancia peligrosa, subrayando la violencia como forma de constitución de identidades.

Los niños se parecen al tiempo, esto evidencia que las características que cada niño tiene es propia a la época en la que vive, esto lleva a confrontarlos con determinados problemas, con instituciones particulares, con tecnologías y modos de entender la cultura que los moldearon y ayudaron a devenir adultos.

Los niños de Hoy son muy diferentes a los de Antes en varios aspectos; tienen otra conciencia de sí mismos, ya no se perciben como entidades inexpertas y dependientes de los adultos, sino que se asumen como individuos independientes y capaces en muchas situaciones de arreglársela solos.

"Equiparar el niño con el adulto tiende a descartar la fragilidad infantil y a dejar de lado la cuestión de la responsabilidad de los mayores". Los niños asumen rápidamente este nuevo posicionamiento y se comportan como "Grandes", esto despierta las quejas de los padres, quienes los consideran como desafiantes, casi incontrolables, incapaces de respetar nada ni a nadie, en definitiva son tan distintos a los de antes.

El trasfondo de la niñez moderna presenta un dibujo de " Niño Grande" que parece autoabastecerse sin depender de otros; esto ocurre porque los niños ya no se perciben a sí mismos como seres pequeños que necesitan del permiso del adulto y dependen absolutamente de ellos para actuar, si bien es cierto que no todos los niños reaccionan del mismo modo ante la nueva realidad y algunos pueden seguir manteniéndolas pautas de conductas

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